INTRODUCCIÓN
La historia del desarrollo
de la humanidad durante el siglo XX presenta amplios contrastes, porque el
hombre logra su presencia en todos los confines del planeta tierra, y por
primera vez se da una intervención directa y consciente del ser humano fuera
del planeta. Las transformaciones
políticas, las revoluciones sociales y culturales que se suceden en este
periodo no tienen parangón con periodos anteriores de la historia.
Durante
estos cien años se inició un proceso de emancipación de los pueblos y naciones
sometidas al colonialismo directo para poner fin a esa arcaica forma de
dominación imperialista; muchos estados totalitarios desaparecieron de todas
las naciones, sobre todo en los países desarrollados; los avances tecnológicos
y el continuo desarrollo de la revolución industrial iniciada en el siglo
XVIII, contribuyeron de manera irreversible al mejoramiento las condiciones de
vida de buena parte de la población mundial. Sin embargo estos mismos adelantos empujaron a
la humanidad a las más grandes desgracias producto de las guerras que también
se vieron «beneficiadas» del desarrollo tecnológico y el incremento de la
producción industrial.
La
mayoría de estos conflictos se gestaron durante los siglos anteriores, en
especial los conflictos intra-europeos que fueron el resultado del histórico
enfrentamiento entre naciones del continente, que evolucionaron en medio de
cambios en las alianzas estratégicas de un periodo a otro según lo requirieran
los cambios de gobierno o los giros de las relaciones internacionales.
A pesar
de los desastres y las iniquidades latentes en gran parte del mundo, para
muchos el siglo XX sentó las bases de un futuro mejor para toda la humanidad.
El vertiginoso aumento en la esperanza de vida y conformación de organizaciones
supranacionales como es el caso de la Unión Europea (UE), han servido de manera eficaz
y durable a la resolución de conflictos que se pensaban irresolubles.
Si bien
es cierto la aparición del terrorismo, ha sembrado el pesimismo en parte de la
población mundial, no es menos cierto que las escala que hasta el presente ha
tenido dicho fenómeno es limitada, en comparación con el enfrentamiento militar
entre naciones.
Por
otra parte el fortalecimiento de los medios de comunicación que se vio
impulsado particularmente por la implantación de sistemas democráticos, ha dado
a la sociedad una nueva herramienta de vasto poder. Los medios escritos, así
como la televisión y la radio tienen un papel determinante en el desarrollo de
la vida política y social del mundo, contribuyendo a fortalecer o debilitar un
gobierno y moldean el pensamiento de las masas, de las cuales sin embargo en
muchos casos se retro alimentan.
El
desarrollo de Internet en la última década del siglo, ha abierto un nuevo
espacio en el que la información y la comunicación en general ha iniciado una
nueva era en la historia de la sociedad.
El
adelanto de los medios de producción llevó a que a finales del siglo un número
cada vez mayor de personas muriera como consecuencia de una epidemia de
obesidad consecuencia del exceso de producción de alimento que se concentra en
una pequeña parte de la población mundial. Esta situación es totalmente inversa
a la que se presentaba a comienzos de siglo cuando el hambre aun asolaba
regiones enteras en Europa.
Consecuencia
del desarrollo tecnológico ha sido la mayor participación del sector industrial
en la economía mundial que hace que la proporción de la población rural sea
cada vez menor en comparación con la urbana. En 1900 sólo cinco ciudades
superaban el millón de habitantes en todo el mundo. En 1999 más de una decena
de urbes contaban con más de 10 millones de habitantes, la mayor parte de ellas
en países subdesarrollados.
También
el flujo migratorio se ha invertido. Europa que fue el lugar de origen de la
mayor parte de los emigrantes durante el siglo XIX y la primera mitad del XX,
se transformó en el centro principal de la migración inmigración mundial junto
a los EE.UU.
Capítulo Uno: LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
(1914-1918)
1.0. Los antecedentes mundiales de la Primera Guerra Mundial
(1914-1918)
A finales del siglo XIX,
Europa domina el mundo en los aspectos tecnológico, financiero, económico, y
sobre todo políticamente: África es casi totalmente ocupada (a excepción de
Liberia y Etiopía), así como Asia meridional. China cae bajo dominio europeo
poco a poco. EEUU y Rusia tienen un dominio eficiente de sus vastos
territorios. Un conflicto entre Francia y Reino Unido pudo haber estallado a causa
del incidente de Fachoda, pero el rápido ascenso de la potencia alemana unió a
los dos países a través de la "Entente cordiale". El Reino Unido en
especial, pero igualmente Francia, poseían un inmenso imperio que aseguraba una
casi exclusividad del comercio y la explotación de riquezas bajo el régimen
colonial. Alemania, que no poseía casi ninguna colonia, empezó a pretender
algunas, en particular Marruecos, en la crisis de 1905 y 1911.
Por su
parte Francia deseaba obtener la revancha del fracaso sufrido en la Guerra franco-prusiana de
1870 con Alemania. En las escuelas se alentaba a los niños después de las
reformas de Jules Ferry, a colorear Alsacia y Lorena en negro sobre el mapa de
Francia (territorios que había cedido a Alemania en el Tratado de Francfort).
Esta generación fue educada bajo la idea de vengar la afrenta de 1870,
derrotando a los alemanes.
El
"país de los Balcanes", liberados del Imperio Otomano, (el
"enfermo de Europa"), es objeto de rivalidad entre las grandes
potencias. El Imperio Otomano, que se hunde lentamente, no posee en Europa, a
la víspera de la guerra, más que Estambul. Todos los jóvenes países nacidos de
su descomposición (Grecia, Bulgaria, Rumania, Serbia, Montenegro, Albania)
buscan expandirse a costa de sus vecinos.
Además,
los dos enemigos seculares del Imperio Otomano continúan su política
tradicional. El Imperio Austro-Húngaro desea continuar su expansión en el valle
del Danubio, hasta el mar Negro. Rusia, que está ligada histórica y
culturalmente a los eslavos de los Balcanes, de confesión ortodoxa, y que les
han brindado su apoyo ya en el pasado, dispone de aliados naturales en su
política de conquista de un acceso a "mar caliente" (pasando por el
control de los estrechos). Evidentemente estas dos políticas entre una potencia
católica y una ortodoxa, provocan enfrentamientos (los dos imperios poseen
además un águila bicéfala como emblema).
Se
crean asimismo vastos sistemas de alianzas: Francia, Inglaterra y Rusia de una
parte (Triple Entente), Alemania, Austria-Hungría, e Italia que es enemiga de
Rusia y Serbia (Triple Alianza (1882).
El
siglo XX se inicia de manera diferente en cada región del mundo. Por una parte esta Europa que durante los
últimos años había regido el orden económico y político mundial. En América del Norte los EE.UU. se
consolidaron durante el siglo XIX como una nueva potencia con la cual Europa
habría de contar en adelante. Por el
contrario la parte sur de América se había quedado marcadamente rezagada en su
desarrollo político-social, y la mayoría de sus jóvenes naciones se encontraban
envueltas en guerras civiles o con sus vecinos, e incluso algunas aún luchaban
por obtener su independencia.
En Asia
la situación era igualmente disímil. Japón pasó de ser un país de carácter
medieval según las convenciones occidentales a transformarse en la potencia
predominante en el este del continente, superando incluso al milenario imperio
chino que por su parte había caído en una imparable decadencia a lo largo del
siglo anterior.
África
que había escapado al colonialismo europeo que se desarrollo a partir del siglo
XV, se vio casi totalmente colonizada durante las últimas décadas del siglo
XIX. Los territorios que se mantuvieron libres fueron Libia, por su condición
de desierto sin interés colonial, Liberia que fue una nación creada por los
EE.UU. para deportar sus ex esclavos y el Imperio Etíope, único capaz de
resistir a los invasores.
En
Oceanía surgía un nuevo territorio para la colonización europea que se veía
particularmente favorecido por el escaso porcentaje de población autóctona.
1.1. Europa antes de la Gran Guerra
El siglo se inicia en
medio de grandes adelantos tecnológicos, entre los cuales el automóvil ocupa un
lugar destacado. En América Henry Ford
adelantó una verdadera revolución en el sistema de producción industrial que
puso a prueba con la fabricación de su Modelo T.
En 1905
la Guerra
ruso-japonesa enfrentó al imparable imperio del sol naciente con el decadente
imperio de los Zares de Rusia. El fin de la guerra dio como vencedor a Japón
para la sorpresa del mundo occidental. La nación asiática de convirtió de facto
en una nueva potencia de carácter mundial.
El
imperio alemán o Segundo Reich, comenzó a forjarse en torno a Prusia de una
manera clara desde el reinado de Federico II el Grande, consolidándose de
manera definitiva en las últimas décadas del siglo XIX gracias en especial al
impulso dado por Otto von Bismarck. En los primeros años del siglo XX la
situación de Alemania dentro de Europa había alcanzado una posición demasiado
crucial para los intereses de las demás potencias. Especialmente Gran Bretaña y
Francia veían amenazados muchos de sus intereses, lo que las llevo a suscribir
la llamada Entente cordial, y es que el desarrollo industrial y militar de
Alemania se presentaba difícil de igualar por el conjunto de las demás naciones
de Europa. Además este ímpetu de Prusia fue lo que llevo a la Casa de Austria a perder
progresivamente su estatus de potencia continental.
1.2. La Primera Guerra
Mundial (1914-1918)
La primera Guerra Mundial o
"La Gran Guerra"
(1914-1918) fue un acontecimiento definidor del siglo XX. Devastó el orden económico, social y político
de Europa. Vino después de un período que muchos creyeron que había sido una
era de progreso.
La Primera Guerra
Mundial fue un conflicto global que se produjo entre 1914 y 1918, siendo el
primer conflicto armado en cubrir más de la mitad del planeta, y el segundo
conflicto más sangriento de la historia (produciendo cerca de la mitad de bajas
que causó la Rebelión
Taiping). Antes de de
que se produjera la
Segunda Guerra Mundial (1939-1945), esta guerra solía
llamarse la Gran Guerra
Europea o la Guerra
de Guerras.
El 28
de junio de 1914 el heredero al trono de Austria Francisco José, fue asesinado
en Sarajevo. Esto precipitó la guerra entre Austria y Serbia lo cual condujo a
la primera guerra mundial. Los hechos bélicos comenzaron como un enfrentamiento
entre el Imperio Austro-Húngaro y Serbia, pero tras la declaración de guerra Austro-húngara
a Rusia el 1 de agosto de 1914, el conflicto se transformó en un enfrentamiento
militar a escala europea. Finalmente se
incrementaron las hostilidades hasta convertirse en una guerra mundial en la
que participaron 32 naciones. Veintiocho
de ellas, denominadas "Aliados",
y entre las que se encontraban Francia, Italia, Reino Unido, Rusia y Estados
Unidos, lucharon contra la coalición de las "Potencias Centrales", integrada por Austria-Hungría, Alemania,
el Imperio Otomano y Bulgaria.
En 1914
los intereses de las potencias mundiales empujaron a la humanidad a una nueva
dimensión de conflicto, la
Primera Guerra Mundial, que aunque se inició como un
conflicto europeo terminó absorbiendo a las principales naciones del mundo.
La
confrontación se inició tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando en
Sarajevo. Los grandes perdedores al cabo de los cuatro años en que se
desarrolló la guerra fueron los imperios de Austria, que perdió tal distinción
para siempre, y el imperio Ruso, cuya monarquía fue exterminada (la familia
real fue ejecutada) par dar paso a un nuevo sistema de gobierno, el Bolchevique,
liderado por Lenin.
El
asesinato del archiduque austriaco Francisco Fernando y su esposa Sofía fue
perpetrado el 28 de junio 1914 por un activista bosnio. Aunque Austria
desconocía, si el gobierno serbio estaba involucrado en el asesinato, quería
darle una lección por la fuerza. Temerosos por la posibilidad que Rusia ayude a
su aliado Serbia, los austriacos buscaron el apoyo de sus aliados alemanes. Los
austriacos se consiguieron el total respaldo del emperador alemán Guillermo 2°,
en el caso que Rusia declarara la guerra a Austria. Este respaldo se lo
denominó como el "cheque en blanco" para Austria, por parte de los
alemanes. Austria declaró la guerra a Serbia el 28 de julio de 1914.
Ese 28
de julio el Zar Nicolás II de Rusia ordenó la movilización de su ejército
contra Austria.
Alemania
respondió con un ultimátum el 29 de julio para que Rusia se detuviera, Rusia se
negó y Alemania le declaró la guerra el 1° de agosto.
Dado a
que Francia había firmado un pacto con Rusia en 1894, los alemanes
desconfiaban, si tenían que luchar una guerra en dos frentes: Rusia y Francia.
Alemania
declaró la guerra a Francia el 3 de agosto y lanzó un ultimátum a Bélgica para
pedir pasar por el territorio belga y luego invadir a Francia.
El 4 de
agosto Gran Bretaña le declaró la guerra a Alemania, por haber violado el
territorio belga. En realidad Gran Bretaña buscaba conservar su poder mundial.
Todas
las grandes potencias parecían estar deseosas de arriesgarse a iniciar la gran
guerra.
EE.UU.
se convirtió en potencia mundial de primer orden al igual que Japón, cuya
primacía en Asia ya nadie discutía. Alemania perdió su pequeño imperio
colonial, pero aun así logró mantener su infraestructura nacional. Fue el caso
contrario al de Francia, que se suponía había resultado victoriosa en la
guerra.
Gran
Bretaña, aunque menos afectada que Francia, también vio retroceder su prestigio
y de repente se encontró en condición de igualdad con EE.UU., país sobre el que
hacia menos de un siglo aún tenía la pretensión de volverlo a integrar dentro
de sus colonias.
1.3. Las Causas de la Guerra de 1914: Nacionalismo,
desavenencia internacional y Militarismo
En la primera mitad del
siglo XIX los liberales afirmaban que la organización de estados europeos
siguiendo líneas nacionales podría conducir a una Europa pacífica, basada en un
sentido de fraternidad internacional. Estaban muy equivocados.
Este
sistema de estado-nación surgido en Europa en la segunda mitad del siglo XIX
produjo competitividad. Las rivalidades por los intereses comerciales y
coloniales se intensificaron durante una frenética expansión imperialista. Se
formaron dos alianzas: a) Alemania y Austria; b) Italia, Francia, Gran Bretaña
y Rusia, y en consecuencia las tensiones aumentaron.
Estas
alianzas no cumplieron su idea básica. Cada nación-estado se consideraba
soberana y no respetaban intereses del otro sino que, se movían según su propio
interés. El crecimiento del nacionalismo durante el siglo XIX tuvo otra
consecuencia: No todos los grupos étnicos habían alcanzado la vuelta de forjar
una nación.
Los
movimientos obreros socialistas se habían fortalecido a principios del siglo XX
y eran propensos a huelgas para lograr sus propósitos. Algunos historiadores
han argumentado que el deseo de suprimir el desorden interno podría haber
alentado en 1914 a
algunos líderes a aventurarse a la guerra.
También
el crecimiento de ejércitos masivos a partir de 1900 no sólo incrementó las
tensiones existentes, sino que en caso de guerra, esta sería muy destructiva.
El militarismo aumentaba la influencia de los líderes militares. En las crisis
ocurridas durante el verano 1914, la falta de credibilidad de los generales
forzó a los políticos europeos a tomar decisiones en Razones Militares, más que
en razones políticas.
En 1914
Serbia, apoyada por Rusia, quería crear un gran estado eslavo independiente en
los Balcanes. Austria estaba determinada en evitarlo, porque veía peligrar su
imperio austro-húngaro.
La
guerra comenzó como un enfrentamiento entre el Imperio Austro-Húngaro y Serbia,
pero tras la declaración de guerra austro-húngara a Rusia el 1 de agosto de
1914, el conflicto se transformó en un enfrentamiento militar a escala europea.
Finalmente se incrementaron las hostilidades hasta convertirse en una guerra
mundial en la que participaron 32 naciones. Veintiocho de ellas, denominadas
"aliados", y entre las que se encontraban Francia, Italia, Reino
Unido, Rusia y Estados Unidos, lucharon contra la coalición de las
"Potencias Centrales", integrada por Austria-Hungría, Alemania, el
Imperio Otomano y Bulgaria.
1.4. La Guerra de 1914 a 1918
Los europeos fueron a la
guerra con gran entusiasmo ayudados por las propagandas gubernamentales. La
mayoría de la gente estaba convencida de la "causa justa". Los socialistas
pasaron a segundo lugar, detrás de los intereses de la nación y tuvieron que
frenar sus huelgas. En agosto 1914 todos creían que la guerra sería breve y
estaban orgullosos de enviar a los jóvenes a defender su país. Todas las
ilusiones respecto a la guerra sufrieron muertes espantosas. El plan Schlieffen
(alemán) exigía, que el ejército alemán pasara por sobre Bélgica hacia el norte
de Francia, que barriera Paris y cercara la mayoría del ejército francés. Las
tropas alemanas atravesaron Bélgica el 4 de agosto y en 1 mes estaban a 30 km. de Paris.
Los
alemanes no contaron con la rapidez del despliegue de los británicos, los
cuales, junto con los franceses, al mando del general Joffre detuvieron a los
alemanes en la batalla de Marne (6 al 10 de septiembre).
Los
alemanes se replegaron un poco, pero el exhausto ejército francés no pudo
aprovechar su ventaja. La guerra se estancó en un punto muerto. Comenzó la
guerra de las trincheras durante 4 años, sin que se modificaran los frentes de
batalla. En el frente este contra Rusia, Alemania logró una movilidad mayor a
costo enorme de vidas. El ejército ruso fue derrotado definitivamente en la
batalla de Tannenberg el 30 de agosto y también en los lagos Masurianos el 15
de septiembre. El gran vencedor fue Paul von Hindenburg.
Al
ejército austriaco no le fue tan bien al principio porque fueron derrotados por
los rusos en Galicia y desalojados en Serbia.
Para
peor, los italianos traicionaron a los alemanes y austriacos, apoyando a los
aliados y atacando a Austria en mayo de 1915.
Para
ese entonces, los alemanes habían acudido en ayuda de los austriacos en
Galicia, destruyendo al ejército ruso. Los rusos perdieron allí 2,5 millones de
soldados.
Animados por el éxito, los
alemanes y austriacos atacaron y derrotaron a los serbios en 1915.
Por
estos éxitos obtenidos, los alemanes se concentraron nuevamente en su frente
occidental contra Francia y Gran Bretaña.
En la
ofensiva de Verdun en 1916, en la campaña británica del Hazme en 1916 y en el
ataque francés a Champagne en 1917 se hizo evidente la insensatez de la guerra
de las trincheras.
En
Verdun se perdieron la vida de 700.000 hombres en un área de pocos Km. de
terreno, en 10 meses de lucha.
El uso
de gas venenoso en 1915 produjo nuevas formas de heridas.
1.5. La ampliación de la guerra
Como otra respuesta al
estancamiento del frente occidental, ambos lados buscaron nuevos aliados. En agosto 1914 los turcos (Imperio otomano)
se abrieron a Alemania y Austria. Rusia,
Francia y Gran Bretaña declararon la guerra al Imperio otomano en noviembre
1914. Los búlgaros se aliaron a Alemania
y Austria. Los italianos se aliaron a
Rusia Francia y Gran Bretaña, luego que estos le prometieran la anexión de
tierras austriacas, después de la guerra.
La incompetencia militar italiana obligó a los aliados franceses y
británicos, a acudir en defensa de los italianos.
En 1917
la guerra que había comenzado en Europa, fue llevada a otras partes del mundo. En medio oriente Lawrence de Arabia (un
funcionario británico) incitó a príncipes árabes, para que se rebelen contra el
Imperio Otomano. En 1918 las fuerzas
británicas que estaban en Egipto destruyeron el remanente Imperio Otomano. Los ingleses movilizaron sus fuerzas desde la India, Australia y Nueva
Zelanda. Los aliados se aprovecharon de
la preocupación de los alemanes en la guerra en Europa y se adueñaron de las
colonias alemanas en el resto del mundo.
1.6. La entrada de USA a la
guerra
Los americanos, al
principio neutrales, pero debido al conflicto naval entre Alemania e Inglaterra
tuvo que entrar en guerra. Alemania ganó
el primer conflicto naval contra Inglaterra en 1916. Inglaterra utilizó su superior fuerza naval e
impuso un bloqueo naval a Alemania. Alemania
reaccionó e impuso un contrabloqueo a Inglaterra, amenazando con sus submarinos
a atacar cualquier barco, que se acercara a Inglaterra. Hundieron barcos de pasajeros y entre ellos,
americanos.
Los
alemanes hundieron con sus submarinos al barco inglés Lusitania en 1915 y
murieron 100 estadounidenses. USA protestó enérgicamente y Alemania tuvo que
suspender su guerra submarina ilimitada por un corto período.
En 1917
los alemanes volvieron a la guerra submarina porque los funcionarios navales
convencieron al emperador Guillermo 2° que con ello, podrían hacer rendirse a
los ingleses por el hambre en un plazo de 5 meses. El emperador accedió.
El
regreso a la guerra submarina provocó la entrada en guerra de los USA en abril
de 1917.
Aunque
la llegada de fuerzas USA a Europa fue recién en 1918, al declarar la guerra a
Alemania en 1917, fue un motivador grande para las fuerzas aliadas.
En 1917 las fuerzas
aliadas estaban en mal estado y en el frente occidental fueron derrotados una y
otra vez. Los italianos fueron aplastados.
La
revolución bolchevique en Rusia hizo, que el ejército ruso se retirara de la
guerra.
El
frente interno de las Potencias Centrales (Alemania, Austria-Hungría, Bulgaria
y el Imperio Otomano) comenzaba a preocuparse a tal punto, que ese frente tenía
tantas preocupaciones en el interno como en los frentes de batalla.
1.7. El frente interno de la
guerra total
La prolongación de la Primera Guerra
Mundial provocó, que la guerra total afectara la vida de todos los ciudadanos. La necesidad de organizar masas de hombres y
de armas para años de combate llevó a una creciente centralización de poderes
gubernamentales, a una mayor reglamentación económica y a una manipulación de
la opinión pública, con el objeto de seguir adelante con la guerra.
1.8. La guerra total:
centralización política y reglamentación económica
Para toda Europa, los
gobiernos del tiempo de guerra extendieron sus poderes sobre la economía. Los sistemas capitalistas de libre mercado
fueron depuestos temporalmente.
Se establecieron controles
sobre precios, salarios y rentas. Se reaccionaron
los suministros alimenticios y materiales
Se regulaban las
importaciones y exportaciones. Se
nacionalizaron los sistemas de transporte y las industrias. Alemania ya contaba con un sistema más bien
autoritario antes que comenzara la guerra.
Francia
e Inglaterra no, pero incluso en estos países el poder del gobierno central
aumentó drásticamente.
Las
otras tres partes beligerantes fundamentales como ser Rusia, Austro-Hungría e
Italia, tuvieron menor éxito que Gran Bretaña y Francia en la movilización para
una guerra total.
A
Italia le hicieron falta el entusiasmo público y los recursos industriales para
una guerra.
1.9. Orden público y opinión pública
A medida que la gran
guerra continuaba y tanto las bajas como las privaciones empeoraban la insatisfacción
interna reemplazó al entusiasmo patriótico. Los primeros dos años de guerra,
hubo pocas huelgas pero en 1916 estas aumentaron drásticamente. En 1916 y 1917, la oposición a la guerra
provino de dos fuentes principales: los socialistas y los liberales. A pesar de las fatigas, todos los países
beligerantes (salvo Rusia, que se retiró debido a la revolución de los
bolcheviques) siguieron luchando en 1917.
Los
gobiernos de guerra sólo pudieron obligar al pueblo para luchar mediante la
fuerza. En 1917, en Francia comenzaron a temer que la oposición abierta a la
guerra debilitara la voluntad para luchar. Los gobiernos de la época de guerra
debían acudir a la propaganda para incitar entusiasmo.
1.10. Impacto social de la
guerra total
El desempleo se acabó
porque todos tenían que producir armamentos o ir al campo de batalla. La causa obrera se benefició con la guerra. Los gobiernos permitieron que los sindicatos
participaran en la toma de decisiones importantes que llevó a cabo el gobierno
(en Inglaterra, Francia y Alemania) en aspectos laborales.
A
cambio, los sindicatos cooperaron en la limitación de salarios y planes de
producción.
Se
abrió el camino a la práctica de contratos colectivos.
Así
creció el prestigio de los sindicatos, lo que les permitió atraer a más
miembros.
La Guerra Mundial creó
nuevos papeles para la mujer. Tuvieron que asumir cargos de los hombres, que
estaban luchando en el frente.
El
gobierno francés aprobó una ley en 1915, que estableció un salario mínimo para
las mujeres de la industria textil.
Después
en 1917, decretó que hombres y mujeres debían recibir igual paga por pieza
trabajada.
Al
finalizar la guerra los gobiernos se dispusieron rápidamente para desplazar a
las mujeres de los trabajos, que con anterioridad los había alentado a asumir. En algunos países surgieron movimientos
feministas para su emancipación social y política. Surgió el derecho a votar
para las mujeres en Alemania y Austria y en 1919 en USA. En cierto sentido la Primera Guerra
mundial fue un gran nivelador social.
Los
afortunados fueron los obreros calificados ya que no tenían que ir al frente de
batalla y no entraban en la conscripción militar.
El
impacto económico no fue uniforme. Los propietarios de grandes industrias se
beneficiaron con los fabricantes de armamentos.
La
creciente inflación provocó desigualdades. Los precios de los bienes de consumo
subieron drásticamente.
El
pueblo experimentó una pérdida del poder adquisitivo.
1.11. Guerra y revolución
El gobierno zarista (en
Rusia) resultó completamente inadecuado para las tareas de una guerra en 1914.
En poco
tiempo, el pueblo comenzó a desconfiar de su gobierno.
El
descontento Campesino surgió cuando las condiciones empeoraron.
Alejandra,
la esposa del zar Nicolás II, lo aislaba cada vez más de los acontecimientos. Ella
era alemana y actuaba bajo la influencia de Rasputin. Por ello, la clase media,
los aristócratas, los campesinos, los soldados y los obreros se decepcionaban
cada vez más con el zar. Asesinaron a Rasputin en 1916 para detener su
influencia sobre la zarina, pero entonces, ya era demasiado tarde para salvar
la monarquía. El zar cayó rápidamente en 1917.
1.12. La revolución en Rusia en marzo
de 1917
En marzo una serie de
huelgas irrumpieron en San Petersburgo. El 10 de marzo que desde 1910 se
celebraba como día Internacional de la mujer, 10.000 mujeres hicieron una
demostración en San Petersburgo exigiendo "Paz y pan" y "abajo
la democracia".
Se les unieron los obreros
y juntos convocaron a una huelga general que logró cerrar todas las fábricas de
la ciudad. Nicolás II ordenó la represión. La Duma (cuerpo legislativo) se reunió el 12 de
marzo y estableció un Gobierno Provisional, que exhortó al zar a abdicar.
Abdicó el 15 de marzo. Se derrumbó el gobierno zarista.
El
gobierno provisional estableció un programa de palabra, religión, de reunión y
libertades civiles pero esto no satisfizo ni a los obreros, ni a los
campesinos. Estos querían el fin de la guerra.
El
gobierno también se enfrentó con los soviets, o consejos de delegados obreros y
soldados. Los soviets estaban compuestos por socialistas revolucionarios. Desde
1893 los socialistas revolucionarios se basaban en el terrorismo político para
lograr sus metas.
Rusia
también tenía un partido Social Demócrata Marxista, dividido en 1903 en dos
fracciones, los Mencheviques y los Bolcheviques.
Los
Mencheviques querían que los socialdemócratas fueran un partido socialista
electoral de masas, que se basara en el modelo occidental.
Al
igual que la socialdemocracia en Alemania, querían cooperar temporalmente con
la democracia parlamentaria, a la vez que trabajaban para lograr el
establecimiento del estado socialista.
Los
Bolcheviques eran una pequeña fracción de los demócratas sociales rusos, bajo
el liderazgo de Vladimir Ulianov, conocido como Lenin (1870-1924). Lenin quería
lograr el socialismo sin antes pasar por previas revoluciones. Lenin decía que
los soviets de los soldados, obreros y campesinos eran instrumentos adecuados
para la toma del poder.
Los
bolcheviques deberían lograr el control de esos grupos para derrocar el
gobierno provisional.
Las
consignas de Lenin era "Paz, Tierra y Pan", "Control obrero de
la producción" y "Todo el poder a los soviets".
En
marzo 1917 la orden militar Nº 1 dirigida a todas las fuerzas militares rusas
fue: deponer a los oficiales y reemplazarlos con comités formados por
representantes elegidos de entre los rangos bajos del ejército. Esto creó el
caos militar y su colapso.
Las
masas de soldados-campesinos abandonaron el ejército y se fueron a sus casas.
1.13. La revolución bolchevique
En julio 1917 Lenin y los
bolcheviques fueron acusados de incitar al derrocamiento del Gobierno
Provisional y huyó a Finlandia. A finales de octubre 1917, los bolcheviques
lograron una apretada mayoría en los soviets de San Petersburgo y Moscú. El
número de miembros aumentó de 50.000
a 240.000. El 6 de noviembre los bolcheviques tomaron el
Palacio de Invierno, sede del Gobierno Provisional. Lenin entregó la soberanía
del Gobierno provisional al Congreso de los Soviets de Todas las Rusias, no
obstante, el poder real pasó a manos de los Comisarios de Consejo del pueblo,
encabezado por Lenin.
En 1918
fueron derrotados los bolcheviques por los socialistas revolucionarios. Los
bolcheviques no querían un gobierno de la mayoría, sino el gobierno del
proletariado, dirigido por los bolcheviques. Lenin, oportunista, quería el
apoyo de las masas mediante el cumplimiento de las promesas bolcheviques. En su
primera ley declaró la nacionalización de la tierra y la cedió a los soviets
rurales. Lenin también cedió el control de las fábricas a los comités obreros
Lenin había también prometido la paz.
El 3 de
marzo 1918, el nuevo gobierno comunista firmó el tratado de Brest-Litovsk con
Alemania, mediante el cual cedía el este de Polonia, Ucrania, Finlandia y las
provincias bálticas para cumplir con la promesa de paz. Pronto se embarcaría en
la guerra civil.
1.14. La guerra civil
Había mucha oposición al
nuevo régimen bolchevique o comunista. No sólo por parte de los aristócratas
liberales, burguesía y los socialistas antileninistas, que incluían a los
mencheviques y a los socialistas revolucionarios. Entre 1918 y 1921, el
ejército bolchevique (ó rojo) se vio obligado a luchar en muchos frentes.
La
primera amenaza seria para los bolcheviques vino de Siberia donde una fuerza
blanca (anti-bolchevique) presionaba hacia el Oeste pero fue detenida casi en
el río Volga. También atacaron los
ucranianos en el sudeste y hubo combates en las regiones bálticas. A mediados
del 1919 las fuerzas blancas arrasaron Ucrania y avanzó casi hasta Moscú.
¿Cómo
logró Lenín y sus bolcheviques el triunfo?: El ejército rojo se convirtió en
una fuerza combativa y bien disciplinada, debido al genio organizativo de León
Trotsky.
Los
blancos no se ponían de acuerdo en la lucha contra los comunistas. Los
comunistas tuvieron éxito en trasladar su fe revolucionaria en instrumento
práctico de poder. Otro instrumento bolchevique fue "el terror
revolucionario" que con su cheka (policía secreta roja) destruía a quien
se opusiera al comunismo.
La
intervención de ejércitos extranjeros para convencer a Rusia volver a la gran
guerra (de la cual se habían retirado por la revolución bolchevique) hizo, que
en cierto momento había 100.000 soldados extranjeros (japoneses, británicos,
estadounidenses y franceses) estacionados en Rusia.
Esta
intervención de los extranjeros hizo que a los rusos patriotas se unieran a los
comunistas a luchar contra esos extranjeros para controlar su país.. Esto ayudó
a los bolcheviques.
1.15. El ultimo año de la guerra
Para Alemania, el retiro,
en marzo de 1918, de los rusos de la guerra brindó renovadas esperanzas de un
fin de la guerra favorable para ellos. Por eso querían concentrarse para un
ataque masivo en su frente occidental y romper el empate hasta allí existente.
El
ataque alemán fue lanzado en marzo y duró hasta julio de 1918 y tuvo éxito
inicial. Un contraataque liderado por el general Foch, apoyado por 140.000
soldados americanos frescos derrotó a los alemanes de Marne el 18 de julio. Llegaron
dos millones de soldados frescos de USA y por ello el general Ludendorf propuso
un armisticio, pero no fue aceptado. El pueblo alemán estaba harto de la guerra
y comenzaban a sublevarse, igual que el pueblo ruso.
Guillermo
II capituló y dejó el país el 9 de noviembre de 1918, mientras que Friedrich
Ebert (el primer presidente de Alemania) fundó una república. Dos días más
tarde, el 11 de noviembre de 1918 se firmó el armisticio. La guerra había
terminado, pero las fuerzas revolucionarias puestas en movimiento por aquélla
todavía no se habían agotado.
1.16. Levantamientos
revolucionarios en Alemania y Austria-Hungría
Al igual que Rusia,
también Alemania y Austria-Hungría experimentaron una revolución política, como
resultado de la derrota militar. Los socialistas alemanes se habían dividido en
dos grupos. Una mayoría de
socialdemócratas estaba a favor de la democracia parlamentaria con enfoque de
una democracia social y eliminación del capitalismo. Una minoría de
socialistas, disgustados por el apoyo de socialdemócrata a la guerra había
firmado el Partido Socialdemócrata Independiente en 1916. En 1918 estos
favorecieron una resolución social inmediata. Estos formaron el partido
comunista
A diferencia de los
bolcheviques rusos, los radicales alemanes no pudieron lograr el control del
gobierno. Austria-Hungría también experimentó la desintegración y la
revolución.
En la
época en que la guerra terminó, el Imperio Austro-Húngaro había sido
reemplazado por las repúblicas independientes de Austria, Hungría y
Checoslovaquia y el gran estado monárquico Yugoslavia. Europa Oriental quedó debilitada, por las
rivalidades que surgieron del Imperio Austro-Húngaro.
1.17. El acuerdo de paz
En enero de 1919, las
delegaciones de veintisiete naciones aliadas victoriosas se reunieron en Paris
para concluir el acuerdo final de la Gran Guerra. El presidente de EEUU Wodrow Wilson quería una
paz verdaderamente justa y duradera, la reducción de los armamentos nacionales
así como la autodeterminación de los pueblos. Los intereses nacionales de los
vencedores también complicaron las deliberaciones de la Conferencia de Paris
en Versailles.
David
Lloyd George, primer ministro de Gran Bretaña había ganado sus elecciones
mediante promesas al pueblo, que cumpliría si se ganaba la guerra, con fuertes
castigos a Alemania. Por ello, el pueblo inglés quería la victoria total contra
Alemania.
Georges
Clemanceau había prometido venganza contra Alemania y quería una Alemania
desmilitarizada, enormes reparaciones de daños y un separado estado en el Rin,
que sirviera como país separador entre Francia y Alemania. Wilson consideraba
estas demandas como vindicativas y en nada acorde con su propuesta de "Paz
eterna". A pesar de las 27 naciones presentes en Versailles las tres que
tomaron las decisiones fueron Wilson (EEUU), Clemanceau (Francia) y Lloyd
George (UK).
Wilson
quería crear la Liga
de Naciones que velaría sobre los acuerdos de la paz eterna. Los intereses
creados en los ingleses y franceses sólo llevaron a firmar un compromiso de
alcanzar un acuerdo de paz. En enero de 1919 se firmó y se adoptó el principio
de la Liga de
Naciones.
Clemanceau
renunció al deseo de un estado independiente en el Rin pero aceptó una alianza
defensiva con Inglaterra y EEUU para que ayuden a Francia en caso de ataque
alemán. El acuerdo final de paz de Paris consistió en 5 tratados independientes
con cada una de las naciones derrotadas: Alemania, Austria, Hungría, Bulgaria y
el Imperio Otomano. Fue firmado en Versailles el 28 de junio de 1919. Alemania
tuvo que reducir su ejército a 100.000 hombres y perder sus territorios:
Alsacia Lorena y partes de Prusia. Nuevos estados surgieron en Europa Oriental.
Tanto
el Imperio Alemán como el ruso sufrieron considerables pérdidas territoriales
en Europa Oriental. El Imperio Austro-Húngaro desapareció completamente. Como
resultado de los compromisos, prácticamente en cada estado de Europa oriental
se dejaron problemas de minorías étnicas que podrían provocar conflictos
posteriores. Para que los medios de cumplimiento de paz tuvieran éxito, se
necesitaba un compromiso activo por parte de los tres vencedores, para que
Alemania desarrollara una república pacifista y democrática.
Sin
embargo, el rechazo del senado americano a la ratificación del Tratado de
Versailles significó que EEUU nunca fuera miembro de la Liga de Naciones. Este
retraimiento tuvo consecuencias nefastas. El retiro de los americanos de la
alianza defensiva convenida con Francia e Inglaterra provocó también la
retirada de Inglaterra. EEUU obligó así a Francia enfrentar sólo a su secular
enemigo propiciando esta exacerbada nación llevara a cabo enérgicas acciones
contra Alemania, que sólo intensificaron el resentimiento alemán.
A
finales de 1919 parecía que la paz de 1919 comenzaba a deshilarse.
1.18. Conclusión
La Primera Guerra
Mundial sacudió los supuestos liberales y racionales de fines de siglo 19 y
principios del 20 de la sociedad europea. Fue una guerra total y supuso una
movilización de recursos y de pueblos, así como una creciente centralización
gubernamental del poder en cuanto a las vidas de sus ciudadanos. Las libertades
civiles, como la libertad de prensa, de palabra, etc. Fueron restringidas en
nombre de la seguridad nacional. La expansión de la autoridad del gobierno en
áreas como la educación masiva, la legislación del bienestar social y la
conscripción masiva, la
Primera Guerra Mundial hizo de la práctica de una autoridad
central una forma de vida.
La Gran guerra señaló el fin de
la hegemonía europea sobre los asuntos mundiales.
En 1917
la Revolución Rusa
sentó los fundamentos para la creación de un nuevo poder soviético y además,
EEUU ingresó en la guerra. No obstante, el fin de la era no fue del todo
evidente, porque lo eclipsaron dos acontecimientos: el aislacionismo EEUU; el
retiro de los soviets de los asuntos internacionales, mientras alimentaban el
desarrollo de su propio sistema socialista, y aunque estos acontecimientos
fueron sólo temporales, crearon un vacío político en Europa, que muy pronto
sería ocupado por el renacimiento del poder alemán.
1.19. Resumen de la gran guerra
1.- El heredero al trono
de Austria fue asesinado en Sarajevo, Bosnia, en 1914.
2.- Los austriacos
(piolas!) primero se aseguraron de que Alemania los defendería en caso de un
conflicto bélico.
3.- Cuando obtuvieron la
"carta blanca" de Alemania, le declararon la guerra a Serbia, por el
asesinato.
4.- Alemania tuvo que
cumplir su compromiso con Austria e inmiscuirse en esa guerra.
5.- Los rusos, aliados de
Serbia, tuvieron que mandar tropas a Serbia y a la frontera con Alemania
6.- Alemania le declaró la
guerra a Rusia
7.- Alemania, al principio
estaba preocupada por la reacción de Francia, cuando declaró la guerra a Rusia
8.- Francia, aliada de
Rusia, se aseguró la ayuda inglesa antes de entrar en guerra con Alemania.
9.- Alemania envalentonada
por sus primeros triunfos contra Rusia declara la guerra a Francia y se asegura
el paso por Bélgica, para arrasar a Francia en corto tiempo.
10.- Inglaterra, entra en
escena y cuando Alemania avanza hasta cerca de Paris, entra en acción parando
(junto con los franceses) el avance alemán.
11.- Se forma la guerra de
trincheras, donde muere mucha gente, pero nadie avanza o consigue, salir del “empate”.
12.- En Rusia se arma el
gran lío con la aparición de Lenin, que en 1917 arma la revolución soviética
para derrocar al zar Nicolás.
12.- Rusia se retira de la Gran guerra y Alemania le
impone una paz con fuertes pagos por los rusos y pérdida de territorio.
14.- Alemania
envalentonada por el triunfo contra Rusia quiere salir del empate de la guerra
de trincheras, contra los franceses e ingleses en Francia.
15.- EEUU entra en la
guerra del frente occidental de Alemania con enorme caudal de soldados frescos,
para pelearle a Alemania, juntos con franceses e ingleses.
16.- Van Hindenburg es
batido en Francia y quiere proponer un armisticio, pero es negado por los
aliados.
17.- En Rusia triunfa la
revolución comunista, encabezada por Lenin y el terrorismo comienza. Las
fuerzas blancas desde iberia y otros estados en Rusia, tratan de luchar contra
los comunistas y se arma la guerra civil. Ganan los comunistas.
18.- Alemania pierde la
guerra contra Francia, EEUU e Inglaterra
19.- En el Tratado de
Versailles se firma la paz y el presidente de EEUU quiere una paz eterna, pero
los ingleses y franceses quieren sacarle más provecho a su victoria de guerra.
20.- El senado de EEUU no
ratifica el Tratado de Versailles y se aísla de los acuerdos firmados en el
mismo
21.- Inglaterra también se
retira y Francia queda sola para arreglárselas, en caso que Alemania los
volviera a atacar, cosa que sucede con Hitler en 1939-1940.
22.- Los Leninistas siguen
con su comunismo durante 70 años más, hasta la caída del muro de Berlín
Capítulo Dos: EUROPA Y EL MUNDO DESPUES DE LA PRIMERA GUERRA: EL FASCISMO Y
EL NAZISMO
2.0. Europa y el mundo después
de la Guerra
de 1914-18
Tras el final de la Primera Guerra
Mundial, se instituyó la
Sociedad de Naciones, que nació con el fin de evitar que un
conflicto de esa magnitud volviese a repetirse. El Imperio Ruso pasa a ser la URSS, que con la ideología
marxista de Lenin, se convierte en la primera nación del mundo gobernada por el
“proletariado”. EE.UU. prosiguió su
rápido desarrollo económico que se vio perturbado, sin embargo, por la “gran
depresión” de 1929. Argentina, que había suministrado gran cantidad de
mercancías a Europa durante la guerra, se transformaba rápidamente y había
alcanzado la distinción de ser uno de los países más ricos del mundo.
Alemania,
asfixiada por las onerosas disposiciones del Tratado de Versalles, tenía su
sistema financiero en la crisis más grande que conoció ese siglo, mientras
trataba de lograr una estabilidad democrática con la República de Weimar de
la que Paúl von Hindenburg era presidente. La situación en Francia no era mucho
mejor, lo que propició el descontento social que se traduciría en una
inestabilidad política permanente.
Japón
extendía su presencia en Asia. Primero se apoderó de Corea y luego se anexó u
ocupó regiones enteras de china. Además el Imperio Japonés se hizo con las
colonias que Alemania tenía en el Pacífico.
Durante
los años ’30 el creciente descontento de los alemanes hizo que Adolfo Hitler
tomara el control del país en 1933 con un apoyo de la población sin
precedentes. Alemania dejó de lado la República de Weimar y se convirtió en un estado
totalitario al igual que la
Italia de Benito Mussolini. Alemania se desarrolla
nuevamente, la economía se relanza con el impulso que le da la industria y la
inversión del estado en infraestructuras.
El
Imperio Japonés se consolidaba en Asia, afectando los intereses de Europa y EE.UU.,
especialmente en el pacífico. Japón crea un “Imperio títere” en China bajo el
nombre de Manchukuo.
Gran
Bretaña mantuvo su sistema político prácticamente inalterable, al contrario que
Francia, que no logró consolidar una organización político-social fuerte.
Rusia,
que entre tanto se había transformado en la URSS, fue escenario de hambrunas endémicas y una
constante lucha por el poder.
La Guerra Civil Española
desangró a esa nación, la convirtió en un estado totalitario y sirvió de
preámbulo a la gran guerra que estaba por venir en el continente.
La
situación en el resto del mundo no sufrió alteraciones considerables. En EE.UU. el presidente Franklin Delano
Roosevelt, lideró la recuperación económica del país tras la crisis provocada
por la gran depresión de 1929.
2.1. El Fascismo
El fascismo (del italiano
fascio, haz, fasces, a su vez del latín fasces, pl. de fascis) es una ideología
autoritaria que exalta la idea de nación y raza por encima del individuo, y que
se asocia con una política de ultraderecha. El nazismo se suele considerar una
forma de fascismo.
La
concepción fascista se pronuncia por el Estado; y se pronuncia por el individuo
en cuanto éste coincide con el Estado, que es conciencia y voluntad universal
del hombre en su exigencia histórica. Está en contra del liberalismo clásico,
que surgió de la necesidad de reaccionar frente al absolutismo, y que terminó
su función histórica desde que el Estado se transformara en la conciencia y
voluntad popular.
El
fascismo tiene un fuerte componente racista y se opone al liberalismo
tradicional. Desdeña las instituciones del Estado republicano y sustituye el
voto como expresión de la voluntad popular por las expresiones masivas de apoyo
al líder. No considera un valor la libertad de expresión y recurre a la
violencia sistemática para obtener el poder o mantenerse en él. Mussolini,
fundador del PNF Partito Nazionale Fascista, opuso a los principios de la Revolución Francesa
de «libertad, igualdad y fraternidad» la consigna «creer, obedecer y combatir».
Históricamente, el fascismo hizo culto a la fuerza, al machismo y a la
vitalidad, adoptó uniformes y lenguaje militar y ha manipulado las ideas de
Friedrich Nietzsche sobre el poder de la voluntad y la creación del hombre
superior.
En
diversos lugares del mundo, los movimientos fascistas surgieron apoyados por
sectores ultramontanos de sectores nacionalistas extremos. En general,
describieron como su enemigo a una conspiración internacional formada por
judíos, comunistas y masones (la sinarquía) (aunque pueden incluir en ese
entramado a cualquier organización que juzgue trasnacional) y opuesta a los
intereses del Estado-nación, como el capitalismo. La oposición a la masonería,
que puede parecer anacrónica, responde sin embargo a una lógica de continuidad
del tiempo histórico en el que la red de los masones permanece como custodia
invisible de las ideas del liberalismo. Los fascistas sustentan una ideología
de lucha entre los estados que se resuelve mediante la imposición y expansión
del más fuerte.
Aunque
no todo gobierno militar es fascista, el término suele usarse para designar a
las dictaduras y a los partidos o agrupaciones que se expresan mediante la
violencia o predican el autoritarismo y el desprecio por quienes no piensan del
mismo modo.
2.1.0. Historia
En "principio"
se habla de fascismo para referirse al movimiento político autoritario de
Benito Mussolini, pero por extensión suele aplicarse a cualquier manifestación
de autoritarismo. Sin embargo, uno de los primeros modelos fascistas, aunque
aún sin ese nombre, lo creó en Francia, a comienzos del siglo XX, el escritor
Charles Maurras, con su partido Acción Francesa y su grupo de choque juvenil,
al que llamó los Camelots du Roi.
A
finales del siglo XIX empezó a tomar cuerpo en Italia una ideología
nacionalista ultra conservadora que se denominó fascio. Tras la Primera Guerra
Mundial, el país estaba empobrecido, el gobierno era débil y había muchos
resentimientos porque Italia no estaba de acuerdo con las conclusiones del
Tratado de Versalles.
En
1919, Benito Mussolini canalizó el descontento popular y fundó el Partito
Nazionale Fascista (PNF), caracterizado por su oposición a las ideologías
políticas liberales y al comunismo. La alta burguesía italiana utilizó a los
fascistas para desarticular los movimientos obreros organizados y Mussolini fue
reuniendo partidarios, hasta que, en 1922, obligó al rey de Italia, Víctor
Manuel III, a entregarle el poder, que detentó con el título de Duce
(caudillo).
Las
ideas fascistas tuvieron eco en otros países europeos, sobre todo en Alemania y
en menor medida en España, donde cobraron importancia organizaciones de corte
fascista como el Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (nazi)
y la Falange Española
respectivamente.
Mussolini
captó voluntades entre los jóvenes a través de la agrupación de los camisas
negra, así como Adolf Hitler tuvo sus camisas pardas, como continuidad del
modelo de Maurrás. Los despliegues de masas, organizados y disciplinados,
formaron parte de la liturgia fascista en Italia, Alemania y Grecia.
En
Grecia, el General Ioannis Metaxas estableció un régimen de carácter fascista
en 1936. El Fascismo Griego tenía muchos paralelismos con el fascismo alemán e
italiano (militarismo, saludo romano, intervencionismo, doctrina racista y
nostalgia por las glorias pasadas del país), aunque algunas características
propias lo distancian. El periodo fascista en Grecia acabó en 1941, con la
muerte de Metaxas y la ocupación alemana.
En
España, el general Francisco Franco contó con la ayuda de los fascistas
italianos y los nazis alemanes para derrotar al ejercito republicano en la
guerra civil iniciada en 1936, e instaurar un régimen dictatorial que duro casi
40 años y que al principio contó con el apoyo de los falangistas, de cuño
fascista. La alianza entre Hitler y Mussolini conocida como Eje Berlín – Roma
fue un paso previo al inicio de la Segunda Guerra Mundial.
El
fascismo en sus expresiones más tradicionales resurgió en Occidente en las
décadas de los 80 y 90 del siglo XX bajo el nombre de neofascismo, aunque con
formas no muy distintas a las que tuvo históricamente. En concreto en Italia
apareció después de la segunda guerra mundial bajo la forma del partido
político Movimento Sociale Italiano (misinos).
2.2. Nazismo
Nazi o Nazismo
es la contracción de la palabra alemana Nationalsozialismus, que significa
nacionalsocialismo. La palabra nazi se utiliza para todo lo que se relaciona
con el régimen que gobernó Alemania de 1933 a 1945 con la llegada al poder del partido
nacional-socialista, el autoproclamado Tercer Reich y Austria a partir de la Anschluss. La
Alemania de este periodo se conoce como la Alemania nazi.
Fue un término acuñado por el ministro de propaganda del régimen alemán
Joseph Goebbels, que la usó durante uno de sus discursos para referirse a los
miembros de su partido, el Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei
(NSDAP) Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores.
2.2.0.
Origen y desarrollo del modelo Nazi
En 1919, Adolf
Hitler se unió al Partido Obrero Alemán, haciéndose cargo del área de
propaganda. Un año más tarde el partido publicó su programa: Veinticinco puntos
entre los que se contaban el rechazo al Tratado de Versalles, la aspiración a
la unidad con Austria en la "Gran Alemania" y a un gobierno central
fuerte, y la voluntad de reservar a Alemania sólo para los
"verdaderos" alemanes. Se adoptaba asimismo un nuevo nombre, el de
Partido Nacional Socialista Obrero Alemán. Nacía así el partido Nazi, dirigido
por el propio Hitler desde 1921. Tras un fallido intento de golpe de Estado en
1923, y la condena a prisión de Hitler, el crecimiento del caudal electoral
nazi llegaría con la crisis de 1929. Aún sin tener mayoría en el parlamento, en
1933 Hitler sería llamado por los sectores conservadores para ocupar el cargo
de canciller.
2.2.1.
Contexto histórico
Es una ideología
que surge en la Alemania
de los años 20 pero que no alcanzará importancia hasta los años 30 momento en
que las duras condiciones de paz impuestas en el Tratado de Versalles (1919) se
juntan con la grave crisis mundial del crack del 29. A nivel mundial las
democracias liberales quedan fuertemente desacreditadas. La situación mundial
parece dar razones a las reivindicaciones obreras tradicionalmente vinculadas al
marxismo. Tal y como Marx había sugerido en el Capital el propio sistema se
come a sí mismo empobreciendo a la clase trabajadora que es la misma que ha de
consumir los propios productos que produce. Se acumulan los stocks y las
empresas quiebran, despiden trabajadores y la situación se agrava más aun. En
Alemania la situación es más acuciante aún ya que han de pagar el humillante
tributo de la derrota en la primera guerra mundial y el descontento popular
ante la injusta situación hace que las calles se llenen de manifestaciones
extremistas de toda índole. Comunistas y nacionalsocialistas sobre todo. Los
nacionalsocialistas creen en la existencia de una conspiración judía para
hacerse con el control mundial. Advierten que muchos de los principales líderes
obreros son también judíos y asimilan ambos conceptos, bolchevismo y judaísmo,
en una misma cosa. Los nacionalsocialistas o nazis encontrarán en este
colectivo el blanco perfecto de sus iras para descargar toda la frustración
ante la pésima marcha de la economía. Su discurso no ha variado desde su
creación como Partido Obrero Alemán, expulsar a lo judíos, imponer el orden y
acabar con el tratado de Versalles. Esta ideología no hubiese llegado a más,
probablemente, sin la adhesión de un Hitler idealista e hipnótico orador ni sin
el apoyo de las clases altas que veían en el una salvaguarda frente al
comunismo. Su fuerte carácter pronto lo lleva a capitanear el partido que puede
compararse perfectamente a un grupo de fieles de una secta fanática. Los
principales ideólogos del partido cuando este llegue al poder ya están allí,
(Goering, Himmler, Rudolf Hess...) y los principales elementos que lo
caracterizarán también. Una fe ciega en un líder, Hitler, y un enemigo mortal
al que echar todas las culpas, los judíos, dos elementos estos presentes en
toda creencia fanática. Creyentes con una fe inquebrantable en Hitler que,
curiosamente, harán notar sus animadversiones hacia sus compañeros de partido
compitiendo unos con otros por obtener los favores del Führer cuando este
ostente el poder. .
2.2.2.
La ascensión del nazismo
Las ideas de
Hitler pronto cautivan a mucha gente y desde los poderes económicos y
financieros no lo ven con malos ojos ya que se declara fuertemente
anticomunista. Y hay que recordar que la agitación comunista en Alemania por
aquel tiempo era fuerte. Hitler será detenido y encarcelado por provocar
disturbios con sus exaltados llamamientos contra la República de Weimar.
Allí escribirá el "Mein Kampf" o "Mi lucha" que pronto se
convierte en el elemento que le faltaba al colectivo, un libro sagrado. En él
declara firmemente su antisemitismo y su anticomunismo y deja claro que la suya
es una raza elegida. Elegida para gobernar.
El grupo al que pertenecía ya hacía tiempo que llevaba forjando todo un
mito en torno a la raza aria. Un mito sobre sus orígenes sobre su fuerza y su
vigor y, sobre todo, sobre su superioridad respecto a las demás razas. El
nacionalsocialismo resulta una ideología fascista en la medida que se
caracteriza por dar gran importancia al estado, por presentar un fuerte
liderazgo de un caudillo supremo, en este caso Hitler y por defender un
imperialismo visceral que debe llevar a conquistar los pueblos que se
consideren inferiores. A la pregunta de qué es el nazismo muchos alemanes en aquella
época respondían: la voluntad del Führer.
2.2.3.
La política de higiene racial
Pero el nazismo
va aún más allá que todo eso. No es solo una dictadura personal e imperialista
sino que, de hecho, está imbuido de una paranoia racial que le lleva a tejer
todo un entramado científico-místico. Por una parte pretende mediante la
moderna ciencia de la biología y la selección natural de Darwin demostrar la
realidad de la raza pura y por otra parte presenta la creencia mística de que
esta debe recuperar unos poderes que se le suponen perdidos por los cruces con
razas degeneradas, como los judíos o, en menor medida, los eslavos. En los
judíos se centra el mal de males y hacia el final de la guerra empezarán a ser
exterminados en los campos de concentración. El régimen que se implanta tras la
victoria de Hitler el 1933 ejercerá un fuerte control sobre cada aspecto de la
sociedad mostrando especial interés en la educación de la juventud alemana.
Desde la más tierna infancia, se enseña a los niños a ser duros y a sufrir la
lucha por ser el más fuerte seleccionando poco a poco a unos escogidos que irán
conformando una nueva élite de guerreros sagrados (las SS) a modo de una nueva
Esparta naciente y victoriosa. La ciencia tampoco escapa a la obsesión nazi
usándola cuando es menester para justificar sus ideas o para buscar nuevas
armas para la guerra que se prepara. Pero las medidas más escalofriantes son el
control reproductivo de la sociedad alemana. Es imperiosa la necesidad de crear
nuevos arios y de sacar de circulación aquellos que presenten defectos en
nombre de la higiene racial, promoviendo la eutanasia y recurriendo a la
eugenesia si hace falta. Así mismo, se busca la fecundación de todas las
alemanas de buena sangre por parte de la élite aria para que poco a poco la
raza perdida recupere su esplendor. Finalmente, el control también lo será
sobre las religiones. Ni siquiera los cristianos se salvan de su persecución.
Se abandonan casi todos los símbolos cristianos y el pueblo se entrega
ciegamente a una nueva religión en la que Hitler es el dios supremo. El dios de
un nuevo culto basado en creencias paganas y mitologías ancestrales del origen
de la raza y de la predestinación de ésta a dominar el mundo entero. Un culto
llamado nazismo.
2.2.4.
Hitler: de canciller a dictador
Una vez en el
cargo, Hitler llamó a nuevas elecciones en medio de una intensa propaganda
nazi. Muy poco tiempo antes de los comicios, el parlamento (Reichstag) fue
incendiado. Entonces Hitler culpó a los comunistas, sugiriendo que el incendio
era el comienzo de una revolución y sembró el pánico con el objetivo de un
mayor caudal electoral. Finalmente, las elecciones le otorgaron el control del
Parlamento, el que poco después aprobaba una ley que establecía una dictadura a
través de medios democráticos. Hitler impuso desde entonces un gobierno
centrado exclusivamente alrededor de su figura, basado en el principio del
caudillo o Führer Prinzip. Según este principio político, el Führer (Caudillo)
quedaba identificado con el pueblo ("Era" el pueblo), y sólo él
conocía y representaba el interés nacional. Esta representación del pueblo por
el líder era esencial: no suponía ningún procedimiento de consulta y delegación
del poder. El Führer Prinzip, sostenía sus ideólogos, reemplazaba a un gobierno
irresponsable e impotente (el parlamentario), por otro poderoso y en el que la
responsabilidad recaía en una sola figura. Así, la voluntad del Führer se
transformaba en la ley. La aplicación de este principio resultó en formas
totalitarias de control y represión, ya que cualquier oposición a los designios
del Führer era, por definición, Antinacional.
2.2.5.
Las Medidas Represivas
Hitler aplicó de
inmediato la represión contra un amplio espectro de ciudadanos: los judíos
(definidos como enemigos de la nación), los comunistas y socialistas, los
líderes sindicales, los testigos de Jehová, los desafectos y todo aquello que
no encajara en la estrecha definición nazi de la "nación". La
represión la llevaron adelante prioritariamente las SS, fuerzas paramilitares
creadas en 1925 y fortalecidas por el régimen, y la GESTAPO, que era la
policía secreta nazi y que contaba con una densa red de espías y delatores. El
terror se ejercía de forma directa: por medio de la censura, las agresiones
físicas, los arrestos y las detenciones en campos de trabajo.
2.2.6.
El Antisemitismo Nazi
Para Hitler, los
comunistas eran traidores y enemigos de la nación alemana. Pero había un
enemigo mayor aún que se fusionaba con ese y con los otros posibles: los
judíos. Partiendo de una concepción racista, desde principios de los años
veinte Hitler fue construyendo un estereotipo racial del judío, un artificio
que englobaba a todos aquellos arquetipos sociales que suscitaban odio o temor,
sobre todo entre los hombres de clase media. Los judíos encarnaban, para
Hitler, todos los males que aquejaban a la nación alemana (de raza aria): eran
los comunistas, los proletariados agitadores, los financistas avaros y los
grandes industriales que exprimían al pueblo alemán; eran la prensa que
difamaba a la nación, y también los débiles y corruptos parlamentarios
cómplices de los humillantes tratados de paz y de la debilidad de la nación.
Eran, en síntesis, el enemigo racial, que desde el interior corrompía y
contaminaba a la nación, debilitándola. El judío era el enemigo absoluto que
tanto necesitaba el sistema totalitario para la movilización política y social,
así como para distraer la opinión pública de los propios problemas.
2.2.7.
De las leyes discriminatorias al sistema de campos
En 1935, las
leyes de Nuremberg privaron a los judíos de la ciudadanía alemana y de todo
derecho. Se les prohibió el contacto con los arios y se les obligó a portar una
identificación. Las leyes afectaban a todos aquellos a quienes el Estado
definía racialmente como judíos, como "semitas", más allá de que
practicasen o no la religión judía. La violencia y el acoso de las SS y de la
policía a los judíos continuaron, produciéndose masivas emigraciones. Luego,
siguió una segunda fase de expropiación, caracterizada por la "arianización"
de bienes, los despidos y los impuestos especiales. En 1938 se les prohibió a
los abogados y médicos judíos el libre ejercicio de sus profesiones y se obligó
a que los que tenían nombre no judíos antepusieran los de "Sara" o
"Israel" a los propios. En noviembre, esgrimiendo como excusa el
asesinato de un diplomático alemán en París a manos de un joven judío fueron
atacados por miembros de las SS, en lo que se llamó "noche de los
cristales". Los judíos fueron considerados globalmente responsables del
ataque y obligados a reparar los daños, a indemnizar al estado alemán por los
destrozos y a entregar el dinero recibido a compañías de seguro. Se los excluyó
de la vida económica, se les prohibió el acceso a las universidades, el uso de
transportes públicos y frecuentar lugares públicos como teatros o jardines.
Finalmente, los judíos fueron concentrados en guetos (barrios especiales donde
vivían hacinados) o en campos. A esto seguiría la esclavización y el exterminio
durante la guerra. Los campos, inicialmente destinados a la prisión preventiva
de "enemigos del estado" (comunistas, por ejemplo), se convirtieron
en lugares de trabajo forzoso, para experimentos médicos y para la eliminación
física de judíos, testigos de Jehová (conocidos entonces como los Bibelforscher),
gitanos, homosexuales y discapacitados.
2.2.8.
La política interior: la
Propaganda
La teoría nazi
sostenía que entre el Führer y su pueblo existía una armonía mística, una
absoluta comunión. Pero en la realidad, la aprobación y adhesión del pueblo debían
ser logradas. Por eso, la propaganda fue llevada adelante por Joseph Goebbels
desde el "Ministerio del Reich para la educación del pueblo y la
propaganda", creado en 1933. La propaganda se desarrolló en varias
direcciones. Se recurrió a los grandes actos públicos, manifestaciones y
desfiles nazis, que escenificaban la grandeza de Hitler y la disciplina
impecable de su ejército; se difundieron políticas de bienestar (vacaciones,
pensiones, etc.) y se recurrió a los medios de comunicación masiva. Los afiches
favorables al régimen nazi y a su política cultural y racial cubrieron las
ciudades. Los periódicos y libros fueron sometidos a una estricta censura, y se
llevaron a cabo grandes quemas de libros considerados "perniciosos".
El cine sufrió no sólo la censura sino además la manipulación. Todas las
películas debían contener algún mensaje pro-nazi. El propio estado se ocupó de
producir películas documentales de propaganda, utilizando todos los adelantos
de la técnica y arte. La radio se convirtió en un medio muy importante para el
régimen, ya que permitía que la voz del Führer entrara en los hogares alemanes,
del mismo modo que la propaganda nazi.
2.2.9.
Un modelo de conducta para los jóvenes
La propaganda no
buscaba sólo fortalecer la fidelidad al régimen o el odio hacia los judíos,
sino también difundir formas culturales consideradas propias o saludables para
la nación, identificadas con la raza aria. De esta manera, se instaba a los
jóvenes sanos a casarse, informándoles previamente de los antecedentes raciales
de su pareja, y a procrear familias numerosas. Las mujeres eran alentadas a
permanecer en el hogar, a obedecer a sus maridos y a dedicarse a la crianza de
los niños. Los jóvenes fueron un blanco importante para la propaganda nazi. Se
crearon instituciones destinadas a la socialización de niños y jóvenes, como
las juventudes Hitlerianas. En ellas los jóvenes recibían una cuidadosa
educación física y adoctrinamiento político. Las niñas eran entrenadas para sus
futuras tareas en el hogar, mientras los niños aprendían destrezas militares.
2.2.10.
La economía: el bienestar como propaganda
Para Hitler, su
régimen había restablecido la "primacía de la política", a las cual
debía someterse la economía del Tercer Reich. Así, hasta 1939, las demandas de
los industriales (de menores costos) se enfrentaron con la necesidad de la
legitimación del régimen, dotando de cierto bienestar a los trabajadores. Las
competencias nacionales de destreza en el oficio, o el lanzamiento de
Volkswagen -el auto del pueblo- fueron claros ejemplos de esta obra
"social" del Tercer Reich.
Las políticas socialistas de la Alemania nazi sólo pudieron hacerse compatibles
con el gasto en armamento a costa de un enorme déficit público (que se acumuló
año tras año desde 1933) y de un control de precios y salarios policíaco, que
provocó todo tipo de distorsiones e ineficiencias económicas. Según algunos
economistas, la economía alemana estaba a las puertas de una crisis gravísima,
que se abortó con el inicio de la Segunda Guerra Mundial
2.2.11.
La política exterior
El objetivo
final de la política exterior nazi era la conquista del lebensraum o espacio
vital alemán. Su imperialismo era a la vez económico y racial. Hitler sostenía
que el pueblo elegido (la raza superior) debía disponer de suficiente espacio
vital, definido como una relación entre los recursos (tierras, alimentos) y la
población. Su objetivo inmediato eran las tierras de Europa Oriental, pobladas
por razas consideradas inferiores. La política interior totalitaria del Tercer
Reich estaba al servicio de su política exterior expansionista. El
totalitarismo creaba las bases materiales y psíquicas para la conquista
exterior y, al mismo tiempo, los grandes éxitos y la conciencia de la
"misión" de la raza distraerían a la población de la represión
interna.
2.2.12.
El rearme
Hitler expresó
desde un principio su voluntad de rearme a Alemania, realizado primero en
secreto, se hizo público después de 1935, y fue tolerado por las naciones
europeas que estaban más preocupadas por el avance del comunismo que el
nazismo. La política inglesa y francesa fue la del "apaciguamiento",
que consistía en conceder a Hitler aquello que reclamaba y firmar nuevos
pactos, apostando con esto a mantener a los nazis bajo control. Ejércitos
mayores y mejores entrenados, producción de barcos de guerra, aviones, tanques
y municiones, e investigación de nuevos tipos de armamento, absorbieron
crecientes recursos estatales. Por otro lado, el rearme permitió llegar al
pleno empleo y dejar atrás la crisis de 1929. Esto reactivó la economía alemana
y trajo un nuevo prestigio al Reich.
2.2.13.
Hacia la Guerra
En 1936, las
fuerzas militares alemanes reocuparon sorpresivamente Renania. Desde ese
momento y hasta 1939 la táctica consintió en ataques justificados por el
derecho alemán al lebensraum, seguido por nuevas promesas de paz. Al episodio
de Renania le siguió la intervención en la guerra civil española y la anexión
de Austria en 1938. La semi-dictadura austriaca intento en vano impedir la
campaña de anexión de los nacionalistas austriacos, y dejó finalmente el poder
a los alemanes en 1938. Un plebiscito a favor de la "Gran Alemania"
confirmó luego la Unión. El
siguiente objetivo fue Checoslovaquia, donde un conflicto con la minoría
alemana de los Sudetes le sirvió de excusa para la anexión de la región en
1938. Inglaterra y Francia accedieron a estas pretensiones alemanas y Checoslovaquia
debió ceder. Pero Hitler invadió el resto de Checoslovaquia en 1939. Esto puso
de manifiesto su verdadera intención y el fracaso de la política de
"apaciguamiento" de Inglaterra y Francia. Cuando, tras firmar un
pacto de no agresión con la
Unión Soviética, Hitler se lanzó en septiembre de 1939 a invadir Polonia,
Francia e Inglaterra le declararon la guerra. Así comenzaba la Segunda Guerra Mundial.
2.2.14.
Elementos clave de la ideología nacionalsocialista temprana en Alemania
- Programa Nacional Socialista
- Racismo
- Especialmente el antisemitismo.
- Creación de la Herrenrasse por
el Lebensborn (un departamento del Tercer Reich)
- Antieslavismo (al menos hasta la II Guerra Mundial).
- Creencia de algunos ideólogos en la superioridad de
la raza aria, alemana y nórdica; otros defendían sencillamente la
diferenciación racial.
- Eutanasia y eugenesia buscando la supuesta
"higiene racial"
- Antimarxismo, anticomunismo, antibolchevismo
- Negación de la democracia, con la consiguiente
prohibición de la existencia de partidos políticos, sindicatos.
- Führerprinzip/creencia en el líder (Responsabilidad
ascendente y autoridad descendente).
- Fuerte exhibición de la cultura local.
- Regeneración del arte.
- Amor a la Naturaleza y creación de reservas naturales
y leyes de protección de la
Naturaleza.
- Darwinismo social
- Defensa de Sangre y Tierra (en alemán: "Blut
und Boden" - idea representada por los colores rojo y negro de la
bandera nazi)
- "Lebensraumpolitik", "Lebensraum im
Osten" (Creación de más espacio vital para los alemanes).
- Relación con el fascismo italiano de Benito
Mussolini y el español de Francisco Franco.
- Creación del Frente de Trabajo, que aglutinaba a
los trabajadores de Alemania.
- Proyecto "Belleza en el trabajo" para
mejorar las condiciones laborales de los obreros.
- Creación de la "Ayuda de Invierno" para
acabar con el hambre y la penosa situación de muchos alemanes antes del
Reich.
- Grandes actos de masas para fomentar el espíritu
colectivo.
- Era obligatorio, a partir de los 10 y hasta los 17,
ser miembro de las Juventudes Hitlerianas.
2.2.15.
El nacionalsocialismo en la actualidad
- Tras la Segunda Guerra Mundial, continuó inspirando
a los movimientos neo-nazis.
- En muchos países, entre ellos la Alemania actual, hay
leyes estrictas en contra del nazismo, que es considerado un delito.
- Actualmente, las referencias al nazismo y a Adolfo
Hitler, así como a diversos personajes y organizaciones influyentes, son
muy recurrentes, pero se suelen considerar cuanto menos ofensivas si se
realizan en el contexto de una discusión con el objetivo de defender el
propio punto de vista sobre algún tema. Por ejemplo, en numerosas
discusiones políticas, con el fin de atacar al adversario, se hace
referencia a la famosa cita de Joseph Goebbels ("Una mentira repetida
mil veces se convierte en verdad").
- Además, son muchos los que buscan distanciarse
ideológicamente lo máximo posible de Adolfo Hitler, incluso en temas que
se supone que no son políticos.
- El neo-nazismo está muy presente hoy en día en
Estados Unidos, Alemania, Austria y Chile.
- En España el nazismo no tiene más repercusión que
en cualquier otro país europeo, salvo aquellos de tradición anterior.
De forma activa o pasiva,
países de todos los continentes se vieron implicados o afectados por la segunda
guerra mundial, una contienda en la que naciones con siglos de civilización se
enfrentaron en una escala destructiva sin precedentes.
La
segunda guerra mundial fue un conflicto armado que se extendió prácticamente
por todo el mundo entre los años 1939 y 1945. Los principales beligerantes
fueron, de un lado, Alemania, Italia y Japón, llamadas las potencias del eje, y
del otro, las potencias aliadas, Francia, el Reino Unido, los Estados Unidos, la Unión Soviética y,
en menor medida, China. La guerra fue en muchos aspectos una consecuencia, tras
un difícil paréntesis de veinte años, de las graves disputas que la primera
guerra mundial había dejado sin resolver. La frustración alemana después de la
derrota y los duros términos del Tratado de Versalles, junto con la
intranquilidad política y la inestabilidad social que afectaron crecientemente
a la república de Weimar, tuvieron como resultado una radicalización del
nacionalismo alemán. De esta forma se produjo el advenimiento al poder de Adolf
Hitler, jefe del Partido Obrero Alemán Nacional Socialista (NSDAP), o partido
nazi, de ideología totalitaria, ultranacionalista y antisemita.
Después
de haberse otorgado plenos poderes en 1933, Hitler, que había asumido el título
de Fuhrer o caudillo del Tercer Reich, impulsó el rearme secreto de Alemania.
Aprovechó la falta de decisión de las potencias europeas para oponerse
activamente a sus designios y ordenó la ocupación militar de Renania en marzo
de 1936, decisión que contravenía unilateralmente el Tratado de Versalles.
En ese
mismo año, Benito Mussolini, el dictador fascista de Italia, que ya se había
embarcado en una agresión a Abisinia (Etiopía), firmó con Hitler un acuerdo
secreto germano-italiano que daría lugar al establecimiento del Eje
Romano-Berlín. Al año siguiente, Italia se unió al pacto que Alemania y Japón
habían firmado en 1936. Fue el llamado pacto tripartito. Por ello, Alemania e Italia intervinieron, en
nombre del anticomunismo, en la guerra civil española iniciada en 1936.
En marzo de 1938, Hitler
envió tropas alemanas para ocupar Austria, que pronto fue incorporada por
plebiscito al Tercer Reich (el Anschluss). En una hábil combinación de
presiones internas y externas, logró la anexión o neutralización del territorio
checoslovaco en marzo de 1939. En abril del mismo año, Italia se anexionó
Albania. En agosto se firmó un pacto de no-agresión entre Alemania y la Unión Soviética,
en el que se establecía una cláusula secreta sobre la división de Polonia y el
establecimiento de esferas de influencia soviética y alemanas en los estados
bálticos y en Finlandia. Tras este atrevido acuerdo, que dejó atónitos a los
gobernantes del resto de Europa, Hitler ordenó iniciar la invasión de Polonia
el 1 de septiembre de 1939. El Reino Unido y Francia declararon la guerra a
Alemania dos días después. El 17 de septiembre, tropas soviéticas penetraron en
la parte oriental de Polonia, que de esta forma quedó dividida entre Alemania y
la Unión Soviética.
A finales de 1939 se firmó un nuevo pacto por el que Alemania recibía toda la
parte situada al oeste del río Bug y los soviéticos obtenían Lituania dentro de
su esfera de influencia.
Durante
el inicio de 1939, las principales actividades alemanas se desarrollaron en el
mar, incluyendo una campaña submarina muy activa contra buques mercantes con
rumbo al Reino Unido. En cambio, en la guerra naval de superficie los
británicos fueron en conjunto más afortunados que los alemanes.
En
abril de 1940, Hitler puso en práctica la táctica de la "guerra
relámpago" al ordenar la invasión de Noruega y la ocupación de sus
principales campos de aviación de Oslo y Stavanger. Al mismo tiempo, los
alemanes enviaron barcos de guerra al puerto de Copenhague y se introdujeron en
la península de Jutlandia. La ocupación de Dinamarca era necesaria para la
seguridad de las comunicaciones alemanas con Noruega.
Los
acontecimientos en los países nórdicos se convirtieron en un problema de menor
importancia para las potencias en los países nórdicos se convirtieron en un
problema de menor importancia para las potencias occidentales cuando el 10 de
mayo de 1040 se vieron sorprendidas ante el ataque fulminante de Hitler a través
de los Países Bajos y de Bélgica. En este último país, la cooperación de la Luftwaffe o fuerza aérea
alemana con las líneas de defensa. El 12 de mayo, los alemanes cruzaron la
frontera franco-belga, y el 22 de junio, tres quintas partes de Francia, incluyendo
París, estaban ocupadas. Sin embargo, buena parte de las tropas británicas en
Francia, así como otros grupos de diversas nacionalidades, lograron escapar por
el puerto de Dunquerque. Se firmó entonces un armisticio entre Alemania y
Francia, representada ésta por el mariscal Philippe Pétain, héroe francés de la
primera guerra mundial. A partir de entonces, los alemanes ocuparon todo el
norte de Francia, desde la frontera suiza al canal de la Mancha y el Atlántico, y
una franja de la costa atlántica desde el bajo Loira al extremo oriental de los
Pirineos. El gobierno francés, con sede en Vichy, conservaba el control de dos
quintas partes de Francia y de la armada y la fuerza aérea, que, sin embargo,
habían de mantenerse neutrales. Mientras tanto, el general Charles de Gaulle,
desde Londres, radiaba proclamas invitando a los franceses a continuar la
resistencia contra los invasores alemanes.
Después
del fracaso intento de invasión de Grecia por parte de Italia en noviembre de
1940, Hitler incorporó sucesivamente a Hungría, Rumania y Eslovaquia al Eje.
Bulgaria se unió en marzo de 1941. En abril, Alemania atacó a Yugoslavia y
Grecia, que fueron invadidas a finales de mes. El estado yugoslavo se disolvió
completamente, y Grecia fue ocupada por los italianos, excepto Atenas,
Tesalónica y Demótica, en Tracia, así como las islas de Quíos, Lesbos, Santos,
Melos y Creta, que se reservaron los alemanes para sí.
Cuando la guerra se inició
en Europa en septiembre de 1939, los japoneses, a pesar de su continuado avance
en China, no veían el final de un conflicto que se les antojaba largo y
estéril. La declaración de guerra del Reino Unido y Francia contra Alemania
abrió al Japón la perspectiva de apoderarse de colonias europeas en el sudeste
de Asia y en el Pacífico. A finales de 1940, Japón había decidido que en caso
de iniciar una ofensiva, ésta tendría como objetivo las posiciones de los
Estados Unidos, su principal adversario en el Pacífico. Entre el 7 y el 8 de
diciembre de 1941, los japoneses bombardearon las instalaciones estadounidenses
en el Pearl Harbor, Hawaii, y en las Filipinas. A continuación, los Estados
Unidos declararon la guerra a las potencias del Eje.
A pesar
de la ventaja inicial obtenida por medio del ataque sorpresa, Japón perdió las
batallas navales decisivas del mar del Coral y de Midway en mayo y junio de
1942. En este momento, la guerra en el Pacífico cambió de signo. Japón había
perdido sus portaaviones de primera línea y la mayoría de sus mejores pilotos.
En lo sucesivo, las fuerzas navales de los japoneses y de los aliados quedaron
igualadas. La estrategia estadounidense en el Pacífico consistía en utilizar
fuerzas navales u anfibias para avanzar por las cadenas de islas hacia Japón,
mientras que fuerzas terrestres en menor escala cooperaban con los chinos y los
británicos en el continente asiático.
En el
norte de África, los británicos, que en 1940-1941 habían eliminado fuerzas
italianas mucho mayores, entablaron batalla con el Afrika Korps alemán dirigido
por el mariscal Erwin Rommel. En julio de 1942, la ofensiva alemana contra
Egipto fue detenida en la batalla de El-Alamein. En ese momento terminaron las
esperanzas de Alemania de conseguir una victoria rápida en África. Las tropas
de Rommel se encontraban exhaustas y sometidas además al acoso de los
británicos. A mediados de octubre de 1942 llegaron refuerzos aliados al norte
de África. La superioridad numérica sobre las tropas alemanas fue en aquel
momento tan fuerte que en noviembre Rommel carecía de fuerza para resistir y
ordenó la retirada. Las tropas alemanas se replegaron gradualmente hacia Túnez,
hasta que capitularon en mayo de 1943.
En julio de aquel año,
fuerzas aliadas desembarcaron en Sicilia desde el norte de África. La invasión
representaba una amenaza directa para Italia. Cuando Mussolini reveló al Gran
Consejo Fascista que los alemanes estaban proyectando la evacuación de la mitad
sur de Italia, la mayoría del consejo votó una resolución en contra de
Mussolini, que dimitió y fue arrestado el 25 de julio. El rey Víctor Manuel III
ordenó entonces la formación de un nuevo gobierno, a cuyo frente se puso Pietro
Badoglio. Desde Sicilia, los aliados pasaron a Italia con el desembarco en
Salerno en septiembre de 1943. El gobierno italiano, en cumplimiento de una
pacto firmado con los Estados Unidos, declaró la guerra a Alemania en octubre
de 1943. Los alemanes reforzaron sus defensas en el norte u centro de Italia y
continuaron luchando duramente contra las tropas aliadas durante el resto de la
guerra.
A
partir de 1944, las fuerzas alemanas habían iniciado una retirada parcial del
este con fin de prepararse para contener la invasión aliada que se esperaba en
el oeste de Europa. No se sabía, sin embargo, dónde tendría lugar. La misión
había sido confiada al general Dwight Eisenhower, y recibió el nombre de
"operación Overlord". EL 6 de junio de 1944 (que se conocería como
día D), 156.000 hombres desembarcaron en las playas de Normandía, procedentes
del sur de a Gran Bretaña. Las fuerzas invasoras estaban compuestas por
soldados británicos, canadienses y estadounidenses, y pequeños grupos de otras
nacionalidades. Los aliados hicieron rápidos progresos en el norte de Francia
gracias a su fuerza aérea, capaz de interferir decisivamente el movimiento de
las reservas alemanas.
Comenzaron
también en este momento las dudas y las disensiones por parte de los mismos
alemanes.
Aparte
del progreso de los aliados, un acontecimiento desmoralizó a los mandos
alemanes: el fracaso y las consecuencias de una conspiración contra Hitler. El
curso desastroso que había tomado la guerra y la alarma ante los crímenes del
régimen nazi, llevaron a cierto número de civiles y de oficiales a formar una
oposición secreta que decidió finalmente matar al Fuhrer. El complot fracasó y
la reacción nazi fue salvaje: 200 conspiradores implicados y otras cinco mil
personas más remotamente relacionadas con el complot fueron condenados a
muerte. Hitler y sus fanáticos partidarios, cada vez más alejados de su pueblo,
tenían todavía la esperanza de inclinar la balanza a su favor mediante el
empleo de armas nuevas que los científicos alemanes estaban perfeccionando.
Pero la realidad era que la superioridad aliada hacía ya completamente
infructuosos los esfuerzos de Alemania. Los aliados consolidaron rápidamente su
dominio de Francia y comenzaron un avance hacia el este que finalizaría con la
ocupación de Alemania entre marzo y abril de 1945. Hitler ordenó la
movilización de todos los hombres de edades comprendidas entre los 16 y 60 años
en un intento desesperado a defender el Tercer Reich. Mientras tanto, el
ejército soviético avanzó hacia el oeste y ocupó la mitad oriental de Alemania.
Antes de que sus tropas estuviesen listas para el asalto final, los aliados
intensificaron sus bombardeos aéreos. Esta ofensiva culminó el 13 de febrero de
1945 con una serie de cinco ataques sobre Dresde, que quedó completamente
destruida.
En el
momento más crítico del colapso alemán, con Berlín rodeado de tropas
soviéticas, Hitler, aislado y presa de la desesperación se suicido el 30 de
abril de 1945. La rendición definitiva de las fuerzas alemanas se firmó el 8 de
mayo. La guerra había terminado oficialmente en Europa.
En el
Pacífico, el general estadounidense Douglas MacArhur aniquiló prácticamente a
la armada japonesa en la batalla naval del golfo de Leyte y abrió el camino a
los Estados Unidos para la ocupación de la Filipinas, objetivo primordial de la campaña. En
marzo de 1944, Manila se rindió, y en marzo y junio del año siguiente los
Estados Unidos capturaron las islas de Iwo Jima y Okinawa después de una
encarnizada lucha con los japoneses. Quedaba entonces libre el camino para un
bombardero masivo del Japón e incluso una posible invasión. Se estaba
preparando, sin embargo, algo mucho más contundente. En efecto, los Estados
Unidos, a partir de experimentos alemanes, habían elaborado una bomba atómica.
Harry S. Truman, quien asumió la presidencia estadounidense tras la muerte de
Franklin D. Roosevelt, había estimado que la bomba atómica podía utilizarse
para derrotar a Japón de tal forma que costaría menos bajas a los Estados
Unidos que una invasión tradicional. El 6 de agosto fue lanzada la primera bomba
atómica sobre la ciudad de Hiroshima. Ochenta mil personas murieron abrasadas o
a consecuencia de la radiación, y otras setenta mil quedaron gravemente
afectadas. Dos días después, la Unión Soviética declaró la guerra a Japón, y el 9
de agosto, los estadounidenses lanzaron la segunda bomba nuclear sobre
Nagasaki. Los japoneses, ante esta demostración de fuerza, se rindieron
formalmente el 2 de septiembre de 1945.
La
segunda guerra mundial arrojó un balance de entre 35 y 60 millones de muertos,
de ellos gran número de civiles. Los bombarderos masivos de ciudades e
instalaciones industriales generaron asimismo enormes pérdidas materiales. La
capacidad ofensiva de las nuevas armas y tácticas de guerra (transportes y
bombardeos aéreos, portaaviones, unidades de paracaídas, tanques con potentes
cañones, bombas autopropulsadas -como los cohetes V-1 y V-2 que lanzaron los
alemanes sobre Londres- y bombas atómicas) explica las grandes destrucciones y
matanzas producidas, sobre todo, en la Unión Soviética,
Alemania, Japón, Francia y el Reino Unido.
Las
conferencias de paz de Teherán (1943), Yalta y Potsdam (ambas en 1945)
cambiaron el mapa del mundo y sentaron las bases de un nuevo período histórico
en el que la vieja Europa cedió su hegemonía a las dos nuevas superpotencias
que se consolidaron durante y tras la guerra: los Estados Unidos y la Unión Soviética.
Carr,
Edgard Hewlett. Historia de Rusia,
Editorial Ariel, Barcelona, 1989.
Corbella
Madueño, José. Historia Universal.
Edición McGraw Hill, México, 2001, 2ª. Ed.
Don
Olivera, Alfredo. Historia
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Sherman,
Dennos y Salisbury Joyce, Civilizaciones de Occidente, Editorial McGraw Hill,
Bogotá, 2003,
29 de
septiembre: Se firma el Pacto de Munich entre Alemania, Gran Bretaña, Francia e
Italia.
Enfrentamientos
que tuvieron lugar en las riberas del río homónimo. El primero (7 de noviembre
de 1916), que tuvo lugar durante la
I Guerra Mundial, se inició con una ofensiva de las fuerzas
británicas y francesas contra las alemanas (1 de julio de 1916), tras una
preparación artillera de una semana de duración en Maricourt, que propició un
avance imparable hasta el 20. Después de una fase de desgaste, se reanudó la
ofensiva en septiembre con la ocupación de las principales posesiones alemanas
en Thiepval y Martinpuich. La ofensiva se detuvo en noviembre por causas
meteorológicas. La segunda batalla se produjo durante la II Guerra Mundial. Fue
de tipo defensivo por parte de las tropas francesas en contra de las alemanas.
Las divisiones acorazadas de Hitler rompieron el frente el 5-9 de junio de 1940
y rodearon a los franceses tras su victoria en Dunkerque. Las tropas británicas
y francesas tuvieron que ser evacuadas a Gran Bretaña.
El ritmo de las
operaciones contra los japoneses en el Pacífico se incrementó en 1944. Durante
la primavera, el mando aliado conjunto ordenó a MacArthur realizar diversos
avances en el noroeste de Nueva Guinea y en las Filipinas, mientras Nimitz
cruzaba la zona central del Pacífico hasta las islas Marianas y las islas
Carolinas. Los japoneses, por su parte, estaban realizando los preparativos
para la batalla naval decisiva, que tendría lugar al este de las Filipinas.
Las tropas de MacArthur recorrieron la costa de Nueva Guinea hasta
Aitape, Jayapura y la isla Wakde durante abril y mayo, y desembarcaron en la
isla Biak el 27 de mayo. Sus aeródromos permitirían a los aviones de Estados
Unidos hostigar a la flota japonesa de Filipinas. Una fuerza de ataque
organizada en torno a los mayores acorazados del mundo, el Yamato y el Musashi,
se dirigía hacia Biak el 13 de junio cuando la Armada de Estados Unidos
comenzó a bombardear Saipan en las islas Marianas. Se ordenó entonces a las
naves japonesas que se dirigieran al norte y se unieran a la I Flota del almirante
Ozawa Jisaburo, que había partido de las islas Filipinas con rumbo a las
Marianas.
Antes de que
concluyera la lucha en el frente oriental en marzo de 1943, Hitler era
consciente de que no podría iniciar otra campaña en verano y propuso la
creación de una barrera fortificada en este frente, similar a la que se estaba
construyendo en el Atlántico a lo largo de la costa occidental europea. Sin
embargo, la larga retirada del invierno había acortado la línea de batalla lo
suficiente como para que pudiera disponer de dos ejércitos más. Asimismo, dejó
una gran bolsa hacia el oeste, alrededor de la ciudad de Kursk. Hitler no
quería dejar pasar la oportunidad de realizar una nueva maniobra envolvente.
Después de aguardar durante tres meses a que los nuevos carros de combate
abandonaran la línea de concentración, Hitler inició la lucha en Kursk el 5 de
julio; atacó por el norte y el sur a través del extremo oriental de la bolsa.
Zhúkov y Vasilevski también habían puesto sus miras en Kursk y reforzaron las
tropas de los alrededores de la ciudad. Los rusos y los alemanes libraron hasta
el 12 de julio la mayor batalla de carros de combate de la guerra. Hitler
canceló la operación debido a que los estadounidenses y británicos habían
arribado a Sicilia y era preciso transferir divisiones a esta zona. A partir de
este momento, fueron los soviéticos los que tomaron la iniciativa estratégica
en el este.
En el verano de
1940, Hitler dominaba Europa desde el noruego cabo Norte hasta los Pirineos. Su
único enemigo activo —Gran Bretaña, gobernada desde mayo por un nuevo primer
ministro, Winston Churchill— juró continuar la lucha. El Ejército británico
había abandonado la mayor parte de su armamento en las playas de Dunkerque.
Stalin no pensaba desafiar a Hitler. Ante la caída de Francia, Estados Unidos
inició el primer reclutamiento realizado en tiempo de paz de toda su historia e
incrementó considerablemente su presupuesto militar.
Los alemanes confiaban en vencer a los británicos obligándoles a que se
rindieran por falta de suministros. La batalla del Atlántico comenzó en junio
de 1940 y en ella se recurrió a la guerra submarina para cortar el transporte
de suministros británicos. Los alemanes contaban ahora con bases submarinas en
Noruega y Francia. En los primeros momentos del conflicto, disponían únicamente
de 28 submarinos, pero se estaban construyendo muchos más.
El método más rápido de acabar con los británicos era una invasión, pero
esto implicaba cruzar el canal de la
Mancha; Hitler no se arriesgaría a emprender esta acción a
menos que se neutralizara antes a la Royal Air Force (Fuerzas Aéreas Reales británicas
o RAF). Por lo tanto, la batalla de Inglaterra se desarrolló en el aire, no en
las playas. Los alemanes bombardearon puertos, aeródromos y ciudades británicas
durante agosto y parte de septiembre de 1940, pero los daños causados, si bien
graves para la población civil, resultaron poco decisivos desde el punto de
vista militar previsto por los alemanes, por lo que el 17 de septiembre de
1940, Hitler pospuso la invasión de las islas Británicas indefinidamente.
Una potente
escuadra japonesa, compuesta por nueve acorazados y cuatro portaaviones, al
mando de la cual se hallaba el almirante Yamamoto Isoroku, puso rumbo a Midway
la primera semana de junio. El almirante Chester William Nimitz, que había
asumido el mando de la flota estadounidense del océano Pacífico después del
ataque a Pearl Harbor, sólo disponía de tres portaaviones y siete cruceros
pesados, pero podía tener acceso a los mensajes emitidos por los japoneses. La
batalla de Midway comenzó en la mañana del 4 de junio: los bombarderos
estadounidenses destruyeron tres de los portaaviones japoneses en cinco minutos.
El cuarto cayó un poco más tarde, después de que sus aviones hubieran hundido
el portaaviones estadounidense Yorktown.
La posterior conquista japonesa de Kiska y Attu (islas Aleutianas) los
días 6 y 7 no compensaron la derrota de Midway, de la que nunca llegó a
recuperarse la Armada
japonesa. Sus acorazados no sufrieron ningún daño, pero la batalla del mar de
Coral y la de Midway habían demostrado que las naves de guerra más importantes
eran los portaaviones, y el enemigo había destruido cuatro de ellos.