General Román Fernández, esposado, escoltado por Oficiales Superiores |
El general Pupo Román a la hora del asesinato del dictador Rafael
Trujillo desempeñaba el importante cargo
de Ministro o Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas Dominicanas en
sustitución del general José García Trujillo.
Muchos consideran que su nombramiento en esta importante posición fue el
resultado de una gestión realizada ante el Dictador por su sobrina doña Mireya
García Trujillo, a la vez hermana del ministro sustituido, quien también, el
cuñado, lo había recomendado para ocupar el cargo, dada la confianza entre
ambos.
Sin embargo, Pupo Roman quedo involucrado
hasta el tuétano en el proceso conspirativo que concluyo con la muerte del
dictador Rafael Trujillo.
Y tras
los hechos, cuando Ranfis Trujillo confirmó la participación del general José
René Román Fernández (a) Pupo en la muerte de su padre debido a las
declaraciones de Estrella Sadhala inculpándolo, lo primero que hizo fue
invitarlo a la sede de la Aviación Militar Dominicana (AMD) en San Isidro. Una vez allí fue apresado y conducido hasta
la cárcel del Km. Nueve de la carretera Mella en donde fue víctima de las más
crueles y espeluznantes torturas a cargo de oficiales amigos de Ranfis.
Primero, para que no durmiera, le fueron
cocidas las pestañas de los parpados superiores con las cejas; y, según lo
describe Flor de Oro sobre la base del recuerdo de Selden Rodman: fue “golpeado con bates de pelota, cubierto con
acido, expuesto a enjambres de hormigas enfurecidas, castrado y choqueado
durante horas y horas en la silla eléctrica”.[1] Otra versión sobre lo ocurrido la ofrecen sus
propios hijos: Juan René Román hijo, Álvaro Antonio Román, y Nancy Román de
Marrero en una carta pública dirigida a Ramón A. Castillo en su condición de
Presidente del Partido Progresista Demócrata Cristiano (PPDC) de fecha 2 de
abril de 1966, en la cual, entre otras cuestiones relacionadas con la muerte
del general Román, dicen:
“El insólito y salvaje martirio a que fue sometido
por orden del señor Ranfis Trujillo es de público conocimiento. Privado de
alimentos y de agua, cosidos ambos parpados, mutilado cobardemente, quebradas
las costillas a fuerza de golpes inhumanos, mantenido en pie a fin de que no
pudiese conciliar el sueño, como su integridad no pudo ser vencida, se abrió
sobre su cuerpo ya casi exánime el fuego de las ametralladoras, sellándolo de
heridas mortales.”[2]
Ranfis Trujillo acompañado de sus amigos
Gilberto Sánchez Rubirosa, Luis León Estévez, Juan René Beuchamp Javier, y
otros oficiales lo condujo desnudo al mediodía hasta la pista de aterrizaje de
San Isidro en donde lo hizo amarrar de un Jeep para luego arrastrarlo de un
lado a otro bajo un candente sol y un pavimento que parecía un ardiente
infierno. La muerte de Pupo Román fue
conmovedora. Agonizante, recibió el
impacto de decenas de balas de ametralladoras.
Una versión ofrecida por Víctor Alicinio
Peña Rivera sostiene que:
“El general José René “Pupo” Román Fernández fue ejecutado por el propio
Ranfis Trujillo, que empleo el revólver del Generalísimo. Fue una ejecución sádica. Ranfis le disparo casi a quemarropa,
hiriéndolo en las extremidades y mientras Pupo Román se arrastraba en el patio
suplicando clemencia de su verdugo.
Ranfis lo mato.
Ese fue el final de Pupo.”[3]
Referencias:
[1] Trujillo, Flor de Oro (2009),
P.85.
[2] Rodríguez Demorizi, Emilio. La muerte de Trujillo según sus autores y los
papeles de Ranfis Trujillo, Edición de Bernardo Vega y la Fundación Cultural
Dominicana, Santo Domingo, 2006.
[3] Peña Rivera, Víctor A. Historia oculta de un
Dictador. Ed. Plus Ultra, Madrid, 1977.
P. 376-377
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