Es un blog especializado en publicaciones sobre historia dominicana, y de otros países, su autor es Francisco Modesto Berroa Ubiera, Profesor Títular de la Escuela de Historia, y ex-director del Instituto de Historia de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Tuesday, July 07, 2009
LA GUERRA HISPANOAMERICANA EN LAS ISLAS FILIPINAS, EN GUAM, ISLAS CAROLINAS Y HAWAI
Ver además: NOTIHISTORIADOMINICANA: GENESIS Y EVOLUCION DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA
NOTIHISTORIADOMINICANA
Por:FRANCISCO BERROA UBIERA
El archipiélago filipino.
Las islas Filipinas, ubicadas geográficamente en el extremo Norte del llamado triángulo Insulindio, forman parte del abigarrado mundo insular del Sudoeste asiático.
El archipiélago filipino ocupa un área total de 300,000 kilómetros cuadrados, y el área de sus territorios insulares abarca 298,170 kilómetros cuadrados. Son en total más de siete mil islas, teniendo mayor importancia sólo once islas: Luzón, Mindanao, Samar, Negros, Palawan, Panay, Mindoro, Leyte, Cebú, Bohol y Masbate, las que ocupan aproximadamente el 95 por ciento del archipiélago.
De todas las islas Luzón y Mindanao son las mayores, otras diez islas llegan a tener más de 4,000 kilómetros cuadrados, y las restantes 7,000 islas son de roca de origen orgánico (coralinas) casi sin tierra e inhabitables. Su clima es tropical marino, y durante los meses comprendidos entre noviembre y abril recibe las lluvias de los monzones.
Su colonización, pueblos y religión.
Fue su primer explorador europeo el portugués Fernando de Magallanes, y llegó a las Filipinas en 1521, siendo luego asesinado por un nativo de la etnia Lupu-lupu en la isla de Mactan. A Magallanes siguieron los exploradores: JIA o Jofre de Loaisa, también conocido como Francisco García de Loaisa, quién acompañado de Andrés de Urdaneta partió del puerto de La Coruña al mando de seis barcos en 21 de julio de 1525, siendo su objetivo dar inicio a la evangelización de las Islas; Loaisa exploró las islas de Mindanao, Visayas y Molucas.
Otro explorador fue Juan Sebastián Caboto (1526), y luego siguió Álvaro de Saavedra Cerón, ex-gobernador de Veracruz (México), y primo de Hernán Cortés, quien dispuso de tres barcos y 105 hombres, distribuidos así: en el barco Florida 50 hombres; en el Santiago 40 marinos, y en el Espíritu Santo 15 hombres, los cuales disponían de 30 cañones, cuya exploración partió de México en 31 de octubre de 1527, llevando Saavedra consigo una carta de Cortés al rey de Cebú. Álvaro de Saavedra exploró las Islas Filipinas en el curso del año 1528, y su muerte se produjo en 9 de octubre de 1529.
Otros exploradores de las Filipinas que partieron de México fueron: Pedro de Alvarado (1541); Villalobos, quien dispuso de seis barcos, entre 300 a 400 hombres, zarpando desde México con destino a las Filipinas en 1 de noviembre de 1542, en donde en el curso del año siguiente realizó varias exploraciones, principalmente de las islas Visayas, Leyte o Samar, y otras; otro fue Don Miguel López de Legazpi,
quien exploró las Islas entre 1564 a 1565 acompañado de 400 ó 500 hombres; posteriormente Fray Andrés de Urdaneta exploró Guam en 22 de enero de 1565.
Estas islas fueron colonizadas por España a partir de 1565 durante el reinado de Felipe II, de donde le viene su nombre al archipiélago: Filipino de Felipe, siendo su primer gobernador Miguel López de Legazpi (1865-1872), iniciándose la fundación de Manila en 1571 (1) . Estas islas España las mantuvo hasta la época de la decadencia del otrora imperio ultramarino de la corona ibérica.
Los pueblos primitivos.
Las islas mayores del archipiélago fueron pobladas en la época prehispánica por malayos, quienes vivían organizados en unidades de gobierno que se hallaban basadas en la sangre y el parentesco familiar conocidas con el nombre de Barangay, unidad que estaba compuesta por un número mínimo de 30 familias y no mayor de 100.
Por lo tanto, en Manila la organización social se fundó en el Barangay, palabra que tiene tres acepciones distintas: 1) Barca o Balangay cuyo capitán o jefe se llama Datu; 2) Lugar de asentamiento de un grupo Barangay con su jefe; 3) Grupo de parientes, es decir, una comunidad Barangay, entre cuyos habitantes se hacía un pacto de sangre conocido como sanduguan.
Sobre la mayoría de las islas se sabe que sus habitantes primitivos eran tagalos y hablaban el tagalo, la lengua nacional del archipiélago. Un mapa etnográfico elaborado por Zamora y otros (1992), identifica en el archipiélago un número de 43 grupos étnicos(2).
Su sociedad de hallaba dividida en cuatro clases o estamentos sociales, entre los cuales los principales eran los Datu o jefes, quienes ejercían el poder y desempeñaban funciones ejecutivas, militares y judiciales; a estos seguían los nobles, conocidos como los Maharlika o Maharlike.
También había hombres libres o Timawa -conocidos igualmente como Timagua o Timmaway-, y, por último estaban los Alipin o clase dependiente y esclavos o peones, el grupo inferior y mayoritario.
Tenían dos tipos de Alipin: los siervos, mejor conocidos como Alipin Namamahay, y los esclavos propiamente dichos denominados Alipin Sanguiguilir.
Su religión era de tipo politeísta, y entre los tagalos el dios principal se denomina Bathala Mayicapal, entre los Visayas Abba o Laon, y entre los Folcanos, distribuidos en el centro de Luzón, Cabunian. Para ellos el cielo es Langit, y les rendían cultos a sus antepasados fallecidos.
De acuerdo con Gutiérrez (1992), la conquista de estas islas "se debe más a la cruz del misionero que a la espada del conquistador"(3)español. Inclusive dice que un Virrey de México llegó a afirmar con relación al archipiélago Insulindio que "en cada fraile tenía el Rey en Filipinas un Capitán General y un ejército entero". Y ciertamente, en la conquista de estas islas la iglesia católica desempeñó un rol de primer orden, logrando los padres Agustinos, Franciscanos, Jesuitas, Dominicos, Agustinos recoletos evangelizar 30,000 nativos en el año de 1581. Casi todos los nativos de las islas Luzón y Visayas fueron convertidos al catolicismo.
Mucho antes de la conquista europea los pueblos filipinos se dedicaban a realizar diversas producciones, destacándose la producción de bienes agrícolas, y mantenían fuertes vínculos comerciales con comerciantes asiáticos, principalmente con China, Japón, Cochinchina, India, y Camboya. Por ejemplo, los intercambios económicos con los chinos datan de la época de las dinastías Táng (618-906 AD.) y Sung (960-1279 AD.), y entre los productos que importaban los comerciantes antiguos de las Filipinas desde China se encontraban: algodón, seda, cerámica, porcelana, hilo de oro, y otros artículos.
Lenguas
Entre los filipinos la lengua predominante era el tagalo, aunque hablaban infinidad de dialectos, y su escritura se denomina alibata.
Actualmente, en las islas Filipinas pueden identificarse 66 grupos lingüísticos, aunque el 90 por 100 de la población mantiene ocho comunidades similares de lengua, siendo estas: tagalo, ilokano, panpangan, pangasinan, los bikol, los cebuano, iligaymon, y Samar-leyte.
Estructura social durante el dominio español.
Las islas Filipinas fueron sometidas al dominio colonial español durante unos 300 años, de 1565 a 1898. En esta época su estructura social se caracterizaba por la preeminencia de los españoles peninsulares encabezados por los miembros de la burocracia colonial y los jefes militares, a estos seguían en importancia los mestizos y chinos, a los cuales seguían los indígenas y los malayos-indios, estimados inferiores a los grupos precedentes.
La población en 1898 y la actual.
Las islas Filipinas se hallaban habitadas en 1898 por una población de 9,000,000 de habitantes, entre ellos 3,000,000 de indígenas que pertenecían a por lo menos ocho tribus; 200,000 sangleyes y mestizos; y 6,000 peninsulares; en las islas se hablaban por lo menos seis lenguas.
El archipiélago tenía 37 provincias; la población aproximada de las principales islas de este archipiélago en 1898, son las siguientes: Luzón con 41,000 habitantes; Mindanao con 37,500; Samar habitada por 5,300 almas; Panay con 4,600; Palawan poblada por 4,150 personas; Mindoro con 4,050; Leyte habitada por 3,090; Negros con 2,300; Cebú: 1,650; Masbate 1,315; Bahol o Bohol 925, y Catanduanes con 450 nativos(4). En 1957 la población de Filipinas era de 57, 369,000 habitantes, de los cuales el 60 por 100 habitaban en las zonas rurales y el 40 por 100 restantes en zonas urbanas. Casi 100 años después de la ocupación de Estados Unidos, en 1992, el archipiélago estaba poblado por 63, 637,000 habitantes.
Manila y otras ciudades
La capital de Filipinas, Manila,(5) se fundó a orillas del río Pasig en una época remota, aunque en 8 de mayo de 1870 fue cuando se establecieron allí los primeros españoles, luego, en 3 de junio de 1571 se le dio la categoría de ciudad española, y, en 24 de junio de 1571 fue formalmente fundada con su propio ayuntamiento, cabildo, y llegó a tener su Audiencia Real (tribunal), fundado en 8 de junio de 1598, siendo su primer presidente Don Tello de Guzmán, y sus jueces oidores o mudos fueron los señores Antonio de Morga, Cristóbal Téllez, y Álvaro Rodríguez, siendo su fiscal Jerónimo de Salazar; disponiendo la ciudad adicionalmente de un consejo municipal.
Su cabildo tenía dos alcaldes ordinarios, un alguacil mayor con funciones de jefe de policía, y 12 regidores.
Otras ciudades Filipinas importantes fueron: Vigan, Naga y Cebú.
Mucho antes de la conquista española las ciudades Filipinas llegaron a tener ejércitos de hasta 2,000 soldados.
En cuanto a Manila, la mayoría de sus habitantes fueron inmigrantes, muchos de ellos chinos, por lo cual mantuvo, como el resto de filipinas, un importante tráfico comercial con la China continental. También, durante los siglos XIV al XVIII Manila tuvo un importante comercio con otros pueblos: el reino de Siam (Tailandia), Japón, Cambodia y India y Cochinchina.
Como quedó dicho antes, en Manila la organización social se fundó en el Barangay. En 1584 Manila contaba con sólo 80 casas, y cuatro años después, en 1588, tenía 80 vecinos y 200 soldados, aunque desde muy temprano en sus alrededores se forman barrios o poblados periféricos que alojaban hacía 1588 unos 7,500 filipinos y cerca de 30,000 chinos.
Los chinos atacaron los arrabales de Quiapo y Fondo, en Manila en 3 de octubre de 1603, por lo cual hubo que disponer de fuerzas adicionales para expulsarlos; en 1609 el gobernador Juan de Silva dispuso de cinco compañías de tropas de infantería para ser destacadas en la ciudad.
Durante los siglos XVI y XVII, y posteriormente, hubo un activo tráfico comercial entre América (México), y las Filipinas (comercio Acapulco-Manila).
La invasión inglesa.
Gran Bretaña durante la Guerra de los Siete Años (1756-1763), invadió las posesiones coloniales de Cuba y Filipinas en 1762. Ello se debió a que los reyes de Francia y España habían firmado un pacto de familia que les garantizaba la mutua protección frente a potencias enemigas, por lo cual, cuando Gran Bretaña inició su guerra con Francia decidió atacar las posesiones coloniales de su aliada: España.
Samuel Cornish, el jefe de una flota inglesa de 13 navíos atacó Manila en 14 de septiembre de 1762, contando con el apoyo de 1,500 soldados y de 3,000 marinos, incluyendo fuerzas hindúes: 300 mercenarios y 1,400 zapadores de la etnia sepoye, es decir, con un total de 6,830 hombres que gastaron en el asalto a los muros de la ciudad 20,000 balas, 5,000 granadas, y una gran cantidad de morteros y bombas incendiarias, obteniendo la rendición de la ciudad de Manila en 5 de octubre de 1762, la cual fue controlada por los ingleses hasta su devolución a España en abril de 1764.
Estados Unidos y las Filipinas.
El interés de Estados Unidos en las islas Filipinas se correspondía con su política de expansión imperial auspiciada por la gran burguesía de ese país y por los círculos de poder de dicha nación, por lo tanto, el interés ulterior de éste país en el control de las islas Filipinas era controlar el mercado chino.
Sobre la importancia económica del archipiélago filipino, sabemos que en: "1880, their exports and imports amounted to $44,042.815. Official stadistcs in regard to the foreign commerce of the islands are no avaible for the years subsequent to 1894, and estimates since the time are based on reports of other countries in Bata, prowred by consular officers and merchants of Manila",(6) además, en 1880 Filipinas es el tercer mayor productor de azúcar mundial. Y un poco más tarde: "In 1894 the total trade was worth $30, 792,559, of which $14,250,717 were imports and $16,541,842 exports".(7) De 1880 a 1894, el promedio anual del comercio de estas islas fue de $37, 566,005.00 En el año de 1897 las importaciones de las Islas Filipinas fueron por un valor de $10, 000,000.00 y las exportaciones por la suma de $20,000,000.00.
El nacionalismo filipino y sus luchas.
El independentismo filipino inició su organización formal bajo el influjo de monjes en 1870. Los sacerdotes que iniciaron la organización política de los filipinos e infundieron en su pueblo las ideas nacionalistas fueron: el doctor Pedro Peláez (1837-1872), José Burgos (1837-1872) -quien fue un académico consagrado y tenía tres doctorados: uno en filosofía, otro en teología y un tercero en derecho canónigo-, Mariano Gómez (1799-1872), Jacinto Zamora (1835-1872), y antes que ellos el seglar Apolinario de la Cruz (1813-1841) quien había sido el organizador de la revuelta de Tayabas (1840).
En 1872 se produjo un motín en Cavite en el cual participaron los clérigos filipinos José Burgos, Mariano Gómez y Jacinto Zamora, los cuales fueron "ejecutados en el campo de Bangumbayan (La Luneta) en 18 de febrero de 1872. El pueblo filipino les ha considerado mártires de la nación, heraldos de la independencia del país. Gomburza (Gómez, Burgos y Zamora), quedaría como contraseña del Katipunan"(8), nombre del movimiento independentista filipino.
Este movimiento tenía un grupo de nacionalistas conocido como Los Ilustrados, fuertemente vinculados a la masonería y con un líder llamado José Rizal (1862-1896), escritor, ensayista y novelista, autor de la novelas Nolime Tangere y Filibusterismo, y fundador en 1892 de la Liga Filipina, siendo apresado por corto tiempo y ejecutado en 30 de diciembre de 1896.
Otros destacados líderes filipinos e importantes propagandistas de la causa de la independencia fueron: Marcelo H. del Pilar, los hermanos Pardo de Tavera y José M. Panganiban.
Una importante salida de religiosos españoles se produce en el año 1896, el archipiélago Filipino fue abandonado por 652 religiosos, de un total de 1,124 frailes que tenían sus misiones en estas islas, y quienes eran dueños de más de 400,000 acres de tierras agrícolas en el archipiélago. Sólo quedaron establecidos 472 curas. Los hechos violentos que se suscitaban en contra de éstos terratenientes
latifundistas de la iglesia provocaron esta acelerada emigración del archipiélago.
En 1897 se produjo el Grito de Balintawak bajo el influjo del movimiento Katipunan -fundado en 7 de julio de 1892-, y liderado por Andrés Bonifacio, quién el 30 de agosto dirigió un ataque a Manila, uniéndose luego al General Emilio Aguinaldo, rebelado en Cavite, y quién defendía también la causa de la independencia del archipiélago, llegando a ser proclamado presidente de Filipinas en Tejeros, Cavite.
Bonifacio odiaba la iglesia y dirigió ataques contra las plantaciones de los padres Agustinos recoletos y dominicos. La guerra de Cavite acabó rápidamente, y el 20 de diciembre de 1897 se firmó un acuerdo entre el gobierno español y Aguinaldo que se conoce en la historia de estas islas como el Pacto de Biaknabato, teniendo Aguinaldo que irse al exilio, estableciéndose en Hong Kong al ser sofocada su revuelta insurreccional por parte de los españoles.
El Pacto de Biaknabato, "nunca fue un pacto de paz" (9) sino un alto al fuego. Dicho pacto, que fue incumplido por los españoles, establecía: 1) que todos los rebeldes serían amnistiados; 2) que Aguinaldo se iría al exilio en Hong Kong; 3) que España pagaría a los rebeldes la suma de 800,000 pesos en tres pagos, uno de 400,000, y posteriormente dos pagos adicionales de 200,000 cada uno, y 4) que pagaría 900,000 pesos a los civiles como una indemnización por los daños de guerra causados por la insurrección. Sin embargo, cuando Aguinaldo se traslada a Hong Kong, Paterno, uno de los líderes sublevados en armas, no le siguió porque el Capitán General español le dio la suma de 200,000 pesos, razón por la cual Aguinaldo lo descalificó para concretar sus planes.
En la historia moderna de Filipinas existe un importante documento conocido como el Sanguniang Hukuman, escrito por Emilio Jacinto, íntimo colaborador de José Bonifacio, mediante el cual se declaró la guerra a España, y el cual se publicó en el mes de febrero de 1898. En ese mismo mes se cortaron a los españoles las líneas del ferrocarril de Dagupán con el propósito expreso de impedir la llegada de nuevas
tropas españolas. La rebelión de los Zambales, en el Norte de la actual provincia de Pangasinán, se produjo en marzo de 1898, y los rebeldes dieron muerte a seis sacerdotes recoletos, principal blanco de las guerrillas insurrectas contra la dominación española. La lucha se extendió rápidamente, y se produjo el corte de las líneas del telégrafo en marzo de 1898.
En Manila, isla que alojaba entonces más de 300,000 habitantes, constituyendo una de las principales del archipiélago, desde el 2 de marzo de 1898 los cónsules de Hong Kong y de Shangai (China), hablaban de los "rumores de guerra con Estados Unidos".(10) El 15 de marzo de 1898 se declaró en alerta la isla de Cavite, en al archipiélago Filipino.
El general Francisco Makabulos Solimán, un antiguo oficial de Aguinaldo, comandó las operaciones preparativas de la posible guerra en Luzón Central. El 23 de marzo de 1898 1,000 Ilocanos de La Unión y de Ilocos Sur, toman el control de la población de Candón, comandados por Isabel Abaya. Para entonces, en la isla de Panay existía también un foco revolucionario, aunque el centro conspirativo se ubicó en Ilo-Ilo.
También en Manila se desarrollaron varias actividades conspirativas, e inclusive, el Capitán norteamericano Woodman y Aguinaldo habían constituido una Junta Revolucionaria en 6 de abril de 1898.
Con el objetivo de pacificar el archipiélago y poner fin a los movimientos insurreccionales internos fue nombrado el general Basilio Agustín como nuevo Capitán General de las islas a partir del 10 de abril de 1898, teniendo este oficial que enfrentar las rebeliones que se produjeron en las poblaciones de las islas Cebú, Luzón y Visayas. Solamente en Cavite hubo un total de 58 muertos y 256 heridos.
Preparativos de la ocupación a Filipinas.
Después de constituida la Junta Revolucionaria por el capitán Woodman y Aguinaldo en 6 de abril de 1898, el cónsul Pratt y Emilio Aguinaldo se reúnen en Singapur en 22 de abril de 1898 para concertar los acuerdos mediante los cuales Aguinaldo realizaría su papel de punta de lanza de la proyectada ocupación a Manila, ya bloqueada para entonces por la armada de Estados Unidos, razón por la cual, el 23 de abril de 1898 el general Agustín notificó a los españoles la declaración de guerra
mediante una proclama, y de inmediato se dio inicio a la organización de las defensas militares de Manila, disponiendo Agustín de un total de 9,000 hombres.
En una carta del líder nacionalista filipino Felipe Agoncillo al general Aguinaldo dirigida a Hong Kong en 27 de mayo de 1898 éste le informa haberle comunicado a Estados Unidos que: "ayudaremos en aras de nuestra independencia" a consumar la invasión de Manila, pero que en caso de negarles a los filipinos el derecho a la independencia "tendremos a los ojos del mundo todo el derecho de luchar contra ellos
por el bienestar de nuestro país".(11)
La batalla de Manila.
En 20 de enero de 1898 el agregado español en Washington envió un telegrama informando que: "En caso de declararse una guerra entre España y Estados Unidos lo primero que se atacaría serían las Filipinas".(12) Asimismo, por orden de Theodore Roosevelt, Secretario de Marina interino, al Almirante George Dewey, en 27 de enero de 1898, se le ordenaba conducir sus barcos a Hong Kong y que "en caso de guerra con España, su misión será evitar que la escuadra española abandone las costas asiáticas, por lo que deberá atacar Filipinas".(13)
Por estas razones, desde bien temprano el Cónsul de Estados Unidos en Manila, Mister Oscar Williams, comenzó a reunir información sobre las principales fortificaciones de la ciudad de Manila. Poco después de producirse el trágico suceso del crucero Maine en el puerto de La Habana, Cuba, en 15 de febrero de 1898, los Estados Unidos pusieron en alerta sus fuerzas militares, ya para entonces expandidas por los
mares del mundo, frente a lo cual los españoles iniciaron los preparativos para la guerra.
Desde la declaración de guerra a España el 25 de abril de 1898, el Almirante George Dewey (1837-1917), quien desempeñaba en ese momento el cargo de Comandante del Escuadrón Asiático, y ocupaba el rango de Comodoro desde noviembre de 1897, recibió instrucciones militares para que permaneciera en Hong Kong hasta que recibiera
ordenes definitivas, y el 1ro. de mayo de 1898 se halla en el archipiélago filipino dando cumplimiento a la orden recibida: "La guerra ha comenzado entre los Estados Unidos y España. Diríjase inmediatamente a Filipinas. Inicie operaciones en el acto, sobre todo contra la escuadra española. Deberá capturar los buques o destruirlos. Emplee el máximo esfuerzo"(14) , y de inmediato Dewey procedió a
hundir la flota española del Pacifico, destruyendo toda la flota del Almirante español Montojo en la Bahía de Manila -esta fue la batalla de Manila, en donde España quedó literalmente derrotada debido al fulminante ataque de la armada de los Estados Unidos.
Con el Almirante Dewey viajaron a Manila el Cónsul Williams, el general filipino José Alejandrino, y otros líderes filipinos que transportaron 25,000 rifles Máuser para distribuirlos entre los filipinos que atacarían a Manila por tierra, mientras Dewey lo hizo por el mar.
La batalla de Manila duró dos horas, hasta que se produjo la rendición del Almirante Patricio Montojo. Casi de inmediato Dewey ordenó a McCulloch ir a Hong Kong en busca de Aguinaldo, a donde llega en 15 de mayo y sale con Aguinaldo en 17 del mismo mes. Aguinaldo llegó a Cavite procedente de Hong Kong en 19 de mayo de 1898, y poco
tiempo después había reunido un gran contingente armado, atacando Manila con una fuerza de 130,000 hombres, de los cuales 30,000 soldados experimentados se hallaban armados de fusiles y 100,000 blandiendo armas blancas -principalmente machetes-.
Nuevos sucesos de la Guerra Hispanoamericana en Filipinas.
Transcurrido poco tiempo después de estos hechos, el General Emilio Aguinaldo (1869-1964), se proclamó dictador de las islas Filipinas en 9 de junio de 1898, a la edad de 29 años, conjuntamente con los señores Gregorio Gonzaga, Leandro Ibarra, y otros lideres que seguían a Aguinaldo, quien era nativo de Cavite, en donde había dirigido ataques militares contra las fuerzas españolas, en cuyas filas militares se había formado. A raíz de la Guerra de 1898, como previamente hemos explicado, Aguinaldo fue retornado a suelo filipino el 19 de mayo de 1898 por los militares de Estados Unidos, y reinicio las hostilidades bélicas el mismo 22 de mayo de 1898. Los militares de Estados Unidos lo impusieron como gobernante de su pueblo ese mismo año. La independencia de las islas Filipinas del dominio español se proclamó el
12 de junio de 1898. Destaca Gómez con relación a la toma de Cavite que:
“...el mismo Merrit confiesa que Aguinaldo llegó a Cavite procedente de Hong Kong, poco después del combate naval, y previo el consentimiento de las autoridades americanas, comenzó a movilizar tropas y a estrechar a los españoles sobre Manila, y que luego reunió fuerzas bastantes y hubo logrado ventajas sobre el enemigo, proclamó un gobierno republicano independiente, presidido por él: de modo que a la fecha de llegada de Merrit tenía organizados, al menos en el papel, los poderes ejecutivo y legislativo, había subdividido el territorio para facilitar la administración y se hallaba en posesión de muchos puntos de la isla, además de los inmediatos a Manila.”(15)
Por su parte, Agustín, incomunicado totalmente, espera en 16 de junio de 1898 la llegada de la ayuda del Almirante Cámara, cuya flota no llegó nunca a cruzar el canal de Suez. El Cónsul Widman escribe a Aguinaldo en 25 de junio de 1898 , diciéndole: "No olvide que los Estados Unidos emprendieron esta guerra con el único propósito de librar a los cubanos de las crueldades que sufrían y no por amor de
conquista o expectación de lucro. Se ven impulsados por los mismos sentimientos hacia los filipinos".(16)
El 30 de junio de 1898 llega a Filipinas un refuerzo de 2,700 soldados bajo el mando de Thomas M. Anderson con instrucciones personales de McKinley en el sentido de que se debía: "completar la derrota del poderío español en el sector (Manila) y proporcionar paz y seguridad a las Islas mientras continúen en poder de los Estados Unidos"(17) . La proclamación de independencia del general Emilio Aguinaldo se produce en 18 de julio de 1898.
Las operaciones militares de Estados Unidos.
Aparte del Almirante George Dewey, los generales de Estados Unidos Anderson, William MacArthur, Frank V. Greene y Merry formaron el alto comando de los Estados Unidos en las islas Filipinas, y fueron los encargados de planificar y desarrollar las operaciones militares norteamericanas en el archipiélago; el general Wesley Merry comandó las tropas terrestres; en 30 de julio de 1898 Merrit ataca la plaza de San
Antonio, y contraatacando los españoles al día siguiente, lo que determinará que los norteamericanos pidan refuerzos. Los combates continuaron los días 1 y 2 de agosto, hasta que se instala una batería norteamericana que aseguró el triunfo de las tropas de Estados Unidos, produciéndose la rendición del fuerte de San Antonio Abad en 9 de
agosto de 1898.
En resumen, en los escasos cuatro meses que transcurren entre la fecha de la batalla de Cavite y la capitulación de Manila, España ha de plantar cara a un doble frente: por una parte el que ofrecen las tropas americanas de desembarque, mientras la escuadra permanece en situación expectante y jactanciosa; por otra, los ataques de los insurrectos filipinos, crecidos al compás de la debilitación del poder
español, mientras que los tagalos, a tres kilómetros de distancia, asediaban intermitentemente la plaza de Manila, punto clave de la guerra.
Army en acción.
Luego de la destrucción de la flota española, el Almirante George Dewey fue nombrado Comandante en Jefe de las islas Filipinas, quien conjuntamente con el general del ejército (Army) Wesley Merrit se encargan de tomar el control del archipiélago Filipino, disponiendo inicialmente 5,000 soldados para ejercer el control de estas islas. Fue exactamente el 31 de julio de 1898 cuando se dio inicio formal a la guerra en las islas del archipiélago Filipino; en un principio el Almirante George Dewey y sus tropas capturaron unos 3,000 prisioneros de guerra, incluyendo 2,000 soldados españoles, pero fue el día 13 de agosto de 1898 cuando se produce la rendición de la totalidad de las tropas españolas, y el 14 de agosto se produce la cesión de Manila.
Los rendidos fueron un número mayor de 8,000 soldados, y en los ataques se produjeron cinco muertes y 43 heridos de Estados Unidos.
Los generales de Estados Unidos que tuvieron el control de esta guerra fueron: Frank V. Greene, William McArthur y Wesley Merrit, entre otros "héroes" de los enfrentamientos navales.
El general Wesley Merrit, conjuntamente con los generales Anderson y Greene, quiénes eran los encargados de las operaciones terrestres tomó el control de la isla de Cavite el 25 de julio de 1898, siendo gradual el desembarco de tropas expedicionarias, las cuales fueron llegando y desembarcando paulatinamente los días 30 de junio, 17, 25 y 31 de julio, y los días 21, 24, y 31 de agosto de 1898.
A la llegada de Merrit con un contingente de 8,500 soldados ya casi todo el trabajo de pacificación lo había hecho el general filipino Emilio Aguinaldo con un contingente de 12,000 hombres armados, quien aproximadamente desde mayo se hallaba enfrentado a los españoles, logrando el primer día de julio el control militar de los territorios de Cavite y de Parañaque.
La defensa española.
Las fuerzas de defensa terrestres de España en Manila consistían en un total 15,690 soldados, los cuales tenían el apoyo -en los distintos sectores en que se hallaban organizados en sus líneas defensivas- de un artillado compuesto por 36 cañones, dos obuses, dos morteros y dos ametralladoras, debidamente distribuidas en unos seis sectores.(18)
Todos los hombres de infantería tenían fúsiles Máuser y Rémington con un elevado parqué de municiones. El consumo de municiones de los soldados españoles, desde el 6 de junio al 31 de julio de 1898 fue así: fusiles Máuser: 358,526 municiones; fusiles Rémington: 392,018 municiones; bombas explosivas: fueron lanzadas 311; bombas incendiarias: 34; granadas ordinarias: 3, 891; granadas metálicas: 1,067.
El número de municiones gastadas nos permite deducir el grado de la beligerancia entre las tropas españolas y sus soldados voluntarios -éstos eran: intramuros: 56 oficiales y 1,237 soldados; y extramuros: 71 oficiales y 1,503 soldados-, frente a las tropas enemigas de avanzada comandadas por el general Emilio Aguinaldo quien contaba con el apoyo logístico de los Estados Unidos. La capitulación de las tropas
españolas en las Filipinas, representadas por los oficiales, señores Nicolás de Peña y Carlos Reyes, se hizo efectiva el 14 de agosto de 1898 ante el General voluntario F. V. Greene, y el Capitán B. P. Lamberton de la Marina de Estados Unidos.(19)
Declaración de la ocupación militar de Estados Unidos.
El 14 de agosto de 1898 el general Wesley Merrit con el apoyo de 15,000 soldados de Estados Unidos hizo una proclamación a los filipinos, mediante la cual toma posesión de la isla y dijo:
“The government established among you by The United States is a government of military occupation; and for the present it is ordered that the municipal laws such as effect private rights of persons and property, regulate local institutions, and provide for the punishment of crime, shall be considered as continuing in force, so for as compatible with the purposes of military government and that they be administered though the ordinary tribunals substantially as before occupation, but by officials appointed by the government of occupation.”(20)
A partir del 14 de agosto de 1898 se produce la anexión de Manila con la proclamación del general Wesley Merrit, en tanto la proclamación de Jáudenes se hace efectiva el 23 de agosto, dándose inicio de esta manera a un gobierno de ocupación militar, y en consecuencia a una lucha de resistencia que se prolonga hasta 1901.
El General Merrit consideró a los filipinos más inteligentes que a los cubanos, y el 21 de agosto de 1898 fue sustituido por Comandante General Ewell S. Otis,
quien pasó a ejercer el gobierno militar del archipiélago. La guerra en Filipinas tuvo para Estados Unidos un costo sumamente oneroso que alcanzó la cifra de $170, 000,000.00 de dólares.
Desde el 30 de septiembre de 1898 Estados Unidos dio instrucciones a sus diplomáticos en París para que por todos los medios obligaran a los españoles a cederles las islas Filipinas, cuando se iniciaron las negociaciones de paz entre España y los Estados Unidos para la firma del Tratado de París, y de manera particular, cuando se debatió lo relativo al destino de las Islas, los españoles trataron por todos los medios parlamentarios de convencer a sus homólogos norteamericanos para que abandonaran éste archipiélago, y permanecieran ocupando y
controlando solamente la isla Luzón, ante lo cual, el presidente MacKinley se opuso formalmente, contando con el apoyo del Congreso que se mantenía informado sobre las negociaciones que se realizaban, e inclusive en 11 de noviembre de 1898 los norteamericanos encabezados por Mister Day tuvieron que solicitarles formalmente a los españoles que moderaran sus exigencias con relación a las filipinas.
Deodato Arellano, un destacado intelectual filipino, escribió sobre la ocupación a las Filipinas que:
“A la llegada de los americanos aquí, salvo en lo político, regía el mismo sistema que en la metrópoli con referencia a los derechos individuales, propiedad, personales y de familia...[...], se hallaba vigente un sistema de gobierno municipal que, si bien centralizado, se adaptaba al progreso administrativo del país, un código penal, un código civil, y un código de comercio idéntico a los de España; una ley hipotecaria común a las otras provincias ultramarinas de Cuba y Puerto Rico…, íbase en pos del asimilismo con la metrópoli.”(21)
Los principales problemas hallados por Estados Unidos fueron: el idioma [el tagalo], el relativo a los derechos políticos, y el del mestizaje.
Emilio Aguinaldo nombró a Felipe Agoncillo Ministro Plenipotenciario en Washington y París en septiembre de 1898. La proclamación oficial de la primera República de Filipinas se hizo en 23 de enero de 1899, siendo en 2 de junio de 1899 cuando se produce la capitulación del último foco de resistencia española en las Filipinas, específicamente en el distrito de Príncipe (Luzón) donde con un puñado de hombres
comandados por el Capitán Enrique de los Moreros, y Saturnino Martín Cerezo, España, cuajada en la impotencia de sus soldados, había manifestado su apego a una causa que no había sabido defender en su debido momento, y por lo tanto, su oportunidad de mantener el control del archipiélago filipino quedó perdida, porque una sociedad que se debate entre el pasado y el presente expresado en las dicotomías monarquía versus el constitucionalismo; lo tradicional versus lo moderno; la colonia versus la provincia autónoma, es una sociedad que se corroe y se desmorona gradualmente sin tener planes ni fines bien definidos, y más aún si el enemigo tiene planes y propósitos claros y bien definidos.
La Guerra Filipino-Americana.
Entre el 4 de febrero de 1899 a 1902 se produce la guerra filipino-americana, aunque el general Aguinaldo se rindió a las tropas norteamericanas en 1901, esta lucha se continuó manifestando.
Cuando se dio inició esta nueva guerra, Estados Unidos tenía destacados en Filipinas 838 oficiales y 20,000 soldados.
En 4 de marzo de 1899 visitó Manila la Comisión Schurman de Estados Unidos, compuesta por los señores: Jacob G. Schurman, Presidente de la Universidad de Cornell; Charles Denby, Ministro Consejero en China; Dean C. Worcester, profesor de la Universidad de Michigan; Almirante George Dewey, de la Flota Asiática, y el gobernador General Elwell S. Otis, Gobernador Militar de Filipinas, quienes investigaron a más de 60 testigos sobre los acontecimientos que se habían manifestado.
A resultas de estas investigaciones los Estados Unidos van a definir ciertos principios en cuanto a su política hacia las islas Filipinas y sus habitantes, los cuales se pueden resumir en los siguientes seis puntos: 1) Que se debía imponer a los filipinos en gobierno de Estados Unidos; 2) Que la libertad y autonomía relativa de los filipinos debía de ser preservada; 3) Que el gobierno de Estados Unidos debía preservar la garantía de los derechos civiles y políticos en todo el archipiélago; 4) Que se debía garantizar a los filipinos la libertad religiosa y se debía reconocer la igualdad de sus derechos legales; 5) Que se debía prohibir
en todo el archipiélago la explotación de las personas dedicadas al trabajo productivo; y 6) Que el gobierno de Estados Unidos debía garantizar el bienestar y el desarrollo del pueblo.
Posteriormente otra comisión, la Taft, presidida por el Honorable William Howard Taft llegó a Manila en 3 de junio de 1900, realizando nuevas averiguaciones, y en 1ro. de agosto depuso ante esta comisión el señor Mabini.
La Guerra finalizó en 4 de julio de 1902, y en el curso de la misma Estados Unidos movilizó unos 70,000 soldados que participaron en 45 combates mensuales entre febrero y noviembre de 1899; y entre diciembre de 1899 y junio de 1900 en 106 combates mensuales.
Durante la guerra Estados Unidos sufrió 6,000 bajas, 4,000 muertos y 2,000 heridos, y gastó unos 600 millones de dólares, por lo cual desde el 12 de noviembre de 1902 se impuso una ley contra el bandolerismo que incluía la pena de muerte.
A raíz de la rebelión de los tagalos en el archipiélago filipino, el congreso llamó a los altos mandos militares y a los funcionarios civiles del Departamento de Defensa y del Departamento de Estado. En el curso de esas audiencias (congresional hearings) Dewey, Taft y Mac Arthur, entre otros definieron el ejemplar y regenerador papel de Estados Unidos en Filipinas, y principalmente Mac Arthur anticipó el concepto de historia que años más tarde popularizó la biblia nazi. Mac Arthur decía:
“Hace muchos miles de años que nuestros antepasados arios criaron el ganado, formularon un lenguaje, se multiplicaron y expandieron. En su expansión al oeste ocuparon a Europa, desarrollaron artes y ciencias y crearon una gran civilización, dividida en ramas innumerables, fertilizaron el mundo con su sangre y sus ideas, base inexcusable del progreso humano, cruzando el Atlántico para cultivar, poblar y civilizar un hemisferio. Las leyes dinámicas que hicieron posible tales maravillas operan todavía con vigor inexorable, y recientemente impulsaron a una de esas ramas del pueblo ario a cruzar el Pacífico, iniciándose de este modo una etapa de evolución social progresiva que, confío aportará contribuciones sustanciales en beneficio de la unidad de la raza y la fraternidad humana....Incuestionablemente somos los instrumentos de las grandes hazañas que muy posiblemente influirán en la historia del mundo en mayor medida que otros hechos cualesquiera desde el descubrimiento de América. La esperanza y la decisión van a la par que nuestra bandera: magnifico es el destino que se nos depara en el este.”(22)
De esta manera, el general estadounidense de origen alemán, al igual que Roosevelt, se adelantaba a Hitler, Rosemberg y Goebbels en torno al Drag Nack Osten.
Para concluir este último capítulo estas breves noticias adicionales sobre las Filipinas: en 1907 se convocó y efectuó la primera asamblea legislativa, y, mediante el acta Jones, en 1916, se le concedió la autonomía a las Filipinas, convirtiéndose este territorio en una república democrática soberana por medio del acta Tydings-McDuffie en 1935.
En conclusión, las islas Filipinas fueron propiedad de España durante unos 333 años, es decir, durante más de tres siglos (1565-1898), luego cayeron en la redes de los Estados Unidos, y desde 1898 a 1946 (50 años), pertenecieron a esta poderosa nación, aunque de 1941 a 1944 Japón las ocupa e instaura el gobierno títere del presidente José P. Laurel, siendo en 1945 cuando Estados Unidos restablece su control
sobre el archipiélago. En 14 de julio de 1946 los filipinos alcanzaron su independencia nacional, y se constituyó como tal la actual República de Filipinas.
Guam y las islas Marianas.
Las Marianas o islas de los Ladrones -como también se les denominaba por haber estado infestadas de piratas- tienen una extensión de 38,670
kilómetros de largo, y entre 7 a 15 kilómetros de ancho. Fueron ocupadas por España en 1521 y colonizadas formalmente a partir de 1565.
En 1898 fueron ocupadas por Estados Unidos a raíz de los acontecimientos de la guerra Hispanoamericana de ese año. Guam, la principal de sus islas, se halla ubicada unos 2,400 kilómetros al Este de las Filipinas, tiene una extensión de 543 kilómetros cuadrados y es un territorio de Estados Unidos desde el Tratado de París del 10 de diciembre de 1898.
Las Marianas del Norte, con una extensión de 473 kilómetros cuadrados, y ubicadas a 720 kilómetros al Este de Guam, también forman parte del Commonwealth de Estados Unidos. Las Islas Marianas del Norte fueron adquiridas por Alemania en 1899, y en 1945 Japón las invadió.
Las Islas Carolinas.
Las islas Carolinas fueron ocupadas por Estados Unidos en 1898. Hoy día Estados Unidos tiene su administración fiduciaria aunque forman parte del Trust territorial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Constituyen un total de 930 islas con una superficie territorial de 450 millas cuadradas y una área oceánica de 1.3 millones de millas cuadradas. Sus principales distritos administrativos son Palau, Yap, y, Truk Ponape. En 1980 poseían 79,785 habitantes.
El caso de Hawai.
Un tratado de reciprocidad comercial y entre los Estados Unidos y Hawai fue ratificado en 1875. Desde el año 1881 existió un manifiesto interés de Estados Unidos en el archipiélago de Hawai, y en el año de 1889 se logró establecer una base militar en el puerto de Pago Pago en la Isla de Samoa, y desde entonces Hawai fue sometido a un gobierno tripartito de Alemania, Inglaterra y Estados Unidos.
El interés por Hawai, lo mismo que el interés por Guam y las Filipinas estaba determinado por el deseo de los Estados Unidos de alcanzar el control del mercado chino.(23) En 1890, el 99 por 100 de las exportaciones de Hawai eran de azúcar con destino a Estados Unidos.
Blaine opinaba con relación a Hawai que: "aunque [se hallaban ubicadas] mucho mas lejos de la costa californiana que lo que está Cuba de la península de La Florida -escribía en 1881-, [Hawai] mantiene en el mar occidental una posición muy similar a la de Cuba en el Atlántico. Es la llave del dominio marítimo de los Estados Unidos del Pacifico, como Cuba lo es del comercio del Golfo".(24)
Por lo tanto, debido a su localización o su posición geográfica, a sus riquezas marinas y terrestres, otro de los territorios ocupados por Estados Unidos a partir de 1898 son las islas del archipiélago de Hawai, con las cuales Estados Unidos había mantenido un interés manifiesto y un importante intercambio comercial desde antes de la ocupación, Por ejemplo, En 1896, las importaciones de Hawai procedentes de Estados Unidos fueron por un monto de $3,928,187, y en 1897, por un valor de $4,622,581.(25)
En cuanto al comercio de Estados Unidos con Hawai, en 1897, los puertos del pacífico de la Unión Norteamericana establecieron un comercio de bienes con Hawai por un valor ascendente a la suma de $6,.502,936.70, y los puertos del Atlántico lo establecen por un valor de $297,091.64, equivalentes a un 73.58 y un 3.36 por ciento del comercio total de las islas.
Notas y referencias.
1. Para un mejor conocimiento sobre los primeros gobiernos españoles del archipiélago y sobre las caracteristicas iniciales del proceso de colonización consultar la obra: Antonio de Molina: América en Filipinas, Madrid, Editorial MAPFRE, 1992, PP. 31-55.
2. Según Zamora, et al : Los indígenas de las islas Filipinas, Madrid, Editorial MAPFRE, 1992, P. 15, esos grupos corresponden y se distribuyen así: a Luzón (Negrito), corresponden los siguientes: 1) Ivatan; 2) Iloko; 3) Ibanag; 4) Apoyao; 5) Kalinga; 6) Tinggión; 7) Ifugas; 8) Bantak; 9) Igorat; 10) Goddang; 11) Isinai; 12) Ilongat; 13) Pangasinan; 14) Sambali; 15) Panpongan; 16) Tagalog; 17) Bikol; 18)
Dumagal; 19) Palonan; los de Visaya son: 20) Cebú-Bisaya; 21) Samar-Leyte; 22) Paney-Bisaya; 23) Aklan-Bisaya; los de Mindoro-Palawan: 24) Mangyan; 25) Kuyanan-Kalamian; 26) Tagbonua; Los de Mindanao-Sulú, Sulú-Samal Bajau Mora: 27) Yukan-Moro; 28) Magin Danao-Moro; 29) Lanao-Moro; 30) Sanggil-Moro; 31) Tirurai; 32) Sabanun; 33) Bukidnan; 34) Manobo; 35) Manguanguan; 36) Ata; 37) Bogobo; 38) Isemal; 39) Kuluman; 40) Tagakoolo; 41) Bila-an; 42) Mandaya; 43) Tagabili.
3. Gutiérrez, Lucio: Historia de la Iglesia en Filipinas(1565-1900). Madrid, Editorial MAPFRE, 1992. P. 43.
4. En: White Trumbull: Our New Possessions. Chicago, Illinois, International Publishing Company, 1898, P. 157.
5. El vocablo Manila procede de la voz indígena May-Nilad que significa "que tiene plantas de Nilad" o "pueblo de Nilad". Nilad es el nombre de la planta Sephiphira hidrophilalde Gaertner. En la antigüedad los filipinos bautizaban las ciudades con el nombre de la planta más abundante en el sitio de la fundación (Nota del Autor).
6. March, Alden A.M.: A New History Of The Spanish American War, Including: The Post History and Future Destiny of Our New Possessions. Philadelphia, P. A., American Book & Bible House, 1899, PP. 155-156.
7. Ibídem, P. 156.
8. Gutiérrez, Lucio: Opus cit., P. 281.
9. Ibídem, P. 285.
10. Gómez Núñez, Severo: La Guerra Hispanoamericana. Puerto Rico y Filipinas. Madrid, Imprenta del Cuerpo de Artillería, 1902, P. 178.
11. Antonio de Molina: Opus cit., P. 129.
12. Ibídem, P. 123.
13. Ibídem, P. 123.
14. Ibídem, P. 127.
15. Gómez Núñez, Severo: Opus cit., P. 199.
16. Antonio de Molina: Opus cit., P. 129.
17. Ibídem, P. 130.
18. Verse, para detalles, Gómez Núñez, Severo: Opus cit., PP. 202-205.
19. Ibídem, PP. 226-7.
20. En: White Trumbull: Opus cit., 1898, P. 112.
21. Julia Cintrón ruano: Hispano-filipinos del siglo XIX. Madrid, Editorial MAPFRE, 1992.
22. General William Mc Arthur: en American Imperialism and the Philippine Insurrection, Selections form Congressional Hearings, Boston, edited by Henry F. Graff, 1969. P. 136, y Fuentes Mares: Opus cit., 1980, P. 35.
23. Veer: T. McCormick: Insular imperialism and the open door policy: the China market and the Spanish-American War: En: Pacific Historical Review, Núm. 32, Mayo de 1963, P. 155.
24. Foner, Philip S. Opus cit., I: P. 27.
25. White Trumbull: Opus cit., P. 676.
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