Por: FRANCISCO M. BERROA UBIERA
HISTORIADOR
La pugnas intercoloniales en
América.
Durante más de un siglo, España -particularmente el reino de Castilla
-logró mantener el dominio absoluto de toda la Isla durante algo más de 100
años, sin embargo, desde fines del siglo XVI se dio inicio a la lucha por las
tierras americanas entre diversas potencias europeas, aunque, las verdaderas
evoluciones del fenómeno de los corsarios en el Caribe se producen a partir del
siglo XVII.
Estas evoluciones se pueden dividir en tres grandes periodos:
·
Primero, de 1600 a 1621, el cual se
caracteriza por la piratería que se consideró de contrabando y de corso. Realmente, fue a partir de 1615 cuando los
ataques de los corsarios de agudizaron;
·
Segundo: de 1621 a 1650, que es la época
de la piratería organizada y comercial.
Durante este segundo periodo los holandeses toman el timón pirata, y
además, esta "es la época en que las pequeñas Antillas van cayendo, una a
una, en manos de las potencias extranjeras, contribuyendo a ello dos factores
importantes: la muerte de Felipe III y de su política pacifista y el auge
cobrado por las teorías mercantilistas que acrecienta el interés de los países
europeos hacía nuevos lugares de producción"[1],
motivo por el cual, las grandes potencias de Europa se reparten las islas de
las grandes y pequeñas Antillas. Así, las posesiones coloniales de Francia
serán: San Cristóbal (1624), San Bartolomé y Santa Lucia (1634), Guadalupe y
Martinica (1635); Inglaterra ejercerá su dominio en San Cristóbal (1624)
-conjuntamente con Francia-, Barbado y Nevis (1628), Trinidad y Tobago (1632);
y Holanda en Curazao - en donde halló la resistencia de sólo 32 españoles-,
Aruba y Bonaire (1634), San Eustaquio y Saba (1635), San Martín (1638),
Trinidad, Cuyana o Guayama, Taloga y otras;
·
Y tercero: de 1650 a 1700, periodo de la
gran ofensiva inglesa y francesa con la perdida española de las Antillas
Mayores: Jamaica (1655) y el Oeste de
Santo Domingo o Haití por la ocupación francesa y por la posterior la firma del
Tratado de Riswick (1697), así como por los ataques a Sudamérica.
Para esta época se constituyeron dos compañías holandesas:
1) la de las Indias Occidentales;
y. 2) la de las Indias Orientales.
Ya desde el año de 1612 la Compañía de los Nuevos Países bajos inició la
colonización holandesa de la isla de Manhattan o Nueva Amsterdam,
conociéndosele como Nueva York a partir de 1625, base de operaciones
comerciales y militares de grandes contingentes de contrabandistas holandeses
que la controlaron durante el siglo XVII.
Esto supuso constantes enfrentamientos de los españoles con los
holandeses en los mares del Nuevo Mundo en donde operaba la de las Indias
Occidentales. Sólo entre 1623 a 1626 los holandeses
capturaron 120 barcos, y unos 60,000 cajones de azúcar de Brasil.[2] Aunque de segunda mano informa Volgan de Laet
que entre 1622 a
1636 fueron capturados en América 547 embarcaciones enemigas avaluados sus
casos en 6,710,000 florines, siendo sus cargamentos vendidos en Holanda por la
suma de 30,000,000 de florines, para lo cual la compañía llegó a poner en
servicio 800 barcos de guerra y 67,000 marinos y soldados.[3]
La compañía de las Indias Occidentales fue fundada por Guillermo Usselinx
en 3 de junio de 1621 para desarrollar sus actividades en suelo americano, y
otorgándosele el privilegio del monopolio del comercio en el continente
Americano por 24 años, cual permitió que se incrementara considerablemente el
tráfico holandés en toda América "cuando se propusieron entorpecer el
comercio de España con sus colonias. En
1598 las costas septentrionales atlánticas de América eran visitadas por los
holandeses de la compañía de Groenlandia".[4]
Para la época algunas pequeñas compañías dedicadas al filibusterismo se
hallaban vinculadas a los holandeses, y
la Compañía de las Indias Occidentales estableció "el monopolio del
comercio con la costa Occidental de África y América, y entre estos desde las
regiones del Ártico hasta el estrecho de Magallanes, y desde el Trópico de
Cáncer hasta el Cabo de Buena Esperanza".[5]
En el mundo de aquel entonces la práctica del "Bullonismo"[6]
se hizo una realidad.
En 1622 la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales inició el
tráfico de esclavos en Curazao, Isla convertida a partir de 1628 en centro de
distribución de mercancías holandesas en todo el Caribe, principalmente las
mercancías iban a los puertos caribeños de Coro, Cartagena, Porto Bello,
Veracruz, Santo Domingo, Haití, y otros destinos.[7] De acuerdo con Lenz desde 1650 a 1750 llegaron a
Curazao anualmente unas 20,000 "piezas" (esclavos), por este motivo,
en 1795 se produjo en la Isla un importante rebelión de esclavos. A los mulatos y mestizos procedentes del
exterior se les denomina Batiyandi, y a los holandeses rústicos de les denomina
Jan Cu Menchu.
Son características de la
colonización de los holandeses durante los siglos XVI, XVII, y XVIII:
1) la esclavitud de los africanos, y su inmersión en las plantaciones
caribeñas;
2) el uso de los misioneros para fomentar la conquista, e ideologizar y
aculturar a los europeos;
3) la esclavización de los nativos indígenas por parte de los españoles,
franceses, ingleses, holandeses, etc...;
4) la imposición a los territorios colonizados de rasgos
feudales-esclavistas;
5) el disfrute de la educación por una élite;
6) la formación de sociedades de castas en vez de sociedades propiamente
clasistas;
7) el mantenimiento del monopolio comercial.
Desde el año de 1612 la Compañía de los Nuevos Países bajos inició la
colonización holandesa de la isla de Manhattan o Nueva Amsterdam, conociéndosele
como Nueva York a partir de 1625, base de operaciones comerciales y militares
de grandes contingentes de contrabandistas holandeses que la controlaron
durante el siglo XVII.
Fue en 1621 cuando se produjo la fundación de la Compañía de las Indias
Occidentales en Holanda, y en mayo de 1625, una escuadra naval de Holanda
compuesta por 34 Naos y 6,500 hombres salió del puerto de Texel hacía Bahía de
Brasil. De esa escuadra naval, la flota
de Hendriksz, compuesta por 18 Naos, mantuvo en asedio durante 35 días la isla
de Puerto Rico a partir del 24 de septiembre de 1625, y el gobernador Juan de
Haro mantuvo la defensa.[8]
También, el corsario francés Bertrand D'Ogerón ataca a Puerto Rico en
1673 procedente de la colonia de Saint-Domingue Francais, hoy Haití. Indudablemente que fue a partir del siglo
XVII que los franceses se introducen en la parte Occidental de Santo Domingo y
en la isleta adyacente del Noroeste: La Tortuga, estableciéndose allí un enclave colonial
que rápidamente se extendió al Oeste de La Española: el Saint-Domingue Francais, mejor
conocido como Haití. Por lo tanto, a
partir del siglo XVII dos metrópolis: Francia y España, se disputaban la
hegemonía insular.
Las compañías colonizadoras holandesas se hallaban reguladas por el estado
y contaban con el apoyo de los gobernantes; constituyeron una suerte de
"Joint stock company" con denominación mercantíl, distribución de
beneficios entre los socios, con capital dividido y se dedicaron a la
navegación. Se relacionan con el
naciente capitalismo, especialmente con la bolsa de Amberes que se constituyó
en Holanda en 1551, caracterizándose estas por la tolerancia económica y la
realización de las famosas ferias.
Se sabe incluso que el seguro marítimo apareció en Amberes. A partir de 1601 desde el puerto de Amsterdam
cada tres días salían entre 800
a 900 barcos.
La República de las Provincias Unidas, disponían de una extensión
territorial de 25,000,000 de kilómetros cuadrados y 2 millones de
habitantes. Con el advenimiento de las
ideas Luteranas a principios del siglo XVI, la influencia religiosa será
determinante, por lo cual, las trabas impuestas durante siglos por los romanos
sobre el uso y disfrute de los bienes materiales será eliminada por lo que Max
Weber denomina "ética protestante", con el advenimiento del
protestantismo y de las sectas calvinistas.
Para aquella época los barcos holandeses más comunes eran los llamados
Fluyt (de transporte), Omnibus (de pesca de arenque), los balleneros, el
mercante maderero con larga bodega, y los barcos militares. En 1611 Holanda disponía de 16,000 unidades
navales con capacidad de dos millones de lasten (1 lasten es igual a 2
toneladas).
Sabemos que: "A mediados del siglo XVIII acupa Holanda el primer
lugar como potencia comercial al mundo, que la convierte en el Estado más
rico. Sus compañías de comercio reparten
a sus accionistas hasta el 75 % del capital invertido. La sola Compañía de las
Indias Orientales distribuyó 2,500,000 florines de dividendos en un año".[9]
Y que los depósitos en bancos de éstas compañías ascendían en Amsterdam a
300 millones de florines de oro. También
en Rusia se formó una compañía con 240 acciones de 25 libras cada una, esta
fue la Moscovie Company fundada en 1554.
La Compañía Unida de las Indias Orientales (holandesa), fue obra de Jan
Van Oldembarnevelt, constituyendo desde su creación fue un monopolio con una
concesión de 21 años opuesto a la idea de libertad absoluta del comercio.
Desde su formación obtuvo de los Estados Generales carta de privilegio
(octrooi), dándosele facultad para declarar la guerra, negociar la paz y
concertar tratados y alianzas; facultad para designar gobernadores y utilizar
tropas en mar y tierra; el privilegio de acuñar moneda; confiriéndosele
facultad judicial y legislativa que ejercerá en toda el área de sus
operaciones; pudiendo fundar factorías, colonias o bases fortificadas en los
territorios que conquistare.
El capital de esta compañía ascendía a 6.5 millones de florines con
diversos tipos de acciones que fueron compradas por todas las clases, desde la
rancia nobleza hasta el grupo de criadas.
En la sede de Batavia trabajaban más de 100,000 chinos en el primer
cuarto del siglo XVIII, disponiendo esta compañía de ocho gobernaciones:
Ambaina, Banda, Ternate, Macassar, Malaca, Ceylán, Cabo de Buena Esperanza, y
Java, "a pesar de que Inglaterra tenía metidas sus manos en Asia, como
consecuencia de la Paz de Westminster", y luego, "más avanzada la
centuria, ingleses y franceses desalojaron a los holandeses del continente y de
Ceylán, reduciéndose el poderío Neerlandés a las grandes islas del archipiélago
Malayo".[10]
La compañía de las Indias
Orientales fue considerada como un estado dentro de Holanda, y tenía una
dirección Suprema o Collegium o Gabinete administrativo formado por 17 ejecutivos
o gerentes: ocho de Amsterdam, cuatro de los accionistas minoritarios y uno de
los cuarteles de Mosa y del Norte; su directorio ejecutivo estuvo constituido
por 73 personas, aunque luego se redujo a 60, todos provenientes de las Cámaras
de Amsterdam, con veinte representantes: Zelanda con 12, Delft y Rotterdam con
14, Koorn y Enkhuizen con 14, integrando las fuerzas políticas y económicas
nacionales en su mayor escala.
Referencias y notas:
[1]
Vila Vilar, Enriqueta: Puerto Rico en el siglo XVII. En: La Gran Enciclopedia
de Puerto Rico: Tomo 1. Historia. PP. 163-236.
Editor Vicente Báez, San Juan de Puerto Rico, 1976. 1a. Edición. PP.
167-168.
[2]
Ver: Dos Santos, Ricardo Evaristo: El Brasil filipino. 60 años de presencia española en Brasil
(1580-1640). Editorial Mapfre, Madrid,
1992.
[3]
Eleazar Cordoba Bello: Compañías holandesas de navegación. Publicaciones de la Escuela de estudios
Hispano-Americanos de Sevilla, Sevilla, 1964.
P. 35.
[4]
Eleazar Cordoba Bello: Compañías holandesas de navegación. Publicaciones de la Escuela de estudios
Hispano-Americanos de Sevilla, Sevilla, 1964.
P. 31
[5]
Eleazar Cordoba Bello: Compañías holandesas de navegación. Publicaciones de la Escuela de estudios Hispano-Americanos
de Sevilla, Sevilla, 1964. P. 32.
[6]
El Bullonismo fija su atención en los metales preciosos como base de la
riqueza, y desprecia los productos naturales y la industria (Nota del Autor).
[7]
Eleazar Cordoba Bello: Compañías holandesas de navegación. Publicaciones de la Escuela de estudios
Hispano-Americanos de Sevilla, Sevilla, 1964.
P. 121.
[8]
Sobre el ataque de Hendrickz -los puertorriqueños le denominan Badwino Enrico o
Boydono Enrico- a San Juan, este se produjo el 24 de septiembre de 1624 con 25
naves, el 25 se apoderaron de San Juan, el 26 desembarcaron sus tropas, y el 22
de octubre se retiraron al no poder tomar el control de la Isla, después de saquear la
ciudad y abastecerse de agua y provisiones (Nota del Autor).
[9]
Eleazar Cordoba Bello: Compañías holandesas de navegación. Publicaciones de la Escuela de estudios
Hispano-Americanos de Sevilla, Sevilla, 1964.
P. 11.
[10]
Eleazar Córdoba Bello: Compañías holandesas de navegación. Publicaciones de la Escuela de estudios
Hispano-Americanos de Sevilla, Sevilla, 1964.
P. 30.
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