Sunday, January 13, 2008

TRUJILLO, EL BISEXUALISMO, LAS ORGIAS, Y SU CONDUCTA AMBIVALENTE (La Otra Fiesta del Chivo)














Por: Francisco Berroa Ubiera, Historiador
La historiografía tradicional dominicana ha elevado a Trujillo sobre el cielo. El dictador ha sido más que endiosado, sin embargo, aquellos aspectos que lo dibujan tal cual fue han sido ocultados. Por ejemplo el bisexualismo.
Con este trabajo pretendemos iniciar la total demitificación del otrora dictador dominicano. Algunos para justificarse argumentaran que esa era su vida privada, pero a este caso no puede aplicársele la máxima latina que reza: “Vicios privados, beneficios públicos”, sino que debe decirse “Vicios públicos, perjuicios colectivos”.

Los centros para orgías
El mundialmente famoso dictador dominicano poseía la fama de ser un súper macho, por ello se creyó durante mucho tiempo que la amplia red de centros de orgías a su disposición en todo el territorio nacional eran usados para despojar de su virginidad a bellezas núbiles.
Entre estos centros se pueden citar los siguientes:
  • - la denominada Casa de Caoba o Las Caobas de San Cristóbal;
    - la Casa Blanca de la Hacienda María;
    - el Castillo del Cerro de San Cristóbal;
    - la Casa de playa de Najayo;
    - la Mansión de Barahona;
    - la Suiza de Constanza;
    - la Mansión de San José de Las Matas;
    - la Casa de Santiago;
    - las Habitaciones habilitadas para uso privado del tirano en todos los locales del Partido Dominicano en el país;
    - las residencias urbanas y campestres de algunos de sus conmilitones y funcionarios en toda la nación;
    - las suites presidenciales de los hoteles Jaragua, Hispaniola, Embajador (en Santo Domingo), Maguana de San Juan, Montemar de Puerto Plata, Cayacoa en Higüey, Hamaca de Boca Chica, Matum en Santiago, Montaña en Jarabacoa, etc…
    las casas de todos los gobernadores/as provinciales;
Es el propio Joaquín Balaguer quien pone de relieve las escapadas de Trujillo a sus centros de orgías. Explica el estadista fallecido:

"Las noches pasadas en la mansión de "Las Caobas", construida con maderas de la mejor clase en una colina situada en medio de un valle primoroso, solía dedicarlas a expansiones íntimas con personas de su mayor confianza. Amigos obsequiosos cuya ocupación principal consistía en coleccionar mujeres para el harén del César, llevaban con frecuencia a esas veladas a aquellas que habían sido escogidas por él, entre las muchas que aspiraban a su protección o que acercarse al personaje todopoderoso en busca de algún favor para sí o para alguno de sus familiares. El día antes de su partida para Fundación, solían desfilar por el Despacho de Trujillo una gran cantidad de aspirantes, por lo general bellezas núbiles destinadas a alegrar la senectud melancólica de éste don Juan marchito. Las candidatas eran traídas desde diversos lugares de la República y pertenecían a todas las categorías sociales. Estas escenas, presenciadas desde lejos por la empleomanía de Palacio, constituían uno de los signos más desalentadores de la descomposición moral que en los últimos tiempos de la tiranía empezaba a minar la sociedad dominicana" (Balaguer, 1993, PP. 276-277).

Para Balaguer, "Trujillo fue esclavo de sus pasiones. (...) Muchos de los actos de Trujillo pueden interpretarse como manifestaciones de insensatez o como brotes de locura".(Ibidem, P. 299).

Según el mismo colaborador del tirano, el hermano del dictador, Amable Romeo Trujillo Molina (a) Pipí, decía que "el jefe es como los gallos de calidad: cuando no tiene a quien picar, se pica a sí mismo".

Aunque provoque asombro, esta expresión es en cierta medida inexacta, porque el gallo Trujillo no tenía normas para picar, ni calidad en la picada, y en lo sexual, se subía sobre las gallinas y las picaba, pero picaba otros gallos, y no sabemos si también se dejaba picar.

Refiriéndose a las orgías de Trujillo en la llamada Casa de Caoba de la hacienda Fundación de San Cristóbal, Almoina afirma: "Estas orgías son las que pueden llamarse normales. Más hay otras de tipo viteliano, para satisfacer los impulsos ambisexuales de Trujillo"(Almoina, 1999, P. 34).

Sobre esta conducta desviada del dictador, Almoina aclara que:

"Para lo ambisexual, el hombre de confianza de Trujillo es Manuel de Moya, que se desnuda ante su jefe y juntos realizan las más indescriptibles combinaciones. Otro tipo igual, pero más degenerado, es Vega Batlle, complaciente camarada del tirano, y... Rector de la Universidad. Hay épocas en que el déspota se rodea de secretarios maricones. Es cuando le domina la libido anormal".(Almoina, 1999, P.35).

Como se puede notar, Almoina considera a Trujillo un bisexual, pero consideró que sus perversiones eran completamente anormales, afirmando que en lo sexual Trujillo "no tolera resistencias ni oposiciones. A una muchachita honesta que rechazó sus pretensiones, la prendieron y se la llevaron, e hizo que todo el destacamento de Fundación la poseyera [sexualmente] y así destrozada moral y materialmente, la mandó a su casa" (Almoina, 1999, P. 34).

El narcisismo homosexual de Trujillo

Sobre el supuesto machismo de Trujillo, considerado como el ejemplo superior de virilidad y de masculinidad nacional, casi nadie se imagina que el tirano, incluso, se exhibía desnudo ante sus aduladores en una expresión de narcisismo homosexual.

Sobre este tipo de conducta el que mejor ilustra las desviaciones de Trujillo es Almoina, quien lo conoció tanto que fue durante 11 años su secretario privado, afirmando que:

"En una ocasión fueron a decirle a Trujillo que Telésforo Calderón -La Calderona- y Vega Batlle -La Julia- habían sido sorprendidos en una habitación del hotel Presidente, desnudos y acariciándose. Un hombre decente o un macho como el dictador pretende ser, les hubiera mandado a la fortaleza. Él reaccionó en ambisexual y premió el escándalo -por todo ciudad Trujillo corrió la especie- haciéndolo a uno Secretario de Estado de la Presidencia y al otro Rector de la Universidad".

"Esta Julia Vega, que como Moya cede también su casa al Sátrapa, para que en ella se vea con mujeres o muchachitos, es también reputadísimo alcahuete. Sin embargo, su esfera de acción es muy diferente a la de la Mayer, a la que ya hemos aludido, y de la de Moya. Moya actúa en el interior del país en los campos de La Vega, entre guajiritos y niñas de la clase media; La Julia desarrolla sus actividades en los medios burocráticos, entre mecanógrafas, oficinistas y estudiantes"(Almoina, 1999, P. 35).

En otro contexto de su obra Almoina amplía sobre la relación Trujillo-Moya Alonzo. Moya Alonzo era:

"Antiguo maniquí de anuncios en Estados Unidos (aún pueden verse en distintas ciudades del continente infinidad de fotografías que le presentan en ropas menores anunciando camisetas y calzoncillos o vestido de smoking con gesto amoroso, al lado de una rubia anunciando la brillantina Glostora) que a más de servir a Trujillo como "mignon", le proporciona (fiel a la práctica del ambisexualismo) doncelllitas que arranca a los padres, ya en el campo, ya en la ciudad, para llevárselas a Fundación o aún a la misma casa de Moya en donde el dictador las estupra. Por estas prácticas llegó a elevarse a la categoría oficial de Ministro de Obras Públicas" (Almoina, 1999, P. 199).

Balaguer define a Moya Alonzo como un "playboy", y afirma que él era "una especie de Adonis que supo conquistar el corazón de Trujillo con su belleza varonil y con su limpia sonrisa. Cualquier quebranto de Moya Alonzo, por ligera que fuera, perturbaba a Trujillo"(Balaguer, 1990, P. 213), relatando que en una ocasión don Emilio García Godoy le encontró "enternernecido hasta las lagrimas" cuando uno de sus médicos le ofrecía información sobre un quebranto de Moya Alonzo.


Explica Balaguer que:

"La circunstancia que aproximó a Moya Alonzo y a Trujillo no deja de ser curiosa. Trujillo había visto durante un viaje a los Estados Unidos, papeles y afiches en que Moya Alonzo aparecía anunciando la pasta de dientes Colgate, y le llamó la atención la elegancia y la apostura del sujeto. Cuando se le informó que era dominicano y que pertenecía a una de las familias más distinguidas de del país, le hizo traer a su presencia y de ese encuentro nació la simpatía que los unió durante el resto de sus días. Moya Alonzo fue como una flor exquisita nacida al borde de un lodazal"(Balaguer, 1990, P. 213).

A Moya Alonzo los médicos le diagnosticaron un tumor debajo de la lengua; Trujillo lo envió a Estados Unidos y se sabe que:

"…durante varios días vivió (Trujillo) pendiente del teléfono en espera del resultado de las pruebas correspondientes. Trujillo murió sin conocer la verdad. La tragedia del 30 de mayo le ahorró el dolor de ver con sus propios ojos, los estragos hechos por la cirugía en el cuello y en parte del rostro del único tal vez de sus colaboradores a quien quiso con afecto entrañable"(Balaguer, 1990, PP. 214-215).

Personalmente pongo en duda que exista una persona que haya conocido a Trujillo mejor que Joaquín Balaguer. En su obra La palabra encadenada, el Doctor explica que Trujillo:

"A las doce en punto subía al comedor del Palacio con algunos de sus allegados. Aprovechaba estas comidas, para cambiar impresiones con sus íntimos. Oía a muchos de ellos, en tales ocasiones, relatar episodios históricos o pequeños chismes de familia. Era (Trujillo) extraordinariamente afecto a las intrigas de salón y a los enredos sociales. Le encantaba (a Trujillo) oír de labios de sus contertulios habituales, la relación de una infidelidad conyugal o de algún descalabro sufrido en su honor o en su hacienda por algunas de las principales familias dominicanas. En estas particularidades se revelaban el matiz femenino que había en la complejidad de su carácter y el resentimiento social que albergó siempre en su pecho" (Balaguer, 1993, PP. 271-272).

Trujillo adúltero

Pero las inconductas del dictador no se quedaban en el contexto antes dicho; Trujillo también se satisfacía poseyendo sexualmente las esposas de sus mejores amigos y colaboradores, tales los casos indicados por Almoina -los de Frank Parra y Paíno Pichardo, entre muchos otros-.

La megalomanía de Trujillo


Trujillo mezcló el culto a su personalidad con sus delirios de grandeza (Megalomanía), creyéndose superior a Napoleón, a César, Hitler, Bolívar, y otros grandes hombres de la historia universal.

Tenía que oir y sentir constantemente el halago de las lenguas melifluas de sus cortesanos.
Frases tales como "Dios Y Trujillo" acuñada por Mozo Peynado; "Trujillo y Dios" de Logroño; o el contenido de Merengues típicos como el titulado "Trujillo Molina, hombre sin igual", cuyas letras se difundían por toda la nación: "Trujillo en la tierra / en el cielo Dios", son un claro indicio de que el dictador era un paciente psiquiátrico en potencia, atribuida esta conducta anormal a sus taras sifilíticas y a una esquizofrenia progresiva.

A Trujillo, "Lo poseyó sin duda una megalomanía casi patológica, pero la utilizó malignamente para rebajar a todos sus compatriotas hasta un nivel en que a nadie le fuera posible competir con él en ninguna actividad humana".(Balaguer, 1993, P. 284). La envidia hacía los demás corría pareja con su profundo resentimiento social.

El dictador vivió a partir de 1937 cuando realiza la matanza de haitianos de una crisis sicopática a otra, hiperbolizando su megalomanía.

Con sus hermosos y vistosos uniformes soportaba sobre su pecho el peso de varias libras de medallas; ora con el bicornio o el tricornio, ora con el traje de Generalísimo achamarrado, el dictador se paseaba entre sus acólitos, hombres-mujeres, marcando el paso de la vida nacional.

Realmente Trujillo quiso parecerse al CESAR romano, considerado en su tiempo como la mujer de todos los hombres, y el hombre de todas las mujeres.

Los amigos del Dictador y la homosexualidad

Sobre quienes le rodeaban relata Almoina que:
"Las gentes que le rodean (cretinos, homosexuales, analfabetos, negociantes sin escrúpulos, etc.) no son capaces de contradecirle sino que sustentan el fuego de sus arrebatos y delirios de grandeza. Para ellos la isla entera es pequeña y pobre, espelunca, ante la grandeza y majestad de su genio, sin par en la historia del mundo."(Almoina, 1999, P. 208).

Y esos mediocres y cretinos, homosexuales y analfabetos son los mismos que le repetían constantemente que a Trujillo nadie lo superaba en todo el cosmos.

Se sabe que en 1949, Trujillo vivía:

"Un momento peligrosísimo, para él y para cuantos le rodean. Sexualmente -explica Almoina, quizá movido por los celos- ha dado en degeneraciones sodomíticas. De momento está en turno la Julia Vega, que además le proporciona efebos (jóvenes machos) universitarios. Lo mismo sucede con Moya, a quien la esposa del tirano prohíbe la entrada en Estancia Ranfis".
"Este fondo morboso del dictador, larvado de criminalidad, le lleva ordenar asesinatos por los motivos más fútiles
" (Almoina, 1999, P. 104).

Asimismo se conoce muy bien que el dictador "se enamoraba" con facilidad de ciertos oficiales jóvenes a quienes les daba ascensos graciosos o los premiaba con importantes puestos en la administración pública.

Otras veces se "encariñaba" tanto con sus empleados y con los administradores de sus propiedades a quienes premiaba con dinero, autos y viviendas, y estos eran casi siempre hombres muy jóvenes.

Según Almoina:

"A veces se dan casos de ascensos fulminantes, meteóricos, como el del homosexual (Julio) Vega Batlle, que dedicado a funciones de archivero en la Secretaría de la Presidencia, de pronto asciende a Secretario del Departamento y después a Embajador, y después a Coronel, y después a Rector de la Universidad, en poco más de dos años" (Almoina, 1999, P. 151).

A otros de sus favoritos los promueve a importantes puestos de la administración pública, e incluso les da participación en sus empresas y negocios. Por eso casi todos los asociados en negocios con Trujillo lo visitaban con cierta frecuencia en sus centros de orgías.

Pero los favorecidos por el Dictador debían también resistir su egolatría, sus maltratos, sus humillaciones, sus burlas, sus escupitajos, sus devaneos de grandeza, llegando a creerse superior a los Padres la Patria. Trujillo fue un misogínico en potencia.

Trujillo y la cultura

La conducta criminal, vinculada a la actitud del tirano frente a la cultura y la ilustración, explican que:

"Para el tirano la ilustración y la cultura son estorbos y aunque hace lo posible por aparentar que las protege, la realidad es bien distinta: al frente de la Universidad coloca a un coronel (a Julio Vega Batlle) que además todo el mundo sabe que es homosexual y uno de los más abyectos alcahuetes suyos" (Almoina, 1999, P. 96).


El presentimiento de Trujillo sobre su conducta sexual

En enero de 1960 el dictador tenía la expectación de que aspectos íntimos de su vida sexual saldrían en público fuera del país.

Cuenta Balaguer que Candido Torres, el agente del S.I.M., se acercó a Trujillo en la avenida George Washington y le mostró un artículo de Tad Szulc publicado en el periódico norteamericano The New York Times, que contenía fuertes críticas al régimen.
Según Balaguer, en un primer momento Trujillo recriminó la actitud del agente, y luego, media hora después,

"Antes de retirarse para abordar su automóvil y recogerse en Estancia Radhamés, Trujillo llamó en voz alta al mayor Cándido Torres. "Repítame -le ordenó- lo que dice el artículo del "New York Times". "Nuevas calumnias contra el régimen, señor", se limitó a responder el mayor Torres. "Pues bien, agregó entonces con acento áspero Trujillo, acuda a mí cuando usted encuentre en la prensa de los Estados Unidos un artículo en que se diga que Rafael Leónidas Trujillo es maricón" (Balaguer, 1990, PP. 366-367).

Y como Trujillo estaba tan seguro que lo iban a decir, todo parece indicar que él lo era.

La delicadeza del adolescente Trujillo


De acuerdo con Bernard Diederich:

Trujillo no había sido un adolescente típico. No como el turbulento Juan Tomás (Díaz). Gastaba más dinero, según se decía, en perfumes y en el cuido de su apariencia que en licores. Muchos creían (en San Cristóbal) que era homosexual.”(2000).


Trujillo visto por Bosch


Trujillo fue un resentido social que desde niño parece que recibió el desprecio de los de “Primera”, y desde que tuvo oportunidad aspiró a integrarse a los clubes y a las actividades de la gente de primera. Él debió emplearse a los 16 años como empleado de una oficina de correos y como resalta Bosch era tan ambicioso que a su primera hija le puso Flor de Oro y a su primera yegua, un regalo recibido a los 14 años, la nombró Papeleta que era en nombre que se le daba a los billetes de los Bancos.

Trujillo se creía de primera y siempre fue muy ambicioso, pero en su infancia y en su juventud debió confrontar serias limitaciones y sabe solo Dios cuantas frustraciones le afectaron.
Esos fueron los motivos por los cuales siempre exhibió un comportamiento agresivo.

Bosch relata que a su padre, don José Bosch, una vez Trujillo lo acusó de tener una casa de prostitución para justificar su apresamiento en respuesta a un artículo de Bosch contra Trujillo publicado en el exterior.

Por ello, sostiene Bosch en su obra “Poker de Espanto en el Caribe” que

Ahora bien, Trujillo tardó años en destacarse. Desempeñó trabajos más o menos humildes, él tenía conciencia de que era capaz y constante. Esto unido a lo ya descrito, y a su ambición de dinero sin que viera como había de cumplirla, creo en el un complejo de inferioridad de tal profundidad que de el solo podía salir denigrando a los otros, afirmándose a si mismo que eran indignos, o ladrones o viles. Desde luego ahí entraba en juego la vulgaridad de su alma, tan notable desde sus primeros años que sus amigos de entonces recuerda todavía la facilidad con que insultaba, como un jayán, a damas y ancianos, cuando creía que obstaculizaban alguno de sus propósitos. Esa vulgaridad la trajo él a la vida pero sin duda hubiera podido ser enmendada en un ambiente que no le hubiera ofendido en su dignidad humana. Para su mal y el de su país, sus jefes norteamericanos en la fuerza constabularia no le enseñaron a respetar la virtud sino que fueron para él maestros en el desprecio a los dominicanos”(Bosch, 1990, PP. 43-44).




Destaca Bosch sobre Trujillo que:

En realidad hay que rendir homenaje a sus excepcionales dotes de intrigante y a su enorme capacidad para la simulación (...) Era de orgullo satánico y parecía humilde, al extremo que no alarmó a nadie con publicidad inoportuna; se enriquecía dentro del ámbito de sus funciones cobrando sueldos de soldados inexistentes, pero no daba que decir porque no hacía negocios fuera de los cuarteles. Su naturaleza íntima seguía siendo la del joven que escandalizó y humilló a las señoras del Baní mostrándose desnudo, pero nadie podía imaginarse, diez o doce años después de ese incidente juvenil, que bajo su uniforme militar escondía aquella agresividad de sus años mozos. Su sentido de la autoridad era tal, que los contados amigos con los cuales celebraba bebentinas tenían que tratarlo con todo respeto y a distancia al día siguiente de una fiesta de hombres solos”(Bosch, 2002, PP. 133-134).

Trujillo fue visto femenino por un Calié


Por su parte, un famoso agente del SIM, Víctor Alicinio Peña Rivera dice sobre Trujillo:

Era un hombre fabuloso para sus conciudadanos, que escuchaban narrar en secreto sus proezas sexuales. A Trujillo le atribuían muchos excesos sexuales, que en verdad no podía tener. Su capacidad sexual era indiscutible, pero su gran capacidad para todo cuanto se le atribuía podía tener un signo de interrogación. Pero también puede ser aceptado como un hecho indiscutible que en la era moderna ningún otro hombre destruyo la virginidad de la mujer con mayor frecuencia.”

Trujillo era un hombre en todos sentidos, pero como era un hombre de grandes contrasentidos, en su manera de ser se asomaban tendencias muy femeninas.”

Tenia un apego femenino por las cremas, afeites y perfumes. Y su apego a la feminidad se evidenciaba en su entusiasmo por “el chisme” (Peña R., 1977, PP. 41-42).

Hoy se conoce que Johnny Abbes García se inicia en la vida pública como deportista, incluso fue cierto tiempo un buen masajista de atletas. El sicario usado por Trujillo para eliminar a las hermanas Mirabal, es decir, Víctor A. Peña Rivera, informa lo siguiente sobre Johnny Abbes García:

Su reputación no era buena. Se le conectaba al homosexualismo –a Abbes- y se hablaba de que Nieves Luisa, hermana de Trujillo, ordenó darle una golpiza por su insistencia en mantener compañía con uno de sus hijos, no obstante haber sido advertido de que no lo hiciera.”
Johnny Abbes García había excitado la imaginación del generalísimo
.”(Peña, 1977, P. 116).

Cómo lo había excitado…?

Se sabe muy bien que cuando Trujillo se acerca a Abbes García ya estaba confrontando problemas de próstata, y padecía de incontinencia urinaria, de tal forma que debía cambiar el pantalón varias veces al día, y la única persona que colaboraba con él en estos íntimos menesteres era Johnny Abbes, joven y con unas condiciones para el crimen y el ambisexualismo similares a la de Trujillo.


Quedaba demostrado que “las aves con las plumas del mismo color vuelan juntas”.

Según Víctor Alicinio Peña Rivera, refiriéndose a Trujillo:

Cuando le acompañé a la población de Cotui, y al prolongarse los actos con que se le rendía homenaje, muchas personas pudieron percibir la fea mancha que se había formado en su usualmente impecable atuendo.”

“Esa era la condición física y emocional del Jefe cuando escogió a Johnny Abbes García como su eminencia gris” (Peña, 1977, PP. 117.118).

Era Trujillo el gran macho o el gran bisexual ?. Juzgue Usted.







Fuentes y bibliografía citadas:

Almoina, José: Una satrapía en el Caribe, Santo Domingo, Editora Colé, 1999.
Balaguer, Joaquín: La palabra encadenada, Santo Domingo, editora Corripio, 1993, 2a. Ed.
Balaguer, Joaquín: Memorias de un cortesano de la Era de Trujillo, Santo Domingo, 1990.
Bosch, Juan. Poker de Espanto en el Caribe, Editora Alfa & Omega, Santo Domingo, 1990, 3ª. Ed. Bosch, Juan. Trujillo, causas de una tiranía sin ejemplo, Alfa & Omega, Santo Domingo, 2002, 9ª. Ed.
Diederich, Bernard, Trujillo, La Muerte de un Dictador, Fundación Cultural Dominicana, Santo Domingo, 2000. 5ª. Ed.
Peña Rivera, Víctor Alicinio. Trujillo, Historia Oculta de un Dictador, Plus Ultra Educational Publishers, Inc., Madrid, 1977.

1 comment:

Juan Carlos said...

a todas luces fue una gran loca.