Wednesday, July 16, 2008

Apuntes para la verdadera historia de La Trinitaria

NOTIHISTORIADOMINICANA
Por: Francisco Modesto Berroa Ubiera, Historiador


Fue bajo la dominación haitiana (1822-1844) que los dominicanos logramos fraguar el verdadero sentimiento nacional dominicano.

Sabemos que el sacerdote limeño don Gaspar Hernández insufló en los jóvenes dominicanos el ideal de retornar al colonialismo español, y por esa razón ese cura peruano dedicaba gran parte de su tiempo a enseñar a la juventud de Santo Domingo, gratuitamente, filosofía y otras ciencias.

Fue por ello que la lucha patriótica en contra de los haitianos quedó iniciada antes de 1838, posiblemente en 1835 ó 1836, cuando don José María Serra -usando el seudónimo de El Dominicano Español- se dedicó a redactar pasquines en contra de los haitianos que él mismo puso a circular entre los habitantes de Santo Domingo, y en las villas y comarcas rurales de San Cristóbal, Baní y Azua, denunciando en sus escritos las conculcaciones y maltratos prodigados a los dominicanos por parte de los haitianos.

El mismo Serra confiesa, en un opúsculo titulado “Apuntes para la historia de los Trinitarios”, que Duarte, un día que le visitaba en su hogar, descubrió su labor de denuncia y propaganda, integrándose de inmediato a los trabajos revolucionarios y propagandísticos desplegados por él (Ver: Serra, José María: Apuntes para la historia de los Trinitarios, fundadores de la República, Santo Domingo, Secretaría de Estado de Educación, 1974. 3a. edición. Otras fuentes para el estudio de Duarte son: (aparte de la obra de Serra), sus cartas, poemas y su proyecto de constitución.)

Juan Pablo Duarte y Diez, fue un joven dominicano nacido en cuna de oro y enviado a España a los 14 años para ser educado en la península en el hogar de su padre, quien tras regresar al país de la antigua metrópoli trajo consigo libros recientes y enseñaba a sus amigos y vecinos filosofía, letras, matemáticas, y otras disciplinas, incluyendo esgrima y un manual sobre el manejo de armas.


Sobre esa época, refiriéndose al libre ejercicio de la expresión, Serra nos alecciona indicándonos que:

"Al ver, pues, el efecto producido por mis pasquines, continué escribiéndolos, porque bien se comprende que no es posible la existencia de la sociedad sin medios de comunicación, sean legítimos o ilegítimos", acotando a seguidas que: "Corresponde a los gobiernos que éstos medios sean siempre legales; pero es muy peligroso para los propios gobiernos, condenar a los pueblos al mutismo".(Serra, 1974, P.11).


Esta recomendación la hizo el patriota dominicano desde su exilio en Mayagüez, Puerto Rico, en 30 de junio de 1887, mucho tiempo después de su experiencia revolucionaria juvenil.


Y ciertamente, fue usando los métodos de propaganda prohibidos por los haitianos como se crearon las condiciones subjetivas que hicieron posible el logro del objetivo revolucionario y nacionalista de proclamar nuestra independencia nacional en 27 de febrero de 1844, con la cual culmina el ciclo de la dominación haitiana que nos permitirá incursionar en el concierto de los pueblos libres del mundo contando en ese momento con un conglomerado humano de cerca de 125,000 habitantes.


Durante esta lucha fue Juan Pablo Duarte -según Serra en principio su colaborador voluntario en la tarea de denuncia política-, el líder y el visionario que le infundió vida a la causa de la independencia dominicana; él fue ideólogo, organizador por excelencia, y, el líder preclaro que supo concitar la mayor simpatía de los afiliados a su movimiento político.


En el momento que abundaban los hombres de acción sin ideas, y los de ideas sin acción, emergió la figura del genio Duarte, y sin impórtale los sacrificios personales, sin temor a la represión, sin odios, y actuando con inmenso amor, él supo combinar hábilmente ideas y acción, energía y disciplina, cuerpo y alma, a fin de lograr nuestra liberación nacional.


Posiblemente el ideal nacionalista había germinado en Juan Pablo a fines de 1827, cuando contando con apenas 14 años fue enviado por sus padres a realizar estudios en el exterior; esta práctica, durante aquellos lejanos años, devino en costumbre de las familias pudientes en toda Hispanoamérica, a fin de educar sus vástagos en la vieja Europa. Sobre los estudios realizados por Duarte en el exterior no se tiene constancia documental.


Se sabe que mientras viajaba en compañía de comerciante catalán don Pablo Pujols -amigo de su padre- hacía Nueva Orleáns, Estados Unidos, para luego embarcarse a Nueva York, y, según un relato tanto novelesco escrito por su hermana Rosa en donde esta le atribuye a Duarte, en el transcurso del viaje, haber oído de labios capitán del barco que le condujo a Nueva York esta expresión:

-"No te da pena decir que eres haitiano".

A lo cual, Juan Pablo Duarte le contestó:

-"Yo soy dominicano".

Ante esta expresión de Duarte el Capitán le dijo con cierto desprecio:

-"Tú no tienes nombre (patria), porque ni tú ni tus padres merecen tenerlo, porque cobardes y serviles inclinan la cabeza bajo el yugo de sus amos".

Ante ello, según le manifestó el hermano [Juan Pablo Duarte a Rosa Duarte], éste juró: "Probarle al mundo entero que no tan sólo tenemos un nombre propio, dominicanos, sino que nosotros (tan cruelmente vilipendiados) éramos dignos de llevarlo" (Rodríguez Demorizi, 1994).


Fue por ello que a su retorno a Santo Domingo Juan Pablo Duarte fundó, el 16 de julio de 1838, la sociedad secreta La Trinitaria, y de esta organización política emergió la República Dominicana.


Un núcleo significativo de jóvenes conspiradores influenciados por las ideas liberales, democráticas y revolucionarias de la época, fomentadas por Duarte desde su regreso en 1832, reunidos en la casa de doña Josefa Pérez de la Paz -la madre de Juan Isidro Pérez-, ubicada en la calle del Arquillo, luego denominada Santo Tomás, el 16 de julio de 1838 -día en que la iglesia católica celebra la exaltación a la Santa Cruz y la advocación a la virgen del Carmen-, a las once de la mañana, quedó formalmente fundada la sociedad política secreta La Trinitaria.


Esta sociedad secreta tenía como símbolo la Cruz, entendiendo los trinitarios su significado emblemático de esta forma: "...No es la cruz el signo del padecimiento; es el símbolo de la redención" (En Alfau Durán, Vetilio: En torno a La Trinitaria, Santo Domingo, Comisión Permanente de Efemérides Patrias, 1999, p. 16).


Los miembros de La trinitaria quedaron unidos bajo este juramento:

En nombre de la santísima, augustísima e indivisible trinidad de Dios Omnipotente, juro y prometo, por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano y a implantar una república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominará República Dominicana; la cual tendrá su pabellón tricolor en cuartos, encarnados y azules, atravesado con una cruz blanca. Mientras tanto seremos reconocidos los trinitarios con las palabras sacrosantas: Dios, Patria y Libertad. Así lo prometo ante Dios y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja: y de no, me lo tome en cuenta, y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición si los vendo.”(Texto de Félix María Ruíz reproducido por Federico Henríquez i Carvajal: Ramón Mella, Santo Domingo, Imprenta Quisqueya, 1891, p. IV)


Sobre el número de los miembros fundadores de la organización clandestina existió una controversia histórica desde fines del siglo XIX; aunque dada la existencia de evidencias documentales confiables se ha podido establecer -contrario a lo que afirma la historiografía tradicional-, que fueron fundadas, en 16 de julio de 1838, no una, sino dos organizaciones clandestinas paralelas, dos entidades: una con carácter esencialmente político, y otra militar.


Esto explica las diferencias de opiniones de la historiografía tradicional.


La obra de don Vetilio Alfau Durán: En torno a La Trinitaria, da a conocer las ocho listas contentivas de los nombres de los miembros fundadores de la organización, sin analizar las causas por las cuales estas listas, algunas disímiles, existieron.


Veamos: las listas conocidas son las siguientes: I) La del trinitario Juan Nepomuceno Ravelo, elaborada 42 años después de la creación de La Trinitaria (1880); II) la de José María Serra y de Castro, hecha 45 años más tarde (1883/87); III) la de Alejandro Bonilla (1889); IV) la extraída de las misivas de Rosa Duarte al pintor Alejandro Bonilla, a los 49 años de fundada La Trinitaria (1887); V) la lista publicada en el periódico El Derecho, dirigido por Federico Augusto González Espaillat, editado en Santiago en 1885; VI) la de Félix María Ruiz, redactada a los 52 años de la fundación de La Trinitaria (1890); VII) la de Emiliano Tejera (30 de mayo de 1919); VIII) la publicada por Clío, Núm. 36, enero-abril de 1950, P. 12).

En lo esencial, el contenido de estas listas es como sigue:

I) El trinitario Juan Nepomuceno Ravelo (información de primera mano) menciona los nombres de los señores: 1) Juan Pablo Duarte; 2) Juan Isidro Pérez; 3) Felipe Alfau Bustamante; 4) Benito González; 5) José María Serra; 6) Vicente Celestino Duarte; 7) el propio Ravelo.

II) El trinitario José María Serra (información de primera mano) menciona los nombres de: 1) Juan Pablo Duarte; 2) Juan Isidro Pérez; 3) Pedro Alejandrino Pina; 4) Felipe Alfau Bustamante; 5) Félix María Ruiz; 6) Benito González; 7) Juan Nepomuceno Ravelo; 8) Jacinto de La Concha; 9) el propio Serra.

III) El pintor Alejandro Bonilla (información de segunda o tercera mano) elaboró una lista con estos nombres: 1) Juan Pablo Duarte; 2) Juan Isidro Pérez; 3) Felipe Alfau Bustamante; 4) Félix María Ruiz; 5) Benito González; 6) Juan Nepomuceno Ravelo; 7) José María Serra; 8) Vicente Celestino Duarte.

IV) La lista elaborada a partir de las cartas de Rosa Duarte al propio Bonilla (información de primera y segunda mano), menciona los nombres de: 1) Juan Pablo Duarte; 2) Juan Isidro Pérez; 3) Pedro Alejandrino Pina; 4) Ramón Mella; 5) Francisco del Rosario Sánchez; 6) el padre doctor José Antonio Bonilla (nació en Mayagüez de Puerto Rico en 1770-nota de FB), 7) Vicente Celestino Duarte; 8) Tomás de La Concha; 9) el padre Carrasco; 10) Félix María Delmonte. Luego añadió los nombres de: 11) Felipe Alfau; 12) Juan Nepomuceno Ravelo; 13) Pedro de Bonilla; 14) Félix Ruiz; 15) José María Serra; 16) Juan Nepomuceno Tejera; 17) Benito González; 18) Epifanio Billini; 19) Jacinto de La Concha; y, 20) José A. Bonilla.

V) La lista de Clío (con información de segunda y tercera mano): 1) Juan Pablo Duarte; 2) Juan Isidro Pérez; 3) Pedro Alejandrino Pina; 4) Felipe Alfau Bustamante; 5) Félix María Ruiz; 6) Benito González; 7) Juan Nepomuceno Ravelo; 8) Pedro de Bonilla; 9) José María Serra.

VI) La lista del periódico El Derecho de 1885 (con información de tercera mano): 1) Juan Pablo Duarte; 2) Juan Isidro Pérez; 3) Pedro Alejandrino Pina; 4) Felipe Alfau Bustamante; 5) Félix María Ruiz; 6) Benito González; 7) Ramón Mella; 8) Jacinto de La Concha; 9) José María Serra.

VII) La lista de don Félix María Ruiz de 1890 (información de primera mano): 1) Juan Pablo Duarte; 2) Juan Isidro Pérez; 3) Pedro Alejandrino Pina 4) Francisco Sánchez; 5) Ramón Mella; 6) Félix María Ruiz; 7) Pedro Antonio Bobea; 8) Jacinto de La Concha; 9) José María Serra.

VIII) La lista de Emiliano Tejera de 1919 (con información de segunda y tercera mano): 1) Juan Pablo Duarte; 2) Juan Isidro Pérez; 3) Pedro Alejandrino Pina; 4) Vicente Celestino Duarte; 5) Tomás de La Concha; 6) Ramón Mella; 7) Francisco del Rosario Sánchez; 8) el padre José Antonio Bonilla; 9) el padre Pedro Carrasco Capeller.

Analizadas y reproducidas todas las listas conocidas, surge la interrogante: ¿En cuál o en cuáles de ellas confiar?


La respuesta, sujeta a las evidencias, es predecible: en las que contienen información de primera o segunda mano. Por lo tanto descartemos las listas II, IV, V, y VII. De las ocho listas quedan cuatro. ¿Cuáles son los elementos comunes en estas cuatro listas?


Los nombres que se repiten en los listados de Serra (S.), Rosa Duarte (R.D.) Ruiz (Ru.), y Ravelo (Ra.) son estos:

1) Juan Pablo Duarte y Diez,

2) Juan Isidro Pérez de la Paz.

Incluidos en tres de las listas con valor documental primario:

3) Pedro Alejandrino Pina García (en las de S., D., y, Ru.).

4) José María Serra y Castro (en S., Ru., y, Ra.)

5) Félix María Ruiz (en S., D., y Ru.)

6) Jacinto de La Concha y López (en S., D., y, Ru.)

7) Felipe Alfau Bustamante (en S., D., y, Ra.)

8) Benito González Jiménez (sólo en S., D., y, Ra.)

9) Juan Nepomuceno Ravelo de los Reyes (sólo en S., D., y, Ra.)


Aparecen en dos de las listas con valor documental primario los nombres de:

10) Francisco Sánchez del Rosario (en D., y, Ru.)

11) Matías Ramón Mella y Castillo (en D., y, Ru.)

12) Vicente Celestino Duarte y Diez (sólo en D., y Ra.)

Aparecen sólo en un listado con valor documental primario:

13) El Pbro. Doctor José Antonio Bonilla (sólo en D.)

14) Tomás de La Concha y López (sólo en D.)

15) El Pbro. don Pedro Carrasco Capeller (sólo en D.)

16) Félix María Delmonte (sólo en D.).

17) Pedro Antonio Bobea (sólo en Ru.)

18) Epifanio Billini (sólo en D.)

19) Pedro Pablo de Bonilla o Bonilla (sólo en D.)

20) Juan Nepomuceno Tejera (sólo en D.)

21) José A. Bonilla (sólo en D.)


Sobre la base de esta información se deduce que existió un núcleo fundador primario, una suerte de comité gestor, integrado por los señores: Juan Pablo Duarte y Diez, Juan Isidro Pérez de La Paz (en su casa materna se produjo la primera reunión del movimiento clandestino), y Pedro Alejandrino Pina García, quienes fueron los únicos que desde un primer momento ostentaron los rangos militares de general, el primero, y coroneles, los segundos, del movimiento liberador nacional, siendo conocido Juan Pablo con el seudónimo de Arístides.


Hasta ahora nuestra historiografía ha impuesto el mito de que fueron sólo nueve los primeros miembros fundadores de la sociedad secreta, sobre la base de la aceptación, como la única válida, de la lista de Serra que menciona los nombres de los señores Juan Pablo Duarte (Presidente), incluyendo el del propio José María Serra, y los de los patriotas Félix María Ruiz, Benito González (Leónidas), Jacinto de la Concha, Juan Isidro Pérez, Juan Nepomuceno Ravelo (Temístocles), Felipe Alfau Bustamante (Simón), y Pedro Alejandrino Pina.


¿Por qué no se les da el mismo valor documental a los listados de Rosa Duarte, Félix María Ruiz, y Juan Nepomuceno Ravelo?


Acerca de quiénes fueron los fundadores de La Trinitaria, cita don Federico Henríquez y Carvajal a Rosa Duarte en carta a su amigo, el pintor Alejandro Bonilla, en donde la hermana del patricio "escribe que hubo dos reuniones, a mañana y tarde, i que en una de ellas figuraban, precisamente, los echados de menos por mí [don Fede] y Emiliano Tejera".( Ver: Henríquez i Carvajal, Federico: Duarte, Santo Domingo, Biblioteca Nacional, 1987, pp. 30-31) Los faltantes son mencionados por Rosa Duarte:

Después de instalada la sociedad revolucionaria la denominaron sociedad de los trinitarios, aludiendo al lema Dios, Patria y Libertad, y nombrando a Duarte (Juan Pablo) general en jefe de los ejércitos y director general de la revolución; [nombrando] coroneles a Francisco del Rosario Sánchez, a Juan Isidro Pérez de la Paz, a Pedro Alejandrino Pina, a Ramón Mella, [y] a Vicente Celestino Duarte. El seudónimo que le tocó al general fue el de Arístides, en las divisas la azul, color del cielo; los grados que se dieron después fueron dados por el general.”( Rodríguez Demorizi, Emilio, 1994, PP. 44-45).


El testimonio de la hermana del padre de la patria, de la señorita Rosa Duarte -quien mantuvo comunicación directa permanente con Juan Pablo, hasta la hora de su muerte (lo que no ocurre ni con Serra ni con Ruiz, con quienes Duarte no mantuvo vínculos fuertes)-, es una información mucho más relevante y confiable que la de Serra, y en gran medida, más coincidente con la de Ruiz.


Hay, por vía de consecuencia, una clara opinión sobre el carácter y la naturaleza del movimiento trinitario. Como se puede apreciar la organización tenía una conformación político militar, en tanto algunos de los fundadores ostentaban rangos militares: Duarte -a quien casi de inmediato sus enemigos le dieron los calificativos de "Niño inexperto", o el de "Joven inexperto", y el de "Quijote dominicano", y a sus amigos los "Sancho Panza"-, era el general en jefe, y los coroneles del movimiento independentista, nombrados por Duarte son los citados en el diario de su hermana Rosa. Posiblemente otros participantes en la reunión de la tarde son citados por don Emiliano Tejera, y fueron: Tomás de La Concha, José Antonio Bonilla Torres, y Pedro Carrasco (Tejera, Emiliano en su artículo Juan Pablo Duarte, en: Boletín del Archivo General de la Nación, año 4, No. 11, Vol. 4, ciudad Trujillo, Octubre 1941).


Asimismo, cuando de produjo la expansión del movimiento, fueron integrados al grupo militar los señores: los hermanos gemelos Pedro y Ramón Santana, en el Seybo, Benito González, Félix María Ruiz, y Juan Nepomuceno Ravelo. Sin embargo, nunca se podrá hacer una reconstrucción cabal y completa de ese aspecto de nuestro proceso histórico, debido a la falta de información confiable y de primera mano. Incluso, se sabe que los apuntes de Juan Pablo Duarte con los pormenores del proceso independentista fueron incendiados por su tío José Diez a raíz de la persecución desatada en su contra por Riviere. Otros documentos corrieron la misma suerte en Venezuela.


Sin embargo, a pesar de todo lo que se pueda elucubrar con relación a este asunto, la mejor explicación sobre quiénes formaron parte del grupo político, y, quiénes pertenecieron al grupo militar, o cuáles desempeñaron ambas funciones, la ofrece el mismo proceso de lucha, es decir, la práctica de los hombres, el accionar concreto: los hechos dicen más que todas las palabras del mundo en torno al papel desempeñado por cada individuo, y sobre cuáles fueron sus esfuerzos y compromisos, sus lealtades o traiciones, es decir, su verdadera aptitud según su actitud hacia el movimiento liberador.


Referencias, fuentes y bibliografía mínima:

Aibar, Andrejulio: Epístola a Juan Pablo Duarte, 2ª. ed., Santo Domingo, Secretaría de Estado de Educación, 1974.

Alfau Durán, Vetilio (Comp.): Ideario de Duarte, Santo Domingo, Dirección General de Cultura de la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, 1976.

Alfau Durán, Vetilio: En torno a La Trinitaria, Comisión Permanente de Efemérides Patrias, Santo Domingo, 1999.

Balaguer, Joaquín: El Cristo de la libertad, 3ª. Edición, Santo Domingo, 1968.

Balcácer, Juan Daniel: El pensamiento político de Juan Pablo Duarte, Santo Domingo, 1993.

Cruz Sánchez, Filiberto: Mella, biografía política, 2ª. edición, Santo Domingo, El Nuevo Diario, 1999.

Espaillat, Ulises Francisco: Escritos, Editora del Caribe, Santo Domingo, 1962. Reimpresión Sociedad Dominicana de Bibliófilos, 1987.

García, José Gabriel: Rasgos biográficos de dominicanos célebres, Santo Domingo, 1971.

Henríquez i Carvajal, Fede rico: Duarte, Editora Biblioteca Nacional, Santo Domingo, 1987.

Henríquez i Carvajal, Fede rico: Ramón Mella, Imprenta Quisqueya, Santo Domingo, 1891.

Lugo Lovatón, Ramón: Sánchez, 2 tomos, Editora Montalvo, Santo Domingo, 1947.

Marte, Roberto: -Estadísticas y documentos históricos sobre Santo Domingo (1805-1890), Santo Domingo, Museo Nacional de Historia y Geografía, impreso Amigo del Hogar, 1984.

Juan Pablo Duarte y la Venezuela de su época (contribución al estudio de su vida en los Llanos de Apure), Santo Domingo, Banco Central de la República Dominicana, 1987.

Rodríguez Demorizi, Emilio (Comp.): Rosa Duarte: Apuntes para la historia de la Isla de Santo Domingo y para la biografía del general dominicano Juan Pablo Duarte, en: Apuntes de Rosa Duarte. Archivo y versos de Juan Pablo Duarte, con notas de Emilio Rodríguez Demorizi, Carlos Larrazabal Blanco Y Vetilio Alfau Durán. Publicación de la República Dominicana, Secretaría de Estado de Educación Bellas Artes y Cultos, Santo Domingo, 1994.

Serra, José María: Apuntes para la historia de los Trinitarios, fundadores de la República. Publicaciones de la Secretaría de Estado de Educación, Santo Domingo, 1974. 3ª. Ed.

Patín Veloz, Enrique: -Las enseñanzas cívicas de Duarte, Santo Domingo, Instituto Duartiano, Taller, 1985.

Temas Duartianos, Santo Domingo, Gobierno Dominicano, 1985.

Lebrón Saviñón, Mariano (Comp.): Juan Pablo Duarte: Escritos, Santo Domingo Instituto Duatiano, 1999.

Tuesday, April 15, 2008

RENACIMIENTO Y PUBLICACIONES DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACION

NOTIHISTORIADOMINICANA
Autor: Francisco Modesto Berroa Ubiera

El doctor Roberto Cassá, destacado polígrafo e historiador profesional, agrega a su exitosa gestión como Presidente de la Academia Dominicana de la Historia, su destacadísima labor como Director General del Archivo General de la Nación, una institución que en nada se parece al "Archivo..." que conocimos antes del 2004, cuando aquello parecía un basurero de documentos destinados a servir de alimentos a ratas, cucarachas, polillas, etc.

Hoy el Archivo de la nación ha recuperado su dignidad, y sus actuales autoridades no solamente han reorganizado y modernizada esta importante institución, memoria del estado, y por lo tanto del pueblo dominicano, sino que además ha logrado desarrollar una importante politica editorial que la coloca en posicion de primer orden.

Hay que felicitar a don Roberto Cassá, y con él, al presidente de la República doctor Leonel Fernández Reyna, quien en honor a la verdad le ha brindado su respaldo al margen de la politiquería.

Recién acabo de recibir dos DVD editados por el Archivo de la Nación, uno que contiene todos los boletines editados por ellos desde 1938 al 2007, y otro con todos los números de la revista Clío de la Academia de la Historia que han sido editados desde 1933 al 2007.

Por ello agradezco publicamente al Lic. Alejandro Paulino Ramos, director de la Hemeroteca y de la Biblioteca del Archivo General de la Nación, por haber tenido la amabilidad de enviarme estas importantes publicaciones.

Friday, February 01, 2008

TRUJILLO Y LA DEUDA EXTERNA DOMINICANA

NOTIHISTORIADOMINICANA



FRANCISCO BERROA UBIERA, HISTORIADOR

La nación dominicana fue endeudada enormemente durante la segunda mitad del siglo 19 por el dictador dominico-haitiano Ulises Hilarión Heureaux Lebert o Level (a) Lilís, quien a la hora de su muerte en 1899 deja pendiente de pago la suma de 40 millones de pesos mejicanos y las aduanas en manos de extranjeros de la compañía denominada The San Domingo Improvement Company of New York.

Después de ciertas negociaciones y de muchas amenazas de desembarco militar por parte de los acreedores extranjeros del país, el gobierno dominicano de Ramón Cáceres fue obligado a firmar un arreglo de cuentas en 1907 o Convención Dominico-Americana, por medio de la cual la deuda externa se fija en la suma de US $ 20.0 millones para ser pagados a más tardar en 1927.

A esta onerosa deuda se le agrega una nueva que fue contraída por los gobiernos norteamericanos de ocupación entre 1916 a 1924; en este último año la nueva deuda fue consolidada por medio de una nueva Convención que la fija en US $ 25.0 millones.

Trujillo inicia su dictadura en febrero de 1930.

Yo nací a finales de 1953, y crecí en la ciudad de Santo Domingo, valga decir en un ambiente urbano en medio de una familia trujillista; fui educado en la escuela trujillista, oyendo decir a los maestros que Trujillo era mejor que Dios y más grande que los padres de la patria, incluso era considerado por esos calieses o espías del gobierno enganchados a educadores como superior a Juan Pablo Duarte el fundador de la República, y decían además que Trujillo era más ético que el maestro de maestros don Eugenio Maria de Hostos, y más magnánimo y espiritual que el Papa y que los obispos de la iglesia católica.


La propia iglesia lo endiosaba y muchos curas estaban más al servicio de la dictadura que a sus propios templos y seguidores.

Recuerdo haber oído decir a mis mayores que el Jefe Trujillo era el único dominicano que había pagado la deuda externa como algún uno todavía hoy lo sostiene.

Ese es otro mito que han divulgado hasta la saciedad los periodistas, los políticos, los pseudos historiadores, y sobre todo los mitómanos trujillistas hijos de los cleptocratas y alcahuetes que se enriquecieron a su lado supuestamente administrando sus bienes y propiedades.

Trujillo y la deuda externa

La afirmación de que Trujillo pago la deuda externa esta basada en el hecho de que en 1947 el otrora dictador ordenó la tesorero de la nación el pago la suma de US $ 9, 271, 855.55 adeudados a los Estados Unidos desde 1924, es decir, la deuda de US $ 25.0 millones reconocida mediante la Convención Dominico-Americana, y que aunque debió pagarse en 1942, el legendario Dictador no la pagó.

Trujillo gestionó en 1940 un arreglo de cuentas con el gobierno de los Estados Unidos denominado Convención Dominico-Americana de 1940 (divulgado por los publicistas del funesto régimen con la denominación de Tratado Trujillo-Hull), por medio de la cual la deuda que debía ser pagada en 1942 fue diferida para pagarse en 1947, es decir que Trujillo pagaba tarde, y por lo tanto pagaba mal porque el retraso de un pago de una obligación de este tipo conlleva el pago adicional de moras y de intereses adicionales.

Sin embargo, hecho el pago de la deuda en 1947 el dictador actuó como una buena gallina cuando pone el huevo, y cacareó a los cuatro vientos por todos los medios de comunicación y de propaganda a su servicio -que eran muchos- que había pagado la deuda externa, y lo dijo con tal intensidad que todavía ciertos ecos extraviados en el tiempo lo continúan repitiendo.

Y ciertamente Trujillo pago esa deuda tarde y mal porque dicha deuda debió liquidarse en 1942, y no lo hizo.


Sin embargo, mucho antes que Trujillo el general don Horacio Vásquez Lajara liquidó en 1927 la deuda heredada del siglo 19 que fue consolidada mediante la Convención Dominico-Americana de 1907.

Tras Rafael Trujillo alcanzar el poder por medio de un golpe de estado contra don Horacio Vásquez, su protector, impuso dos gobiernos títeres (los de Rafael Estrella Ureña y el de Jacinto B. Peynado), y organiza una farsa electoral antes de juramentarse como Presidente el 16 de agosto de 1930.

Habiendo los nuevos gobernantes heredado una deuda de aproximadamente US $ 20.0 millones, no obstante entre mayo y agosto de 1930 Trujillo viaja a los Estados Unidos para solicitar en los Estados Unidos un nuevo préstamo por la suma de US $ 50.0 millones, siendo considerado por los funcionarios norteamericanos del Departamento de Estado como un loco e insensato, y claro dicha solicitud de préstamo no fue atendida.

Pero lo que nadie se imagina es que después de ser saldada la deuda de 1925 en 1947, con un retraso de cinco años, el dictadorcillo concentra sus esfuerzos en la tarea de endeudar la nación.

Solicita y obtiene varios préstamos del Eximbank, uno del Fondo Monetario Internacional, y otros varios con bancos extranjeros y nacionales, gestionando y obteniendo varios préstamos para sus empresas privadas pero dando en garantía bienes públicos.


Por ejemplo, en 1960 obtuvo un préstamo del Banco Nova Scotia por la suma de US $ 30.0 millones para destinarlos supuestamente para la renovación tecnológica de sus ingenios azucareros, pero dando en garantía la Reserva Monetaria del Banco Central, claro está que con el visto bueno del presidente títere Joaquín Balaguer.

En fin, a la hora de su muerte en 30 de mayo de 1961 de este último préstamo Trujillo no había pagado un solo centavo, y Balaguer vació las bóvedas del Banco Central para pagar los US $ 30.0 millones, mora e intereses, y esta operación no fue registrada en términos contables como una deuda externa de la nación, aunque de hecho lo era.

Por lo tanto, Trujillo a la hora de su muerte dejó a los dominicanos deudas por encima de los US $ 60.0 millones, es decir, más de tres veces la deuda encontrada por su primer gobierno en 1930, aunque en el Banco Central solamente se registra en 1961 una deuda externa por la suma de US $ 14.0 millones.

Cuando ustedes oigan decir que Trujillo pagó la deuda externa, díganle a quien lo afirme que esa es una gran mentira fruto del desorden propio de un estado fallido en donde reinan la cleptocracia y la impunidad judicial.



Sunday, January 13, 2008

TRUJILLO, EL BISEXUALISMO, LAS ORGIAS, Y SU CONDUCTA AMBIVALENTE (La Otra Fiesta del Chivo)














Por: Francisco Berroa Ubiera, Historiador
La historiografía tradicional dominicana ha elevado a Trujillo sobre el cielo. El dictador ha sido más que endiosado, sin embargo, aquellos aspectos que lo dibujan tal cual fue han sido ocultados. Por ejemplo el bisexualismo.
Con este trabajo pretendemos iniciar la total demitificación del otrora dictador dominicano. Algunos para justificarse argumentaran que esa era su vida privada, pero a este caso no puede aplicársele la máxima latina que reza: “Vicios privados, beneficios públicos”, sino que debe decirse “Vicios públicos, perjuicios colectivos”.

Los centros para orgías
El mundialmente famoso dictador dominicano poseía la fama de ser un súper macho, por ello se creyó durante mucho tiempo que la amplia red de centros de orgías a su disposición en todo el territorio nacional eran usados para despojar de su virginidad a bellezas núbiles.
Entre estos centros se pueden citar los siguientes:
  • - la denominada Casa de Caoba o Las Caobas de San Cristóbal;
    - la Casa Blanca de la Hacienda María;
    - el Castillo del Cerro de San Cristóbal;
    - la Casa de playa de Najayo;
    - la Mansión de Barahona;
    - la Suiza de Constanza;
    - la Mansión de San José de Las Matas;
    - la Casa de Santiago;
    - las Habitaciones habilitadas para uso privado del tirano en todos los locales del Partido Dominicano en el país;
    - las residencias urbanas y campestres de algunos de sus conmilitones y funcionarios en toda la nación;
    - las suites presidenciales de los hoteles Jaragua, Hispaniola, Embajador (en Santo Domingo), Maguana de San Juan, Montemar de Puerto Plata, Cayacoa en Higüey, Hamaca de Boca Chica, Matum en Santiago, Montaña en Jarabacoa, etc…
    las casas de todos los gobernadores/as provinciales;
Es el propio Joaquín Balaguer quien pone de relieve las escapadas de Trujillo a sus centros de orgías. Explica el estadista fallecido:

"Las noches pasadas en la mansión de "Las Caobas", construida con maderas de la mejor clase en una colina situada en medio de un valle primoroso, solía dedicarlas a expansiones íntimas con personas de su mayor confianza. Amigos obsequiosos cuya ocupación principal consistía en coleccionar mujeres para el harén del César, llevaban con frecuencia a esas veladas a aquellas que habían sido escogidas por él, entre las muchas que aspiraban a su protección o que acercarse al personaje todopoderoso en busca de algún favor para sí o para alguno de sus familiares. El día antes de su partida para Fundación, solían desfilar por el Despacho de Trujillo una gran cantidad de aspirantes, por lo general bellezas núbiles destinadas a alegrar la senectud melancólica de éste don Juan marchito. Las candidatas eran traídas desde diversos lugares de la República y pertenecían a todas las categorías sociales. Estas escenas, presenciadas desde lejos por la empleomanía de Palacio, constituían uno de los signos más desalentadores de la descomposición moral que en los últimos tiempos de la tiranía empezaba a minar la sociedad dominicana" (Balaguer, 1993, PP. 276-277).

Para Balaguer, "Trujillo fue esclavo de sus pasiones. (...) Muchos de los actos de Trujillo pueden interpretarse como manifestaciones de insensatez o como brotes de locura".(Ibidem, P. 299).

Según el mismo colaborador del tirano, el hermano del dictador, Amable Romeo Trujillo Molina (a) Pipí, decía que "el jefe es como los gallos de calidad: cuando no tiene a quien picar, se pica a sí mismo".

Aunque provoque asombro, esta expresión es en cierta medida inexacta, porque el gallo Trujillo no tenía normas para picar, ni calidad en la picada, y en lo sexual, se subía sobre las gallinas y las picaba, pero picaba otros gallos, y no sabemos si también se dejaba picar.

Refiriéndose a las orgías de Trujillo en la llamada Casa de Caoba de la hacienda Fundación de San Cristóbal, Almoina afirma: "Estas orgías son las que pueden llamarse normales. Más hay otras de tipo viteliano, para satisfacer los impulsos ambisexuales de Trujillo"(Almoina, 1999, P. 34).

Sobre esta conducta desviada del dictador, Almoina aclara que:

"Para lo ambisexual, el hombre de confianza de Trujillo es Manuel de Moya, que se desnuda ante su jefe y juntos realizan las más indescriptibles combinaciones. Otro tipo igual, pero más degenerado, es Vega Batlle, complaciente camarada del tirano, y... Rector de la Universidad. Hay épocas en que el déspota se rodea de secretarios maricones. Es cuando le domina la libido anormal".(Almoina, 1999, P.35).

Como se puede notar, Almoina considera a Trujillo un bisexual, pero consideró que sus perversiones eran completamente anormales, afirmando que en lo sexual Trujillo "no tolera resistencias ni oposiciones. A una muchachita honesta que rechazó sus pretensiones, la prendieron y se la llevaron, e hizo que todo el destacamento de Fundación la poseyera [sexualmente] y así destrozada moral y materialmente, la mandó a su casa" (Almoina, 1999, P. 34).

El narcisismo homosexual de Trujillo

Sobre el supuesto machismo de Trujillo, considerado como el ejemplo superior de virilidad y de masculinidad nacional, casi nadie se imagina que el tirano, incluso, se exhibía desnudo ante sus aduladores en una expresión de narcisismo homosexual.

Sobre este tipo de conducta el que mejor ilustra las desviaciones de Trujillo es Almoina, quien lo conoció tanto que fue durante 11 años su secretario privado, afirmando que:

"En una ocasión fueron a decirle a Trujillo que Telésforo Calderón -La Calderona- y Vega Batlle -La Julia- habían sido sorprendidos en una habitación del hotel Presidente, desnudos y acariciándose. Un hombre decente o un macho como el dictador pretende ser, les hubiera mandado a la fortaleza. Él reaccionó en ambisexual y premió el escándalo -por todo ciudad Trujillo corrió la especie- haciéndolo a uno Secretario de Estado de la Presidencia y al otro Rector de la Universidad".

"Esta Julia Vega, que como Moya cede también su casa al Sátrapa, para que en ella se vea con mujeres o muchachitos, es también reputadísimo alcahuete. Sin embargo, su esfera de acción es muy diferente a la de la Mayer, a la que ya hemos aludido, y de la de Moya. Moya actúa en el interior del país en los campos de La Vega, entre guajiritos y niñas de la clase media; La Julia desarrolla sus actividades en los medios burocráticos, entre mecanógrafas, oficinistas y estudiantes"(Almoina, 1999, P. 35).

En otro contexto de su obra Almoina amplía sobre la relación Trujillo-Moya Alonzo. Moya Alonzo era:

"Antiguo maniquí de anuncios en Estados Unidos (aún pueden verse en distintas ciudades del continente infinidad de fotografías que le presentan en ropas menores anunciando camisetas y calzoncillos o vestido de smoking con gesto amoroso, al lado de una rubia anunciando la brillantina Glostora) que a más de servir a Trujillo como "mignon", le proporciona (fiel a la práctica del ambisexualismo) doncelllitas que arranca a los padres, ya en el campo, ya en la ciudad, para llevárselas a Fundación o aún a la misma casa de Moya en donde el dictador las estupra. Por estas prácticas llegó a elevarse a la categoría oficial de Ministro de Obras Públicas" (Almoina, 1999, P. 199).

Balaguer define a Moya Alonzo como un "playboy", y afirma que él era "una especie de Adonis que supo conquistar el corazón de Trujillo con su belleza varonil y con su limpia sonrisa. Cualquier quebranto de Moya Alonzo, por ligera que fuera, perturbaba a Trujillo"(Balaguer, 1990, P. 213), relatando que en una ocasión don Emilio García Godoy le encontró "enternernecido hasta las lagrimas" cuando uno de sus médicos le ofrecía información sobre un quebranto de Moya Alonzo.


Explica Balaguer que:

"La circunstancia que aproximó a Moya Alonzo y a Trujillo no deja de ser curiosa. Trujillo había visto durante un viaje a los Estados Unidos, papeles y afiches en que Moya Alonzo aparecía anunciando la pasta de dientes Colgate, y le llamó la atención la elegancia y la apostura del sujeto. Cuando se le informó que era dominicano y que pertenecía a una de las familias más distinguidas de del país, le hizo traer a su presencia y de ese encuentro nació la simpatía que los unió durante el resto de sus días. Moya Alonzo fue como una flor exquisita nacida al borde de un lodazal"(Balaguer, 1990, P. 213).

A Moya Alonzo los médicos le diagnosticaron un tumor debajo de la lengua; Trujillo lo envió a Estados Unidos y se sabe que:

"…durante varios días vivió (Trujillo) pendiente del teléfono en espera del resultado de las pruebas correspondientes. Trujillo murió sin conocer la verdad. La tragedia del 30 de mayo le ahorró el dolor de ver con sus propios ojos, los estragos hechos por la cirugía en el cuello y en parte del rostro del único tal vez de sus colaboradores a quien quiso con afecto entrañable"(Balaguer, 1990, PP. 214-215).

Personalmente pongo en duda que exista una persona que haya conocido a Trujillo mejor que Joaquín Balaguer. En su obra La palabra encadenada, el Doctor explica que Trujillo:

"A las doce en punto subía al comedor del Palacio con algunos de sus allegados. Aprovechaba estas comidas, para cambiar impresiones con sus íntimos. Oía a muchos de ellos, en tales ocasiones, relatar episodios históricos o pequeños chismes de familia. Era (Trujillo) extraordinariamente afecto a las intrigas de salón y a los enredos sociales. Le encantaba (a Trujillo) oír de labios de sus contertulios habituales, la relación de una infidelidad conyugal o de algún descalabro sufrido en su honor o en su hacienda por algunas de las principales familias dominicanas. En estas particularidades se revelaban el matiz femenino que había en la complejidad de su carácter y el resentimiento social que albergó siempre en su pecho" (Balaguer, 1993, PP. 271-272).

Trujillo adúltero

Pero las inconductas del dictador no se quedaban en el contexto antes dicho; Trujillo también se satisfacía poseyendo sexualmente las esposas de sus mejores amigos y colaboradores, tales los casos indicados por Almoina -los de Frank Parra y Paíno Pichardo, entre muchos otros-.

La megalomanía de Trujillo


Trujillo mezcló el culto a su personalidad con sus delirios de grandeza (Megalomanía), creyéndose superior a Napoleón, a César, Hitler, Bolívar, y otros grandes hombres de la historia universal.

Tenía que oir y sentir constantemente el halago de las lenguas melifluas de sus cortesanos.
Frases tales como "Dios Y Trujillo" acuñada por Mozo Peynado; "Trujillo y Dios" de Logroño; o el contenido de Merengues típicos como el titulado "Trujillo Molina, hombre sin igual", cuyas letras se difundían por toda la nación: "Trujillo en la tierra / en el cielo Dios", son un claro indicio de que el dictador era un paciente psiquiátrico en potencia, atribuida esta conducta anormal a sus taras sifilíticas y a una esquizofrenia progresiva.

A Trujillo, "Lo poseyó sin duda una megalomanía casi patológica, pero la utilizó malignamente para rebajar a todos sus compatriotas hasta un nivel en que a nadie le fuera posible competir con él en ninguna actividad humana".(Balaguer, 1993, P. 284). La envidia hacía los demás corría pareja con su profundo resentimiento social.

El dictador vivió a partir de 1937 cuando realiza la matanza de haitianos de una crisis sicopática a otra, hiperbolizando su megalomanía.

Con sus hermosos y vistosos uniformes soportaba sobre su pecho el peso de varias libras de medallas; ora con el bicornio o el tricornio, ora con el traje de Generalísimo achamarrado, el dictador se paseaba entre sus acólitos, hombres-mujeres, marcando el paso de la vida nacional.

Realmente Trujillo quiso parecerse al CESAR romano, considerado en su tiempo como la mujer de todos los hombres, y el hombre de todas las mujeres.

Los amigos del Dictador y la homosexualidad

Sobre quienes le rodeaban relata Almoina que:
"Las gentes que le rodean (cretinos, homosexuales, analfabetos, negociantes sin escrúpulos, etc.) no son capaces de contradecirle sino que sustentan el fuego de sus arrebatos y delirios de grandeza. Para ellos la isla entera es pequeña y pobre, espelunca, ante la grandeza y majestad de su genio, sin par en la historia del mundo."(Almoina, 1999, P. 208).

Y esos mediocres y cretinos, homosexuales y analfabetos son los mismos que le repetían constantemente que a Trujillo nadie lo superaba en todo el cosmos.

Se sabe que en 1949, Trujillo vivía:

"Un momento peligrosísimo, para él y para cuantos le rodean. Sexualmente -explica Almoina, quizá movido por los celos- ha dado en degeneraciones sodomíticas. De momento está en turno la Julia Vega, que además le proporciona efebos (jóvenes machos) universitarios. Lo mismo sucede con Moya, a quien la esposa del tirano prohíbe la entrada en Estancia Ranfis".
"Este fondo morboso del dictador, larvado de criminalidad, le lleva ordenar asesinatos por los motivos más fútiles
" (Almoina, 1999, P. 104).

Asimismo se conoce muy bien que el dictador "se enamoraba" con facilidad de ciertos oficiales jóvenes a quienes les daba ascensos graciosos o los premiaba con importantes puestos en la administración pública.

Otras veces se "encariñaba" tanto con sus empleados y con los administradores de sus propiedades a quienes premiaba con dinero, autos y viviendas, y estos eran casi siempre hombres muy jóvenes.

Según Almoina:

"A veces se dan casos de ascensos fulminantes, meteóricos, como el del homosexual (Julio) Vega Batlle, que dedicado a funciones de archivero en la Secretaría de la Presidencia, de pronto asciende a Secretario del Departamento y después a Embajador, y después a Coronel, y después a Rector de la Universidad, en poco más de dos años" (Almoina, 1999, P. 151).

A otros de sus favoritos los promueve a importantes puestos de la administración pública, e incluso les da participación en sus empresas y negocios. Por eso casi todos los asociados en negocios con Trujillo lo visitaban con cierta frecuencia en sus centros de orgías.

Pero los favorecidos por el Dictador debían también resistir su egolatría, sus maltratos, sus humillaciones, sus burlas, sus escupitajos, sus devaneos de grandeza, llegando a creerse superior a los Padres la Patria. Trujillo fue un misogínico en potencia.

Trujillo y la cultura

La conducta criminal, vinculada a la actitud del tirano frente a la cultura y la ilustración, explican que:

"Para el tirano la ilustración y la cultura son estorbos y aunque hace lo posible por aparentar que las protege, la realidad es bien distinta: al frente de la Universidad coloca a un coronel (a Julio Vega Batlle) que además todo el mundo sabe que es homosexual y uno de los más abyectos alcahuetes suyos" (Almoina, 1999, P. 96).


El presentimiento de Trujillo sobre su conducta sexual

En enero de 1960 el dictador tenía la expectación de que aspectos íntimos de su vida sexual saldrían en público fuera del país.

Cuenta Balaguer que Candido Torres, el agente del S.I.M., se acercó a Trujillo en la avenida George Washington y le mostró un artículo de Tad Szulc publicado en el periódico norteamericano The New York Times, que contenía fuertes críticas al régimen.
Según Balaguer, en un primer momento Trujillo recriminó la actitud del agente, y luego, media hora después,

"Antes de retirarse para abordar su automóvil y recogerse en Estancia Radhamés, Trujillo llamó en voz alta al mayor Cándido Torres. "Repítame -le ordenó- lo que dice el artículo del "New York Times". "Nuevas calumnias contra el régimen, señor", se limitó a responder el mayor Torres. "Pues bien, agregó entonces con acento áspero Trujillo, acuda a mí cuando usted encuentre en la prensa de los Estados Unidos un artículo en que se diga que Rafael Leónidas Trujillo es maricón" (Balaguer, 1990, PP. 366-367).

Y como Trujillo estaba tan seguro que lo iban a decir, todo parece indicar que él lo era.

La delicadeza del adolescente Trujillo


De acuerdo con Bernard Diederich:

Trujillo no había sido un adolescente típico. No como el turbulento Juan Tomás (Díaz). Gastaba más dinero, según se decía, en perfumes y en el cuido de su apariencia que en licores. Muchos creían (en San Cristóbal) que era homosexual.”(2000).


Trujillo visto por Bosch


Trujillo fue un resentido social que desde niño parece que recibió el desprecio de los de “Primera”, y desde que tuvo oportunidad aspiró a integrarse a los clubes y a las actividades de la gente de primera. Él debió emplearse a los 16 años como empleado de una oficina de correos y como resalta Bosch era tan ambicioso que a su primera hija le puso Flor de Oro y a su primera yegua, un regalo recibido a los 14 años, la nombró Papeleta que era en nombre que se le daba a los billetes de los Bancos.

Trujillo se creía de primera y siempre fue muy ambicioso, pero en su infancia y en su juventud debió confrontar serias limitaciones y sabe solo Dios cuantas frustraciones le afectaron.
Esos fueron los motivos por los cuales siempre exhibió un comportamiento agresivo.

Bosch relata que a su padre, don José Bosch, una vez Trujillo lo acusó de tener una casa de prostitución para justificar su apresamiento en respuesta a un artículo de Bosch contra Trujillo publicado en el exterior.

Por ello, sostiene Bosch en su obra “Poker de Espanto en el Caribe” que

Ahora bien, Trujillo tardó años en destacarse. Desempeñó trabajos más o menos humildes, él tenía conciencia de que era capaz y constante. Esto unido a lo ya descrito, y a su ambición de dinero sin que viera como había de cumplirla, creo en el un complejo de inferioridad de tal profundidad que de el solo podía salir denigrando a los otros, afirmándose a si mismo que eran indignos, o ladrones o viles. Desde luego ahí entraba en juego la vulgaridad de su alma, tan notable desde sus primeros años que sus amigos de entonces recuerda todavía la facilidad con que insultaba, como un jayán, a damas y ancianos, cuando creía que obstaculizaban alguno de sus propósitos. Esa vulgaridad la trajo él a la vida pero sin duda hubiera podido ser enmendada en un ambiente que no le hubiera ofendido en su dignidad humana. Para su mal y el de su país, sus jefes norteamericanos en la fuerza constabularia no le enseñaron a respetar la virtud sino que fueron para él maestros en el desprecio a los dominicanos”(Bosch, 1990, PP. 43-44).




Destaca Bosch sobre Trujillo que:

En realidad hay que rendir homenaje a sus excepcionales dotes de intrigante y a su enorme capacidad para la simulación (...) Era de orgullo satánico y parecía humilde, al extremo que no alarmó a nadie con publicidad inoportuna; se enriquecía dentro del ámbito de sus funciones cobrando sueldos de soldados inexistentes, pero no daba que decir porque no hacía negocios fuera de los cuarteles. Su naturaleza íntima seguía siendo la del joven que escandalizó y humilló a las señoras del Baní mostrándose desnudo, pero nadie podía imaginarse, diez o doce años después de ese incidente juvenil, que bajo su uniforme militar escondía aquella agresividad de sus años mozos. Su sentido de la autoridad era tal, que los contados amigos con los cuales celebraba bebentinas tenían que tratarlo con todo respeto y a distancia al día siguiente de una fiesta de hombres solos”(Bosch, 2002, PP. 133-134).

Trujillo fue visto femenino por un Calié


Por su parte, un famoso agente del SIM, Víctor Alicinio Peña Rivera dice sobre Trujillo:

Era un hombre fabuloso para sus conciudadanos, que escuchaban narrar en secreto sus proezas sexuales. A Trujillo le atribuían muchos excesos sexuales, que en verdad no podía tener. Su capacidad sexual era indiscutible, pero su gran capacidad para todo cuanto se le atribuía podía tener un signo de interrogación. Pero también puede ser aceptado como un hecho indiscutible que en la era moderna ningún otro hombre destruyo la virginidad de la mujer con mayor frecuencia.”

Trujillo era un hombre en todos sentidos, pero como era un hombre de grandes contrasentidos, en su manera de ser se asomaban tendencias muy femeninas.”

Tenia un apego femenino por las cremas, afeites y perfumes. Y su apego a la feminidad se evidenciaba en su entusiasmo por “el chisme” (Peña R., 1977, PP. 41-42).

Hoy se conoce que Johnny Abbes García se inicia en la vida pública como deportista, incluso fue cierto tiempo un buen masajista de atletas. El sicario usado por Trujillo para eliminar a las hermanas Mirabal, es decir, Víctor A. Peña Rivera, informa lo siguiente sobre Johnny Abbes García:

Su reputación no era buena. Se le conectaba al homosexualismo –a Abbes- y se hablaba de que Nieves Luisa, hermana de Trujillo, ordenó darle una golpiza por su insistencia en mantener compañía con uno de sus hijos, no obstante haber sido advertido de que no lo hiciera.”
Johnny Abbes García había excitado la imaginación del generalísimo
.”(Peña, 1977, P. 116).

Cómo lo había excitado…?

Se sabe muy bien que cuando Trujillo se acerca a Abbes García ya estaba confrontando problemas de próstata, y padecía de incontinencia urinaria, de tal forma que debía cambiar el pantalón varias veces al día, y la única persona que colaboraba con él en estos íntimos menesteres era Johnny Abbes, joven y con unas condiciones para el crimen y el ambisexualismo similares a la de Trujillo.


Quedaba demostrado que “las aves con las plumas del mismo color vuelan juntas”.

Según Víctor Alicinio Peña Rivera, refiriéndose a Trujillo:

Cuando le acompañé a la población de Cotui, y al prolongarse los actos con que se le rendía homenaje, muchas personas pudieron percibir la fea mancha que se había formado en su usualmente impecable atuendo.”

“Esa era la condición física y emocional del Jefe cuando escogió a Johnny Abbes García como su eminencia gris” (Peña, 1977, PP. 117.118).

Era Trujillo el gran macho o el gran bisexual ?. Juzgue Usted.







Fuentes y bibliografía citadas:

Almoina, José: Una satrapía en el Caribe, Santo Domingo, Editora Colé, 1999.
Balaguer, Joaquín: La palabra encadenada, Santo Domingo, editora Corripio, 1993, 2a. Ed.
Balaguer, Joaquín: Memorias de un cortesano de la Era de Trujillo, Santo Domingo, 1990.
Bosch, Juan. Poker de Espanto en el Caribe, Editora Alfa & Omega, Santo Domingo, 1990, 3ª. Ed. Bosch, Juan. Trujillo, causas de una tiranía sin ejemplo, Alfa & Omega, Santo Domingo, 2002, 9ª. Ed.
Diederich, Bernard, Trujillo, La Muerte de un Dictador, Fundación Cultural Dominicana, Santo Domingo, 2000. 5ª. Ed.
Peña Rivera, Víctor Alicinio. Trujillo, Historia Oculta de un Dictador, Plus Ultra Educational Publishers, Inc., Madrid, 1977.