Thursday, December 29, 2016

SECUESTRO Y MUERTE DEL SINDICALISTA MAURICIO BÁEZ DE LOS SANTOS

NOTIHISTORIADOMINICANA

Mauricio Báez

Por: Dr. Francisco M. Berroa Ubiera
Historiador

¿Adónde van los desaparecidos?
Busca en el agua y en los matorrales
¿Y por qué es que se desaparecen?
Porque no todos somos iguales
¿Y cuándo vuelve el desaparecido?
Cada vez que los trae el pensamiento
¿Cómo se le habla al desaparecido?
Con la emoción apretando por dentro
Rubén Blades

El Extraño o Matasiete
Cinco  reconocidos lúmpenes cubanos, militantes de una banda seudo-revolucionaria denominada “Acción Revolucionaria Guiteras” (ARG) fueron los responsables directos del secuestro y asesinato del líder sindical dominicano Mauricio Báez De Los Santos la noche del 10 de diciembre de 1950.  Los señores: Glicerio Segundo Castellanos Martínez (a) El Negro, Jesús González Cartas (aliases) El Extraño y/o Matasiete, Marcos Antonio Hirigoyen, y, los  pandilleros consuetudinarios Luis Fernández de la Cámara (a) Ojos Gachos y el cruel Policarpo Soler Cruz, actuando para el régimen de Trujillo,  lograron convencer a Mauricio Báez para salir de la casa ubicada en la calle Cervantes No. 8, Reparto Sevillano, de la ciudad de La Habana, Cuba, desapareciéndolo para siempre.
Todo el mundo sabe, por presunción lógica, que la orden para el secuestro y asesinato del líder sindical dominicano  Mauricio Báez De Los Santos,  quien vivía exiliado en Cuba, fue dada por el generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina al entonces diplomático dominicano Félix W. Bernardino.

Dictador Rafael Trujillo
El profesor Roberto Cassá en su ensayo biográfico titulado: “MAURICIO BÁEZ, LÍDER DEL PROLETARIADO” escribió lo siguiente:
“Parece que sus discursos radiales seguían teniendo impacto en el interior del país, lo que motivaba la preocupación de Trujillo por no haber logrado que se esfumase su popularidad entre los trabajadores. Esto lo llevó a la decisión de ordenar su asesinato, para lo cual instruyó a Félix W. Bernardino, diplomático en La Habana encargado de actividades criminales, para que asegurase el cumplimiento de la orden. Es probable que se agregase un ingrediente que contribuyó a la decisión: las alusiones peyorativas en los discursos de Báez a la personalidad de Trujillo, lo que este veía como insultos a su honor.”
“Bernardino contrató a un grupo de políticos cubanos vinculados al gobierno de Carlos Prío Socarrás, los cuales habían degenerado en el gangsterismo. Ello explica que los hechos nunca se establecieran de manera precisa en las indagaciones judiciales. Refiere Francisco Henríquez, quien había seguido sosteniendo relaciones amistosas con Báez, que existen suficientes evidencias de que el ejecutor del crimen fue Jesús González, El Extraño, quien había sido uno de los dirigentes de la Acción Revolucionaria Guiteras, grupo que había terminado en una práctica delictiva. No debió resultar casual que sus integrantes se distinguieran en la ofensiva que desplegó el grupo gobernante del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) contra el sector comunista del movimiento obrero cubano. Pero detrás de El Extraño, según rememora Henríquez, también se dijo que se encontraba Eufemio Fernández, un conocido hombre de acción vinculado al gobierno de Cuba, quien había sido uno de los cabecillas de los intentos expedicionarios contra Trujillo en los años previos. Se supuso esta conexión, pues Báez fue convencido por sus raptores de que lo mandaba a buscar Cotubanamá Henríquez, hijo de Francisco Henríquez y Carvajal, prominente político cubano y activista del exilio dominicano, quien tenía un programa radial en el cual el líder obrero a menudo intervenía. Se rumoró que Bernardino hizo entrega de 30,000 dólares por el servicio, cifra exorbitante en la época. El cadáver nunca fue encontrado y se ha pensado que fue colocado en una viga de un edificio en construcción.”[1]

Un reconocido escritor cubano: Pablo LLabre Raurell, en su artículo titulado “El asesinato del líder obrero Mauricio Báez”[2]  hace referencia a sus asesinos, todos agentes pagados por Trujillo.  Se sabe que:
“Al menos uno era conocido o amigo suyo. Luego de una breve plática lograron, mediante engaño, que los acompañara. Mauricio montó junto a ellos en el auto que los había traído y marcharon hacia un lugar desconocido, del que nunca regresó. Fue asesinado. Su cadáver jamás se encontró.  Los testimonios de vecinos y familiares de la víctima lograron identificar a Glicerio Segundo Castellanos Martínez (a) El Negro, entre los individuos que visitaron a Mauricio la fatídica noche.  Segundo Castellanos (a) el Negro, perteneció a la organización Acción Revolucionaria Guiteras (ARG), a las órdenes del Extraño[3]. Obtuvo una plaza de chofer en la empresa Autobuses Modernos SA, por recomendación de uno de los principales lugartenientes de González Cartas, Vicente Lerruz Kairos (a) El Italianito.”

Aparte de Glicerio Segundo Castellanos Martínez (a) El Negro, los demás implicados en el caso fueron, Jesús González Cartas (aliases) El Extraño y/o Matasiete, Marcos Antonio Hirigoyen, y los  pandilleros consuetudinarios Luis Fernández de la Cámara (a) Ojos Gachos y el cruel Policarpo Soler Cruz, quien dirigía el grupo de los sanguinarios matones cubanos.
Los sometidos a la justicia por este hecho fueron encausados bajo el expediente judicial No. 1225-1950 del Tribunal de Urgencia de La Habana, el cual incluía a los bandoleros: Glicerio Segundo Castellanos Martínez (a) El Negro, Jesús González Cartas (a) Matasiete y/o El Extraño, conjuntamente con Marcos Antonio Hirigoyen, entre otros, pero con ninguno de ellos se hizo justicia.  De acuerdo con el coronel Orlando Piedra, quien dirigió el famoso “Buró de Investigaciones” de Cuba : “Según el propio «Matasiete»-refiriéndose a Jesús González Cartas-, eliminó a Báez por ser un agente Trujillista en Cuba. (….) En Dominicana se recuerda a Báez como héroe del movimiento obrero dominicano. El secuestro y asesinato de Mauricio Báez fue pagado por Trujillo, vía al pagacuentas que tenía para esos menesteres, Policarpo Soler Cruz.” [4]
Sobre el cadáver de Mauricio Báez se ha dicho que:
“….a raíz del suceso surgieron distintas versiones. Una señala que el cuerpo fue atado a un bloque de cemento y arrojado al mar. Método utilizado con frecuencia por los grupos gansteriles. En otra dan como posible que el cadáver esté dentro de la estructura de un edificio en construcción. Una tercera versión sugiere que Báez fue llevado en avión de un aeropuerto en la provincia de Camagüey (en finca propiedad del ex-general Pérez Dámera) a la República Dominicana y entregado a Trujillo. Esta opinión establece como ejecutor al ex-congresista, Eugenio Rodríguez Cartas.”

Gral. Genovevo Pérez Dámera
Su posible traslado al país pudo ser cierto, porque todo parece suponer que la persona que medió entre Félix W. Bernardino y El Extraño fue Policarpo Soler Cruz quien tenía ciertas facilidades para utilizar aeronaves para realizar vuelos al exterior desde el aeropuerto oriental de Santiago de Cuba y desde una finca que era propiedad del general Genovevo Pérez Dámera.
Policarpo mantenía un fuerte vínculo con Trujillo, y con los servicios de seguridad dominicanos, en tanto había demostrado eficiencia para cometer crímenes internacionales y había realizado varios  operativos de sicariato político  en Honduras, Guatemala, Cuba, Santo Domingo y Haití.


Coronel Orlando Piedra
El coronel Orlando Piedra Negueruela, oficial de inteligencia que fue Jefe del Buro de Investigaciones de Batista, ha dicho sobre Policarpo Soler Cruz lo siguiente: “Uno de los asesinos más terribles que ha conocido la historia de Cuba. Enganchado a los cuerpos policiales por el general Benítez en la década de los años treinta. Fue uno de los autores de la muerte del sindicalista dominicano. Mauricio Báez.”[5]

El Gordo y El Flaco
El compañero inseparable de Policarpo Soler fue el gánster cubano Orlando León Lemus (a) El Colorado, esta pareja de matones fueron  conocidos en los años cuarenta del siglo pasado como “El Gordo y El Flaco”. 


Nota y referencias:


[1] Cassá, Roberto.2014. Personajes Dominicanos, Tomo II, AGN Vol. CCIX, y Comisión Permanente de Efemérides Patrias, Santo Domingo, P. 374-375.
[2] http://apicladecana.blogspot.com/2016/10/el-asesinato-del-lider-obrero-mauricio.html
[3] El Extraño o Matasiete fueron los  apodos usados por el sicario cubano Jesús González Cartas quien participa en el operativo criminal contra Mauricio Báez (Nota de Francisco Berroa).
[4] Daniel E. Raimundo (1994) en su libro titulado "Habla el Coronel Orlando Piedra" Ediciones Universal,  Miami, P. 202.
[5] Ibidem,  P. 224

No comments: