Monday, June 24, 2013

LA ESCLAVITUD DEL AFRICANO EN AMERICA

NOTIHISTORIADOMINICANA
Por. FRANCISCO M. BERROA UBIERA
HISTORIADOR

ESCLAVOS EN LA CUBIERTA DE UN BARCO NEGRERO
Negros y esclavitud en América
La población humana apareció en África 2.5 millones de años atrás, aunque "Los negros aparecen en África como tipo humano en el 6,000 a. C. debido a la desecación del Sahara, después de ese período en que las poblaciones tuvieron una economía compleja y avanzada".[1]

Muchos cientos de años antes de que se iniciara la llegada de los primeros africanos a La Española, en el siglo VIII se había dado inicio al comercio de esclavos en el mundo, a raíz de que se dio inicio al proceso de Islamización del continente africano por parte de los pueblos árabes.

Se sabe muy bien que fue a partir del siglo VIII cuando las "las sociedades del Oeste africano alcanzaron un apogeo, debido entre otros factores al proceso de islamización que intensificó las comunicaciones, los intercambios, las comunicaciones y el comercio.  Como consecuencia, los pueblos del Sudán occidental, así como los del Este, entregaban a los árabes una cantidad importante de esclavos que eran transportados hasta lejanas tierras: El Magreb, Iraq, Arabia y China".[2]

Entre los siglos VIII al siglo XVI el tráfico de esclavos fue tan importante como el de oro.  Para los árabes el rapto de africanos se convirtió en un importante negocio, y desde el año 850 a 1800 llegaron a los mercados árabes unos 10,000,000 de esclavos, es decir, un promedio de un millón por siglo.[3]

Según Maurice Lenguellé, surgieron formas de esclavitud simbióticas: la esclavitud denominada patriarcal y la esclavitud doméstica y comercial.  En la esclavitud patriarcal el esclavo se halla protegido del hambre, de la persecución y del infortunio, y se ve en la esclavitud patriarcal una forma de esclavitud moderada, "de necesidad reciproca entre el pobre y el rico, una forma de equilibrio social y de utilidad civil, siendo su fundamento el hambre y los desastres naturales",[4] y en otros casos el sistema económico y el tipo de actividad productiva imperante el mismo.

Desde el siglo XV se embarcaron a Europa unos 3,500 esclavos anuales con cuyas ventas los portugueses financiaron las expediciones.  Se estima que desde que se inicio el tráfico de esclavos hasta el siglo XIX se produjo la deportación de cerca de 100 millones de africanos.  Se sabe que para mantener la disciplina y mantener el control sobre su mercancía los capitanes de barcos negreros castigaban la blasfemia y los juegos de cartas.

En África existieron civilizaciones antiguas, y varios reinos importantes, por ejemplo, en la actual Sudan existió el reino Beinkira cuyo rey fue Osai Tutu, el cual incluía los pueblos de Achanti, Ewe (son los Popo, Mina, y los Efe que viven en la zona meridional de Togo y Dahomey, y los Yorubas -pueblos Fon y Mahi-, Mina, Yoruba, y Akan en el Norte.

De acuerdo con la tradición oral africana hacia el año de 1300 el soberano de Ife, considerada la ciudad Santa de los Yorubas, envió a uno de sus descendientes al reino vecino de Benin para difundir sus influencias.  La civilización Yoruba procede del Este africano y su cuan fue el reino Kushita, de donde proceden todos los pueblos de la llamada "raza negra" del Oeste africano.

Solamente hacia América del Norte se importaron unos 430,000 africanos que produjeron en 1863 4,5 millones de personas.[5]
 


Los principales puertos esclavistas de África fueron: Mina, Capecoast, Lagos, Calabar, y Benny, todos ubicados al Este y al Oeste del río Níger.  En los siglos XVI y siguientes las desembocaduras de los ríos Níger, Congo, Senegal, Gambia, y Volta -éste último en la denominada Costa de Oro, y en donde los portugueses establecieron los fuertes y factorías de Axin, Anamabo, El Mina o San Jorge Do Mina y Cormantine -eran grandes mercados de esclavos arrancados desde el mismo corazón de África.

Las principales zonas de exportación eran: Guinea, Dahomey, Ghana, y Nigeria.  De Senegal y Gambia salieron los grupos denominados: Fulas, Wolofs, Sereres, y Mandingas, todos pueblos senengambeses.

Los Yorubas. La civilización antigua Yoruba es de procedencia Este y su cuna fue el reino Kushita, de donde proceden todos los pueblos de la llamada "raza negra" del Oeste africano.  Se sabe que "Hacía el 1300 el soberano de Ife, la ciudad santa de los Yoruba, envió a uno de sus descendientes al reino vecino de Benín para difundir sus influencias".[6]  Angoleños. En el siglo XVIII 40,000 angoleños eran vendidos cada año a los franceses.

El tráfico de esclavos se desplazó al Sur de África a partir de 1798 debido a los bajos precios de los negros de la región, trasladándose luego hacía la costa oriental de África, específicamente hacía Mozambique y Zanzíbar, en donde en el siglo XIX se exportaban unos 20,000 esclavos por año.

En el este de Africa, a fines del siglo XIX, una esclava negra instruida costaba 500 dólares, comparada con 12 dólares que era el precio de los jóvenes fuertes.

  A partir de 1842 se produce la intervención inglesa para suprimir el tráfico de esclavos, a tales fines fueron habilitados en las aguas atlánticas occidentales los buques patrulleros Cleopatra, Lilí, Sappo y Diterm.

  Entre 1870-1890 se incrementa el tráfico desde Zanzíbar hacía el Golfo Pérsico, finalmente suprimido a fines del siglo XIX. 

De los esclavos de distintas etnias exportados a América, según éstas, se distribuyeron por toda la geografía americana de la siguiente manera:
·        Argentina llegaron negros de las etnias: Longa, Congo, Mandinga, Ardra.  Uruguay recibió a los congo (Guanda, Wuanda, Angola, Mungolo, Basundi, Woma).
·        Perú captó negros de las etnias: Chalas, Congo, Angolas, Carabalíes, Mozambiques, etc..
·        Cuba vio llegar a los Minas, Gangas, Lucumí, Carbalí, Congo.
·        Brasil, que llegó a tener soldados negros divididos por naciones, los clasificó como criollos, Minas, Ardras, y Angolas.
·        A los Estados Unidos llegaron básicamente los Ghana (Fanti-Ashanti), y Bantu.
·        Al territorio de Haití arribaron los Dahomeyanos (cultura Fon), entre otros.
·        Hacía Jamaica los Cromanti de la Costa de Oro.
·        En Las Antillas predominan los Fon (Dahomey), los Fanti, Ashanti, Yorubas y los Congo.

La esclavitud trató de ser justificada en sus albores en las concepciones judeo-cristianas, especialmente en el argumento bíblico que dice que Noé maldijo a su hijo Cam y a sus descendientes.

Los primeros esclavos llegaron a América en 1505, y fueron introducidos por Nicolás de Ovando a La Española.


Posteriormente se introdujeron masivamente, y la corona española concedía licencias a tales fines; a partir de 1513 eran cobrados dos ducados por cada negro importado; en 1578 cada licencia costaba 30 ducados.

Carlos V dio en 1518 una licencia a Laurent de Gobernot, otra a los Welsers en 1528; Un contrato de Asiento fue dado en favor de Pedro Gómez Reineld por el periodo de 1595 a 1640, y de 1609 a 1615 la Casa de Contratación de Sevilla importó unos 4,000 negros cada cinco años; aunque fue en 1639 cuando por primera vez un príncipe de la iglesia católica, el Papa Urbano VIII condenó la trata de esclavos.  Concertada la Paz de Utrecht se concedió un privilegio de asiento a los ingleses por 30 años de monopolio, fortaleciéndose el denominado "comercio triangular".

Industria azucarera y esclavitud.
En la isla de Santo Domingo o La Española funcionaban 21 ingenios y 21 trapiches en 1540 los cuales empleaban unos 30,000 esclavos; en 1582 Puerto Rico tenía funcionando 11 ingenios azucareros, y en Cuba la introducción de esclavos para los ingenios se incrementa entre 1590 a 1593.  Brasil estableció sus primeros ingenios entre 1530 a 1535; en 1528 disponía de 120 ingenios; en 1600 la población esclava era de 20,000 negros, y en 1628 funcionaban allí 235 ingenios.  Francia en sus colonias de Haití, Martinica y Guadalupe tenía unos 400 ingenios, y producía 1.5 millones de arrobas de azúcar.  Las colonias inglesas tenían en sus plantaciones 80,000 esclavos.

Los tipos étnicos y sus denominaciones en América.
Los principales tipos étnicos americanos fueron los siguientes:
1) Español, india: mestizo;
2) mestizo y español: castizo;
3) castizo y español: español;
 4) español y negra: mulato;
 5) mulato y español: morisco;
6) morisco con española: chino;
7) chino con india: salta atrás (nieto de morisca con española, biznieto de mulata);
8) salta atrás y mulata: lobo;
 9) lobo y china: jíbaro;
10) jíbaro y mulata: albarazado;
11) albarazado y negra: cambujo;
12) cambujo con india: zambaigo;
13) zambaico con loba: calpa mulato;
14) calpa mulato con cambuja: tente en el aire;
15) tente en el aire con mulata: no te entiendo;
16) no te entiendo con torna atrás: india entiendo; etc...

La importación de esclavos africanos a suelo americano, según Morel Herskovitz, era como sigue:

·        De 1666 a 1776 la importación inglesa fue de 3,000,000 destinados a las colonias inglesas, francesas y españolas, de los cuales murieron en los viajes unos 250,000.
·        De 1680 a 1786 fueron recibidos en América 2,310,000 esclavos de los cuales 610,000 fueron llevados a Jamaica, cuyas autoridades importaron 71,115 esclavos entre 1752 a 1762.
·        De 1716 a 1756 se introdujo un promedio de unos 70,000 esclavos por año, es decir, aproximadamente 3.5 millones de negros.
·        De 1759 a 1762 Guadalupe recibió 40,000 esclavos;
·        De 1776 a 1800 74,000 esclavos por año se introdujeron a América, es decir, 1,850,000, de los cuales, la media anual de los ingleses fue de 38,000, de los portugueses 10,000 y los daneses 2,000.
·        La colonia de Haití tenía en 1780 460,000 esclavos.

REFERENCIAS:


[1] Luz María Martínez Montiel: Negros en América.  Editorial Mapfre, Madrid, 1992. P. 24.
[2] Luz María Martínez Montiel: Negros en América.  Editorial Mapfre, Madrid, 1992. P. 31
[3] Luz María Martínez Montiel: Negros en América.  Editorial Mapfre, Madrid, 1992. P. 31
[4] Luz María Martínez Montiel: Negros en América.  Editorial Mapfre, Madrid, 1992. P. 32
[5] P. D. Curtin: The slave trade and the Atlantic Basin; Intercontinental Perspectives, en: Key Issues in the Afro-American Experience, I, 1971, PP. 39-53.
[6] Luz María Martínez Montiel: Negros en América.  Editorial Mapfre, Madrid, 1992. P. 40.

Friday, June 21, 2013

PIRATAS EN AMERICA

NOTIHISTORIADOMINICANA
Por: FRANCISCO M. BERROA UBIERA
HISTORIADOR


PIRATA JOHN HAWKINS

Los europeos consideraron durante mucho tiempo el Mar Mediterráneo como el Mare Nostrum, pero, las exploraciones del océano Atlántico y de otros mares realizadas a finales del siglo XV y principios del Siglo XVI ayudaron a dejar atrás esta opinión.  Por ejemplo, en 1513 Vasco Núñez de Balboa encontró el Mar del Sur, lo cual amplió el horizonte de los mares conocidos.
La teoría de Mare Clausum, que había predominado en Europa antes del siglo XVI, siendo defendida por Camillo Borrell, Fray Serafín de Treytos y Solórzano Pereyra, fue gradualmente superada y combatida por un joven jurisconsulto de la ciudad de Delft llamado Hugo Van Grot, quien terminó siendo conocido como Hugo Grocio, padre de la teoría de Mare Liberum, y autor de un famoso comentario a la Ley de Presos titulado en latín: "De Jure Praedae Commentarius", en cuyo capitulo XII defendió la libertad de los mares.
La publicación de su obra se produjo en 1609 con el título de "Mare liberum sive de Jure quoce botavis competit ace indicana comercia disertatio", la cual; fue editada en 1868.[1]  En su obra "anatematizó la política de mar cerrado de España y Portugal".[2]  En sentido general las causas de la piratería se pueden resumir en tres puntos:
a) La atracción que sentían varias potencias europeas por las riquezas de América (Oro y Plata);
b) La existencia en Europa de grandes masas depauperadas;
y c) La debilidad del imperio ultramarino español.
En cierta medida la piratería tuvo motivaciones religiosas, y constituyó una vía de ennoblecimiento de los Drake, Morgan, Granmont, y "Lorencillo", entre otros, constituyendo un mecanismo usado por los protestantes (hugonotes, calvinistas y anglicanos) para combatir la Iglesia católica y al Papa.


LA PIRATERÍA EN EL MAR CARIBE



En lo que respecta al Caribe sabemos que sus islas, que son más de 1,000, incluyendo miles de islotes y cayos, los cuales totalizan unos 2,700,000 kilómetros cuadrados.
Este inmenso archipiélago, durante los siglos XV, XVI y XVII fue surcado por los buques españoles, y por barcos pesados, de quillas cortas y por otros de grandes castillos, que debieron enfrentar los buques alargados y a los veleros de los piratas, especialmente de los conocidos en nuestros mares como los filibusteros.
La diferencia entre el pirata y los corsarios radica en que los piratas roban por cuenta propia y los corsarios dirigían embarcaciones con patente de corso de su gobierno.  A los capitanes y tripulantes con patentes de corso de estos barcos se les denomina corsarios en español, en francés corsaires y en inglés privateers. y se caracterizaron por aceptar las leyes y usos de guerra, especialmente se regulaban por las leyes de Pisa de 1289, las de Génova de 1313 y 1316; por los acuerdos de la liga Hanseática de 1363, 1364, y 1382, y las posteriores ordenanzas de corso de 1584; por los reglamentos anglo-franceses de 1495 y 1597, y por el reglamento francés de corso de 1373; las ordenanzas de corso de Francia de 1584; las de Holanda de 1597 y 1622, la inglesa de 1707, y la de Dinamarca de 1710, entre otras.
Existe además la denominación de corso-pirata, con patente de su gobierno y que atacan los barcos de los Estados enemigos, y nunca atacaban a los de su propio país.


BANDERA PIRATA

La piratería americana se inicia en 1521 y se extiende hasta 1722, es decir, por un poco mas de 200 años, siendo su época de apogeo de 1569 a 1621; de 1622 a 1655 los ataques se concentraron en Santo Domingo y La Tortuga; de 1556 a 1671 a las islas de Jamaica y Santo Domingo; en 1671 Morgan atacó Panamá; de 1672 a 1722 los ingleses inician la persecución pirata usando como bases sus colonias de América; y de 1521 al 1568 se introduce la primera fase del Sistema de Flotas español para evitar los ataques piratas.
De 1536 a 1568 los piratas capturaron 189 barcos españoles y realizaron 74 incursiones terrestres, llegando apresar en el atlántico 152 barcos españoles, incluyendo 37 en el triangulo formado por los territorios de las islas Canarias, Azores y la península Pirenaica, es decir, una media de 4,75 barcos por año.
En 1521 un pirata que alcanzó notoriedad fue Jean Fleury, también llamado Juan Florín o Florentino que fue el azote de las Azores y las Canarias, quien conjuntamente con el armador de barcos normando Jean D'Ango planificó el robo del tesoro de Montezuma o Moctecuhzoma consistente en 58,000 barras de oro, equivalentes a 88,000 castellanos que lo tenía en su poder Cuauhtémoc.
Florín llega a capturar inclusive un barco español en el Cabo San Vicente, pero en 3 de octubre de 1527 fue capturado por el Capitán Vizcaíno Martín Pérez de Irizar de la Armada de Vizcaya, ofreciendo el pirata Florín a éste la suma de 300,000 ducados para que se libertara, siendo finalmente ejecutado por orden de Carlos V en Culmenar de Arenas, localidad de Toledo, España.
Sabemos que la primera Patente de Corso francesa se dio en 1553.  Una cédula de 1640 ordena a los vecinos de América que preparen armas y caballos para garantizar las defensas de las ciudades.
Desde que fueron descubiertos los yacimientos de plata de zacatecas, Guanajuato, Cuencamé, San Luis de Potosí, sombrerete y Pacituca, y comenzaron los envíos de este metal al Viejo Mundo, hubo necesidad de organizar grandes flotas compuestas de 40 barcos mercantes y entre 5 a 8 barcos militares, estando cada uno de estos buques armado con 8 cañones de bronce, 4 de hierro, 24 piezas menores y 100 mosquetes a disposición de la tripulación militar.
El sistema de flotas fue creado por la Real Cédula de fecha 10 de junio de 1561, y por lo regular la flota partía de Sevilla, puerto mediterráneo del río Guadalquivir, ubicado a 70 kilómetros de la costa, desde donde se dirigían a las islas canarias y desde allí cruzaban el Océano para llegar a las islas de dominica o Guadalupe, desde las cuales se podía dirigir a los puertos de Veracruz, Cartagena de Indias, o a Porto Bello.  Para regresar se dirigían a La Habana, Cuba, desde donde salía la flota hacía España casi siempre antes del día 10 de agosto de cada año, después de haber colectado y recogido oro, perlas , tabaco y cacao en Cartagena; plata en Porto Bello en donde esperaban que pasaran los 40 días de la feria; y Plata en Veracruz.[3]



Referencias:


[1] Lucerna Samoral, Manuel: Piratas, Bucaneros, Filibusteros Y Corsarios en América.  Perros, mendigos y otros malditos del mar.  Editorial Mapfre, Madrid, 1992.
[2] Eleazar Cordoba Bello: Compañías holandesas de navegación.  Publicaciones de la Escuela de estudios Hispano-Americanos de Sevilla, Sevilla, 1964. P. 16.
[3] Para mayor información recomiendo consultar la obra de: Lucerna Samoral, Manuel: Piratas, Bucaneros, Filibusteros Y Corsarios en América.  Perros, mendigos y otros malditos del mar.  Editorial Mapfre, Madrid, 1992.

Monday, June 17, 2013

LA INDEPENDENCIA DE MEXICO

NOTIHISTORIADOMINICANA
Por:  FRANCISCO M. BERROA UBIERA
HISTORIADOR


CURA MIGUEL HIDALGO COSTILLA

La evolución de territorio mexicano y la independencia de México.  El Virreinato de la Nueva España quedó formalmente constituido en 17 de abril de 1535, siendo su primer Virrey don Antonio de Mendoza, el primero del hemisferio.  Su territorio sumaba una extensión total de 4,156,483 kilómetros cuadrados, aunque luego se fue gradualmente reduciendo debido a las perdidas históricas debidas al Tratado Onis del 22 de febrero de 1819, por medio del cual se definieron nuevos límites territoriales: desde el río Sabinas hasta el paralelo 32º 2', de ahí al río Rojo y de éste al meridiano 100; de aquí al río Arkansas y su nacimiento, y de éste punto, por el paralelo 42, al Pacífico.  Con el tratado de Guadalupe Hidalgo en 2 de febrero de 1848 México perdió la mitad de su territorio retrocediendo los límites hasta el río Bravo, de cerca de ciudad Juárez al Oeste por el paralelo 31º47" hasta el meridiano 108º12"; de ahí descendiendo por el paralelo 31º20" hasta la proximidad de Nogales, Sonora, en donde sube al meridiano 115º, o sea, a la confluencia de los ríos Gila y Colorado, para seguir al Oeste en linea recta hasta llegar adelante de Tijuana; otro descuento de debió a la compra de Mesilla, que dio lugar al tratado de Gadsden, y que sacrificó una importante porción de los estados de Chihuahua y Sonora.  A resultas de estas cesiones el territorio se redujo a 1,963,390 kilómetros cuadrados, aunque luego se perdieron los territorios de Alta California, Nuevo México, Texas, y parte de Tamaulipas, quedando México con cerca de algo menos de un millón de kilómetros cuadrados.
Con las reformas de 1776 a 1786 fueron creados cinco reinos: 
1) Nueva España; 
2) Nueva Galicia; 
3) Nueva Viscaya; 
4) Nuevo León, y
 5) Nuevo México.

 Las intendencias existentes eran las siguientes; México, Puebla, Guadalajara, Veracruz, Oaxaca, Valladolid, Zacatecas, Guanajuato, San Luis de Potosí, Mérida, Durango y Arizpe.

 En 1808 la población alcanza la cifra de 6,122, 354 habitantes que se hallaban distribuidos en 30 ciudades, 95 villas, 4,682 pueblos, y 165 misiones, de los cuales, desde el punto de vista étnico, un millón eran criollos (el 18%), 50,000 españoles, 3.5 millones indios (60%), 10,000 mulatos, y las llamadas castas algo más de un millón (22%).  En 1810 el clero de México lo integraban un total de 9,439 personas, de los cuales: 4,229 eran seculares; 3112 religiosos y 2,098 religiosas, que se hallaban en 264 conventos.  Este mismo año la población del virreinato era de 6,000,000 de habitantes, de los cuales un 18 por 100 eran blancos -70 criollos por cada peninsular-, el 60 por 100 eran indios -en su mayoría nativos-, y un 22 por 100 eran castas (pardos y mestizos).  La riqueza se hallaba en manos de los blancos, principalmente de la oligarquía colonial, de los peninsulares, y de los criollos ricos, y como muy bien observó Alexander Von Humboldt: "México es el país de la desigualdad".  España y sus funcionarios coloniales se manifestaban insensibles ante la pobreza de los mexicanos de todas las clases y colores, y envuelta en sus guerras continentales europeas, enfrentada a un día a los ingleses y otro a Francia, exigía a los pobladores del Nuevo Mundo el pago de elevadas exacciones y tributos, al tiempo que mantenía descuidadas las inversiones en obras de infraestructura y fortificaciones, en tecnología apropiada para la producción de plata, y en los gastos administrativos y militares, por lo cual, cuando quiso sacar de España mas recursos de los que realmente necesitaba, el estado español entró en contradicción con el clero mexicano, que era el principal propietario de Nueva España.
El Virrey era el Alter Ego del Rey, cargo desempeñado por don Antonio de Mendoza a partir de 1535, y a principios del siglo XIX por don Juan O'Donojú, quien tenía por funciones: gobernador, capitán general, presidente de la audiencia, superintendente de la Real Audiencia, y Vicepatrono de la Iglesia.  En Hispanoamérica en general, y en México en particular, el sistema de flotas tuvo efectos positivos y negativos, generó retrasos, aunque tuvo sus ventajas y desventajas.  La Real Cédula de 1765 implantó el comercio libre, y el Real Decreto del 28 de febrero de 1789, que extendió a Nueva España estos beneficios, dio fin al sistema de flotas.  El retraso de la flota favorecía el contrabando que era practicado por los ingleses, franceses, holandeses, norteamericanos y españoles.
El comercio del Virreinato de Nueva España con el exterior fue monopolizado durante mucho tiempo por las compañías españolas de Montesacro, creada en 1774, y por la Guizpuzcoana, fundada en 1728, las cuales también monopolizaban el comercio con Caracas desde 1781.  En 1785 la Guizpucoana se fusionó a la Compañía de Filipinas, hasta desaparecer en 1834.
En lo concerniente a Estados Unidos, sabemos que, si en 1790 los Estados Unidos de Norteamérica constituían un pequeño país, recién surgido a la vida nacional, en 1810 ya era una pequeña potencia que crecía a paso firme y que había duplicado su territorio y su población, que de 3,929,214 almas, pasaba a contar con 7,239,881.  Dominaba el valle de Ohio y el territorio de Misisipí lo tenía bajo su control, desplazando a los franceses, y además presionaba sobre la Florida y el septentrión novohispano.  Su potencial comercial alcanzaba un promedio de 143 millones y contaba con una industria apreciable y un gran desarrollo agrícola y pesquero.  Don Luis de Onis entendió muy a tiempo y temprano que el crecimiento de Estados Unidos se debió a su laboriosidad y neutralidad, y eso le permitió a este país hacerse dueño del tráfico comercial en el mundo, contando inclusive con importantes compañías de armadores en los puertos de Nueva York, Baltimore y Filadelfia.
El virreinato de la Nueva España y el de Perú constituyeron indudablemente las colonias españolas más ricas de ultramar, debido a sus aparentemente inagotables minas de oro y plata, y a la bondad y fertilidad de sus suelos, lo cual le permitía a sus colonizadores y habitantes desarrollar la agricultura de plantaciones y las actividades pecuarias.  México producía cerca del 67 por 100 de la plata del continente.  Nueva España poseía en agricultura en 1810 unas 3,749 haciendas; 6,684 ranchos, y 1,195 estancias, aunque se debe reconocer que desde 1722 a 1811 varias crisis afectaron la agricultura.  En cuanto a la riqueza minera, en 1810 contaba con 206 reales de minas, principalmente en Guadalajara, Guanajuato, Zacatecas, San Luis de Potosí, Valladolid, Durango y Ariazpe.
Conocida la situación de la península, en La Nueva España se organizan varias juntas locales, especialmente sabemos que Iturrigaray convoca una Junta, la cual adopta un Real Acuerdo de rechazar las pretensiones de Napoleón.  El 19 de julio se formó una Junta, y por su conducto el ayuntamiento de México dio su apoyo al Virrey.  Sin embargo, en Septiembre de 1808, se produce en México la destitución del Virrey Iturrigaray por parte de los españoles peninsulares: Oidores de la real Audiencia y poderosos comerciantes del Real Consulado.
El 1809 fue un año de transformaciones radicales en todo el territorio de Nueva España, fue el año en que se produjeron importantes conspiraciones en las principales ciudades, especialmente en Valladolid, Querétaro, Celaya, San Miguel, en Dolores, y en otras, razón por la cual se produjo la detención de varios oficiales del ejército, de funcionarios municipales implicados, y de algunos intelectuales, muchos de ellos apresados en diciembre de 1809.
Existe una relación entre la conspiración independentista de Querétaro dirigida por los señores José Mariano Michelena, José María García Obeso y Fray Vicente de Santa María, descubierta en 9 de septiembre de 1810, y la rebelión del cura Miguel Hidalgo Costilla (1753-1811), párroco de Dolores que se hallaba vinculado a ciertos círculos de intelectuales radicales e ilustrados, entre los cuales se contaban Ignacio Allende, Ignacio Abasolo (1784-1816) Juan Aldama y el corregidor Miguel Domínguez y su esposa Josefina Ortiz.  En el Bajío, la región mas rica de y fértil de Guanajuato, la ebullición social desbordó todos los niveles y encontró a su conductor natural en el cura mestizo don Miguel Hidalgo, quien fue aprovechado por los rebeldes de Querétaro debido a su reconocida influencia espiritual sobre las masas indígenas de la región.  Fracasado el intento conspirativo en Querétaro, los lideres criollos e ilustrados, señores Juan Aldama (1774-1811), Miguel Hidalgo y Ignacio María de Allende Unzaga (1774-1811), se lanzaron a una rebelión con la convocatoria de la misa, tras la cual la arenga de Hidalgo marcó el inicio de la rebelión, del Grito de Dolores, contando el sacerdote católico con el apoyo inicial de apenas unos 600 campesinos, básicamente armados de palos, machetes y azadas, y con un reducido grupo de militares comandados por los señores Mariano Abacial (1784-1816), y Allende.  El movimiento marchó de Dolores a San Miguel, y los insurgentes usaron la virgen de Guadalupe como insignia.  La ciudad de Celaya fue ocupada por un ejército de más de 50,000 personas en 20 de septiembre de 1810, convirtiéndose los curas en capitanes, tal el caso de José María Mercado.  Hidalgo fue proclamado por la masa como capitán general, a Allende se le designó teniente general, y a Aldama mariscal.  La marcha de los insurrectos siguió a la población de Guanajuato en 29 de septiembre de 1810, trasladándose las fuerzas acumuladas a la ciudad de Valladolid, en donde a la enorme masa de campesinos, artesanos, soldados, curas y gente del pueblo se le sumaron 7,000 jinetes y 240 infantes, llegando el torbellino de la revuelta liberadora a Guadalajara en 26 de noviembre de 1810.  Hidalgo asaltó Guanajuato, aprisionando a los españoles, confiscando sus bienes y aboliendo el odiado tributo que se cobraba a los indígenas.
Para la propaganda de la independencia de organizó el periódico "Despertar Americano", el cual produjo siete números desde el 20 de diciembre de 1810 al 17 de enero de 1811, día en que el ejército rebelde fue enfrentado por el general Calleja en la ciudad de Guadalajara, siendo derrotados los militares independentistas Allende y Aldama, lo cual decidió la rápida dispersión de las fuerzas, las cuales retrocedieron hacia Zacatecas, pero, hostigados los rebeldes por las tropas de los criollos y peninsulares, Hidalgo fue derrotado el 17 de enero de 1811 en el Puente Calderón, huye hacía el Norte acompañado de Allende y de algunos de sus hombres, pero cae en una celada en Chihuahua, siendo los jefes detenidos y fusilados por los españoles.  Hidalgo, Aldama, Allende, y Jiménez fueron fusilados, decapitados, y sus cabezas expuestas por varios años en la esquina de la Alhóndiga de Granaditas de la ciudad Guanajuato, en aplicación de una rara forma de terrorismo sicológico y clara expresión de la sanguinaria actitud de las tropas hispanas y de sus principales oficiales.  A raíz de estos acontecimientos el programa de cambios económicos, sociales, políticos y jurídicos de los mexicanos quedó detenido, aunque la chispa de la libertad quedó encendida en las manos de Rafael Iriarte, Tomás Ortiz, Benedicto López, y de otros lideres rebeldes que hostilizaron a los españoles permanentemente en las localidades de León, Aguascalientes, Zacatecas, y otras.  La lucha de Hidalgo será seguida por el sacerdote José María Morelos, quien unido al mártir de Guanajuato había levantado un ejército popular disciplinado, móvil y aguerrido, distinto al de Hidalgo, que era una fuerza monstruosa e incontrolable, solo comparable con una manada de animales en fuga.  Morelos convoca el Congreso de Quilpancingo, quien cuenta con el apoyo militar del líder popular Hermenegildo Galeona, quien muere en 22 de junio de 1815.  En 1812 cae Oaxaca en manos de las fuerzas de Morelos, promulgándose un decreto constitucional por medio del cual todos los mexicanos se convertían en americanos, siendo igualmente abolidas las castas, la esclavitud y los tributos que pesaban sobre los trabajadores indígenas.  Alarmados los realistas ante Morelos, lo acusaron de ser partidario de un socialismo utópico y agrario, enfrentándolo.  Similar suerte a la de Hidalgo recayó sobre Morelos, siendo capturado en Tesmacala en 5 de diciembre de 1815 fue llevado a la ciudad de México en donde fue declarado hereje, perseguidor, y turbador de la jerarquía, traidor a Dios y al rey, siendo fusilado en San Cristóbal de Ecotepec en 22 de diciembre de 1815.  Para entonces el ejército realista contaba con 80,000 efectivos, de los cuales la mitad eran soldados y el resto milicias, ascendiendo las fuerzas insurgentes a un número de apenas 8,000 hombres dirigidas por un nuevo liderazgo encabezado por dos correligionarios de Morelos: Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, quienes enfrentaron al ejército colonial y a la misma iglesia oficial, instituciones que devinieron en las fuerzas más conservadoras y represivas de la sociedad azteca de aquel entonces.  El conservadurismo de línea radical campea por sus fueros en suelo mexicano de 1815 a 1821.
En 1819 el rey de España, Fernando VII dispuso la creación de una fuerza expedicionaria de 20,000 hombres para ser enviados a suelo americano, pero uno de los jefes de esta fuerza, el teniente coronel Rafael de Riego, se sublevó en 1o. de enero de 1820 en Cabezas de San Juan, restableciendo la constitución de Cádiz (1812), obligando los militares a Fernando VII a aceptarla, por lo cual España vivió un nuevo trienio constitucional (1820-1823).  Fueron los excesos y abusos de propios oficiales peninsulares y la errónea política de Fernando VII en América los factores que determinaron el renacimiento del independentismo mexicano entre los grupos adinerados criollos.
Los criollos estaban conscientes de que España no podía seguir ejerciendo el control sobre las castas e indígenas, pero aún así, ellos promovieron un movimiento que defendía todo el legado histórico de las instituciones coloniales españolas.  El genio de las negociaciones fue Agustín de Iturbide, quien era hijo de un comerciante vasco de Valladolid (Morelia), y participó como voluntario del ejército colonial en la lucha realista contra la insurgencia revolucionaria (1810-1816), entrando luego a formar parte de la conspiración de la Profesa, que tenía por finalidad impedir la aplicación en México de la constitución de Cádiz.  Desde 1820 dirigió las tropas que enfrentaron a Guerrero, a quien procuró atraer para su causa, pactando con él; y por medio del Plan de Iguala (24 de febrero de 1821), o Plan de las Tres Garantías -porque garantizaba la implantación de una monarquía constitucional, el mantenimiento de la religión católica, y el igualitarismo racial -,logró la pacificación del país, por lo cual contó con el apoyo de la oligarquía mexicana, del ejército y la iglesia.
La Junta Provisional Gubernativa del Imperio Mexicano se constituyó con el apoyo político del último virrey de Nueva España, don Juan O'Donojú, en 28 de septiembre de 1821, quien tras suscribir el Plan de Iguala, concertó con los jefes del ejército el denominado Tratado de Córdoba, por medio del cual se nombró la Junta de Gobierno, y organiza una regencia de cinco miembros presidida por Iturbide.  Sin embargo, en España no fue aprobado el Tratado de Córdoba.
En México como en la península se proclamó la constitución de Cádiz, siendo elegidos, como en la península, por medio del sufragio censatario, los diputados a las Cortes; y aunque México alcanzó su independencia en 1821, un nuevo plan de independencia seria puesto en ejecución por el general Agustín de Iturbide con el apoyo del pueblo en 24 de febrero de 1822, debido a las discrepancias de opiniones entre los republicanos y sus partidarios o iturbidistas, quien tras proclamar la independencia, en 19 de mayo de 1822 convocó un congreso, que reunido por Valentín Gómez lo declaró emperador de México, siendo coronado como Agustín I en la catedral de México en 21 de julio de 1822, procediendo en su nueva calidad de emperador a disolver el Congreso en 31 de octubre de 1822 para crear una Junta Nacional Instituyente, la cual actuó desde el 2 de noviembre de 1822 hasta el 6 de marzo de 1823 organizando la hacienda, promulgando una constitución y creando un nuevo congreso.  Sobre la base de las ideas de igualdad, libertad, abolición de la esclavitud y de las castas, pan y tierra, promesas de repartir las tierras, de supresión del tributo y de igualdad de condiciones para todos los mexicanos, se proclamó una independencia mediatizada que engañó al pueblo y recabó su apoyo, se constituyó un estado nacional que defendía los intereses de la vieja burocracia devenida en oligarquía criolla, aristocrática y terrateniente, y parapetados los grupos dominantes en los preceptos de la democracia, prometieron crear un estado sobre la base de la teoría de Montesquieu de la división de los poderes públicos, instaurando un régimen con apariencias constitucionalistas.  De inmediato se produjo una ruptura con la iglesia oficial cuyas propiedades inmobiliarias fueron confiscadas, el fuero eclesiástico fue eliminado y las ordenes monásticas abolidas.
El reinado de Iturbide termina en marzo de 1823 al ser derrocado por el general Santa-Anna, por lo cual el país devendrá en república federal en 4 de octubre de 1824, a imitación de los Estados Unidos, asumiendo la presidencia de los aztecas don Guadalupe Victoria.  Tras una fase de inestabilidad Santa-Anna asume pleno control del territorio en abril de 1833, instaurando una dictadura que se prolongó por 20 años

Sabemos que en 1822 España cedió a México los territorios de Texas, Nuevo México, Arizona, Colorado, Utach, Nevada y California, con todas las misiones e instituciones existentes.  Asimismo, en 1825 México abrió sus fronteras a inmigrantes de Estados Unidos, por lo cual, en 1826, el ranchero angloamericano Heyden Edwards proclama la independencia de Fredonia (Texas), siendo expulsado por los mexicanos.  Poco después, en 1829, el presidente Andrew Jackson propuso la adquisición de Texas.  Fue el 2 de marzo de 1836 cuando Texas se declaró independiente.  El 3 de marzo de 1837 Andrew Jackson, con la aprobación del congreso reconoce la independencia de la República de Texas.  El 12 de abril de 1844 se firma el Tratado de anexión entre Estados Unidos y Texas, pero el senado norteamericano no lo aprueba, siendo el 1o. de enero de 1845 cuando se produce la incorporación de Texas a la Unión, con el visto bueno del congreso, bajo la administración de Jhon Tyler.  Definitivamente, Texas se incorpora a Estados Unidos en 1846, lo cual decide la guerra entre México y Estados Unidos que finaliza con la firma del Tratado Guadalupe Hidalgo (1848), por medio del cual México pierde Texas, Nevada, Utah, Arizona, Alta California, Nuevo México, parte de Colorado, el Norte de Sonora, Chihuahua y Coahuila.  Posteriormente, entre 1864-65 se acentúa el interés de Francia en México, y finalmente, en 1914 se verifica una invasión de Estados Unidos a México a resultas de la actuación de Pancho Villa en la frontera de ambos países.

LA INDEPENDENCIA DE PERU

NOTIHISTORIADOMINICANA
Por:  FRANCISCO M. BERROA UBIERA
HISTORIADOR

GENERAL JOSE DE SAN MARTÍN

En el Perú colonial los caciques (en quechua se les llamó huaca, quinchua, quina, y quinua), jugaron un importante papel sociopolítico.
La población del virreinato de Perú era según el censo de 1796 de apenas 1,076,122 personas, las cuales se hallaban distribuidas en las siguientes intendencias: 149,112 en Lima; 230,967 en Trujillo; 136,175 en Arequipa; 201,259 en Tarma; 30,917 para Huancavelica; 111,410 en Huamanga, y 216,282 en Cuzco.  Un nuevo censo se realiza en 1812, aunque este incorpora nuevas poblaciones: Puno, Guayaquil, Chiloé, Mainas y Quijos, estableciéndose el total en 1,509,551 habitantes, de los cuales, 178,025 eran españoles; 954,799 indios; 287,486 mestizos, y, 89,241 esclavos.
A los españoles criollos y a todos los nacidos en Perú se les denominaba paisanos.
Perú se encontraba densamente poblado, con sólo un 5 por ciento de blancos, y un predominio de indios de un 58 por ciento siendo los mestizos el 29 por ciento,  y los negros el 8 por ciento (4 de cada 100 esclavos).
Las divisiones raciales fomentaron una jerarquización social y establecieron una sociedad de castas.  La clase dominante era de raza blanca, constituida por españoles peninsulares y criollos, miembros de una aristocracia local que era la que controlaba la producción económica.  Los peninsulares controlaban y acaparaban los cargos públicos y burocráticos.  Los criollos liberales tenían interés en sus reivindicaciones y en los cabildos.
El Perú tuvo en Inca Garcilaso (1539-1616), el hijo del capitán Garcilaso de La Vega y de Chimpu Oello -nieta de Tupac Yupanqui- a uno de sus más distinguidos intelectuales mestizos, y unos de sus virreyes: don Ambrosio O'Higgins (1796-1800)-de ascendencia irlandesa-, fue el padre del libertador de Chile.
La formación de la Junta de Lima, conformada por los miembros de su cabildo, se produjo en 13 de octubre de 1808, y allí fueron escogidos los diputados del Perú que participarían en las cortes de Cádiz que se instalaron en la isla de León en 24 de septiembre de 1810, desarrollando sus tareas desde el 21 de febrero de 1811 en la ciudad de Cádiz, reunidos los diputados de la península y de las colonias en la iglesia de San Felipe Neri, y concluyendo sus actividades en 1814.
Cádiz fue la posibilidad del debate entre los americanos y los españoles.  Los diputados peruanos fueron: Morales Duárez, Ramón Feliú, Inca Yupanqui, Antonio Suazo y Blas Astillazo, quienes reclamaron a las cortes una representación proporcional de un 50 por ciento para los representantes de las colonias y una cantidad similar para los peninsulares.
Perú había permanecido al lado de España, sin embargo, a partir de 1810, el virrey don José Fernando de Abascal tuvo que enfrentar las insurrecciones surgidas en el Alto Perú (Bolivia).  Abascal reconoció la debilidad de la Junta peruana, y vinculó el separatismo en Alto Perú con la situación rioplatense, por lo cual, desde 1808 a 1813 mantuvo en el virreinato una política represiva, aunque guardando ciertas apariencias de tipo diplomático, incluso frente a las ideas y actitudes de la Junta Central española.  Las ideas de la ilustración se difundían desde la tribuna que representaba el periódico El Mercurio Peruano, teniendo como sus exponentes más preclaros a intelectuales de la talla y valía de don José Hipólito Unamue, don José Boquijano y otros colaboradores, quienes abogaban las ideas de libertad política e igualdad entre criollos y peninsulares.
Sus ideas no eran ni las francesas de 1789, ni las españolas de 1812, eran la expresión de una conciencia criolla sobre la necesidad de dar a las colonias ciertas libertades que se les negaba a los americanos.  Si bien los criollos querían ciertas libertades, básicamente el dominio de los cabildos, les negaban a los indios y a los  mestizos su representación en los gobiernos edilicios.
La situación económica del Perú era bastante difícil, y desde fines del siglo XVIII venía manifestándose una crisis, aunque aún así sus intercambios comerciales con España eran satisfactorios gracias a la minería: oro, plata, y mercurio.
El monopolio comercial llegó a su término en Perú con las reformas de Carlos III, implementadas en el territorio novohispano entre 1776-1778.  Esto determinó que Perú no pudiese competir en igualdad de condiciones con el virreinato vecino de Río de la Plata, y menos con Chile, por lo cual su situación fue cada vez más mala, en tanto en esos territorios predominó el librecambio, controlado por la corona.
El gobierno decretó la derogación del tributo indígena  y eliminó la mita en 1812, nefastas instituciones que databan de los comienzos mismos de la conquista española.  Sin embargo, don Joaquín Pezuela derogó a partir de 1814, con el restablecimiento de la monarquía, las medidas liberales de sus antecesores en el cargo de virrey.
Para hablar de la independencia de Perú se hace ineludible hacer mención de los nombres de Simón Bolívar y de sus acompañantes: Antonio José de Sucre, José María Córdoba -el héroe de Ayacucho-, y de Jacinto de Lara, y de manera específica de los cóndores San Martín y O'Higgins.  Si nos referimos a la independencia de Perú, hay que hablar de Chile, de Panamá, de Venezuela, y de Ecuador, y hay que mencionar las batallas de Maypo (Chile), la de San Lorenzo (en Panamá), la de Carabobo (en Venezuela) y la de Pichincha.
San Martín es el héroe de la independencia peruana.  Él fue quien desde septiembre de 1820 hasta julio de 1821 quien desarrolló una estrategia militar terrestre y naval para enfrentar a los españoles, contando luego su movimiento independentista con el apoyo de militares y caudillos civiles, criollos y mestizos, entre los cuales se destacan Ignacio Quispe y 181 voluntarios, Alejandro Huaniqué, Nicasio Ayulo, Castro José Navajas, Mariano Fermín Rodríguez, entre otros.
La organización de las fuerzas rebeldes fue diversa, pero se distinguieron las partidas guerrilleras, que se conocieron como partidas de "guerrillas", "montoneras", "cortas", "pequeñas", "francas", "de galgueros", "de la muerte", o se llamaron "cordones de guerrillas", o "lanceros del sol", o "los valerosos de Huanique", entre otras denominaciones.
La lucha contra los españoles la inició el general José de San Martín contando con el apoyo de los patriotas reclutados por el ejército realista, y en Perú se le tenía en muy alta estima entre los círculos criollos después de su triunfo en Chile al lado de O'Higgins.
San Martín contrató los servicios del almirante Thomas Cochrane para atacar el virreino de Perú por la costa, y para neutralizar o eliminar la flota española del Pacífico.
Fue atacando y capturando gradualmente las pequeñas ciudades, debido al poco apoyo de los peruanos, aunque sin cesar el propósito de sumar fuerzas y voluntades en torno a la liberación de los Andes.
Usó hábilmente sus pequeñas victorias para hacer propaganda para su causa, y finalmente, lanzó su ofensiva final.
De 1820 a 1824 los independentistas peruanos son aristócratas, burgueses, abogados, médicos, los grandes propietarios, y las clases ilustradas.
Derrocado el virrey Pezuela en 1821 tras la rebelión de Riego, su sucesor el mariscal José de La Serna conferenció con San Martín, quien intentó de sumarlo al proyecto independentista, al no lograrlo siguió con el afán bélico, entrando a Lima en 10 de julio de 1821, proclamando la independencia del Perú en 28 de julio de ese mismo año, aunque sin contar con el apoyo de los criollos ricos, quienes más temían a los indios que a los españoles.
Realmente la proclamación de la independencia del Perú se produjo el 5 de abril de 1819, aunque posteriormente se hicieron nuevas proclamaciones en diversas ciudades e intendencias en el curso del 1820.
Sin embargo, la proclama mayor, la de San Martín, que se produjo en la ciudad de Lima "Por la voluntad general de los pueblos", y por su libertad, se produjo en 28 de julio de 1821.
Un poco antes de esta importante declaración se había hecho la demarcación territorial del Perú en cuatro departamentos:
1) Trujillo, creado en el Norte;
2) Tarma, que incluía Tanta, Huancayo y Pasco;
3) Huylas, que incluía a Cajatambo, Conchucos, Huanamalíes, y Huánuco;
y 4) el departamento de la Costa, con sus jurisdicciones de Santa, Chancay y Canta.
Lima fue agregada posteriormente con las jurisdicciones de Cercado, Yaugos, Cañete, Ica y Huarochirí.
La creación como tal del estado peruano se produce en 3 de agosto de 1821, cuando se convocó la asamblea constituyente que delineó el marco legal sustantivo de la organización estatal de la nación andina, asumiendo San Martín ese mismo día el título de El Protector del Perú.
Entre 1821 a 1824 se desarrolla la lucha por la consumación de la independencia peruana, y su territorio se mantuvo dividido: en el Norte, la nueva nación (la patria de San Martín), y en el Sur los remanentes del virreinato.
El furor de la guerra independentista abarca sobretodo los años de 1821 a 1822, produciéndose a fines de 1822 la conferencia de Guayaquil en donde se reúnen San Martín y Bolívar para dictaminar el futuro de la federación de naciones.
Sabemos que poco antes, en 20 de octubre de 1820, Guayaquil había proclamado su independencia, colocándose bajo la protección de San Martín en 30 de diciembre de 1820.
Entre Bolívar y san Martín no existía la menor posibilidad de un entendido, debido a la grandeza de sus propias, férreas e imponentes personalidades, y sobre todo, a sus disimiles ideas sobre el futuro de la nación.
San Martín quería crear una monarquía constitucional para el Perú (julio de 1822), mientras Bolívar quería su confederación con la Gran Colombia, situación que provocó el distanciamiento de San Martín del territorio peruano (1822), en donde era rechazado por los ricos criollos debido a sus medidas sociales (expulsión de los españoles y confiscación de sus bienes, abolición de la esclavitud de los indios, eliminación de la mita, etc..).
Bolívar, en cambio, permanecerá en Perú desde el lunes 1o. de septiembre de 1823, haciendo preparativos para lanzar la última ofensiva contra España, y de paso, sometiendo a los criollos locales a su obediencia, logrando la victoria de Ayacucho en 9 de diciembre de 1824.
El nuevo Perú incluía las provincias de Junín, Lima, Arequipa, Cuzco, Ayacucho y Puno.

El congreso de Panamá contó con la participación de Perú, Colombia, México, y Guatemala, y como invitados estuvieron un representante de Estados Unidos y otro de Gran Bretaña.