Por: Francisco Berroa Ubiera
Historiador
Se sabe que la toponimia es la disciplina que estudia los nombres propios de los lugares. El término «toponimia» deriva etimológicamente del griego τόπος (tópos, «lugar») y ὄνομα (ónoma, «nombre»). Durante la Era de Trujillo muchos lugares cambiaron de nombre.
Veamos algunos ejemplos:
La montaña más alta del país y de las Antillas, el pico Duarte, era en tiempos de la dictadura el pico Trujillo.
La provincia más extensa en términos territoriales era la Provincia Trujillo –ahora son dos: San Cristóbal y Monte Plata- creada en 1932.
La actual provincia de San Juan de la Maguana fue fundada en 1938 como Provincia Benefactor, y el Benefactor era Trujillo.
La actual provincia de Elías Piña fue fundada como San Rafael –el santo homónimo del presidente Trujillo- en 1942.
La primera ciudad del nuevo mundo, Santo Domingo de Guzmán, fue nombrada Ciudad Trujillo desde 1937; las principales calles tenían los nombres del dictador, de sus padres o de sus hijos, y sobre esto cuenta Flor de Oro Trujillo que había un chiste popular:
“Un hombre dando direcciones: ¡tomas la carretera del hombre (el Generalísimo) cruzas el puente del hijo menor (Radhamés), bajas la calle del hijo mayor (Ranfis) entonces doblas a la derecha en el bulevar de la esposa (María Martínez) y caminas hasta alcanzar el parque de la madre (Julia Molina) y llegaste!”[1]
La principal avenida del campus universitario era la Presidente Trujillo –ahora Alma Mater-; el aeropuerto era “Aeropuerto Internacional General Trujillo”; etc.
Trujillo, además, instruyó a sus legisladores de bolsillo para que eliminaran del mapa dominicano todas las toponimias originadas durante la época de la dominación francesa (1802-1808), y durante la dominación haitiana (1822-1844), o aquellas toponimias que fueron el resultado de ciertas inmigraciones de personas de lengua inglesa.
Nota:
[1] Trujillo, Flor de Oro (2009), P. 65.