Los primeros colonos de Norteamérica hispanos y anglosajones
Los primeros peregrinos ingleses -puritanos dirigidos por William Breuster-, llegaron en el buque Mayflower a la actual costa Este de Estados Unidos en 1620, pero, sin embargo, mucho antes de este acontecimiento la costa oriental de Norteamérica había sido explorada por los españoles, y casi nadie se imagina que las tres cuartas partes del actual territorio de Estados Unidos fueron propiedad de España durante más de 200 años; que los territorios de California, Nuevo México, Texas y Luisiana, pertenecieron al Virreinato de México entre 1764 a 1813; y que el gobernador de Cuba ejercía sus funciones desde el río Misisipí al Atlántico, y extendiéndolo luego hasta La Florida.
El Gran Cañón del Colorado fue explorado por el Teniente Cárdenas, español, acompañado de 20 soldados, 300 años antes que los ingleses y angloamericanos, e inclusive, en La Florida, uno de sus primeros conquistadores fue el africano negro Esteban Azamor (Estebanico), quién, acompañó a Alvar Núñez Cabeza de Vaca -el explorador español autor de Naufragios-, en su exploración por los actuales territorios de Florida, Carolina del Norte y Texas, y que los judíos sefarditas se establecieron en Newport, Rhode Island, en donde fundan una Sinagoga en 1658.
Por todo ello, se puede afirmar que históricamente Estados Unidos siempre se ha caracterizado por la multiplicidad étnica de su población, y el primer aporte a los cimientos de esta gran nación -aunque no sea reconocido por los angloamericanos-, fue hecho por hispanos, y luego por los peregrinos puritanos ingleses, y mucho más tarde por otros europeos, africanos, asiáticos, e hispanoamericanos.
Posiblemente debido a estos antecedentes fue que uno de los padres fundadores de esta nación, Thomas Jefferson llegó a decir que: "La historia más antigua de Estados Unidos está escrita en español", y en un sentido similar se expresó en una ocasión John F. Kennedy.
Se sabe muy bien que los colonos ingleses dominaban en Norteamérica, en 1763, los siguientes territorios: por el Sur, desde la Bahía de Yukon hasta el Golfo de México; y desde el Atlántico al río Misisipí, por el Oeste. Fue en 1763 cuando Francia cedió a España el territorio de La Luisiana, como un arreglo de cuentas entre ambas naciones, porque durante la Guerra de los Siete Años (1756-1763) Inglaterra derrotó a Francia y a España juntas, y esta última nación perdió La Florida -Estados Unidos adquiere La Florida en 1821- razón por la cual Francia le dio en compensación a la Luisiana, cuyo territorio quedó bajo dominio español. Esta guerra fue muy costosa, y por ello Inglaterra debía crear, y de hecho creó una política tributaria excesiva en América, creando nuevos impuestos al té, al azúcar, y otros, por lo cual los colonos protestaron, y dijeron: "Ningún impuesto sin representación".
Una gran parte de la actual porción Oriental de Estados Unidos estuvo integrada al dominio colonial británico. Inglaterra mantuvo el control de estos territorios desde principios del siglo XVI, y ya en el siglo XVII sus colonias de Norteamérica disponían de su propia flota de marina mercante.
Sin embargo, en el curso del siglo XVIII la Reina de los Mares mostró, en apariencia, un mayor interés en sus colonias del Caribe, debido principalmente a su gran producción de azúcar mascabado, de melazas, y de otros productos tropicales, llegándose inclusive a promulgar en 1733 una ley de melazas, y en 1764 otra ley que establecía un impuesto sobre el azúcar importada, aparte de que las colonias de Nueva Inglaterra fueron sometidas a la denominada Acta de Navegación que limitaba sus mercados, y además, se les impuso un rígido y elevado sistema de tarifas arancelarias.
Para esta época se desarrolla en las colonias inglesas continentales americanas una burguesía comercial que dependía de los intercambios económicos, lícitos o ilícitos. A esta naciente burguesía, el comercio clandestino o de contrabando,[1] le sirvió como mecanismo de acumulación originaria de grandes capitales. Por ese motivo, desde los puertos de Boston, Filadelfia, Nueva York y Newport se mantenía un importante intercambio con las colonias inglesas de las Antillas. En su obra Yanquees and Creoles (1956), Richard Pares[2] nos presenta la importancia de este comercio durante todo el curso del siglo XVIII, mediante el cual grandes cantidades de mercancías eran exportadas desde Norteamérica a las islas de las Antillas.[3]
Los antecedentes de la independencia de Estados Unidos
Para una mejor y más clara comprensión de las causas que determinaron el conflicto de las posesiones inglesas con su metrópoli hay siete puntos en los cuales se pueden resumir los principales antecedentes de la lucha independentista de estas colonias inglesas de Norteamérica. Estos son:
1) Los efectos de la Guerra de los Siete Años (1756-1763), entre Francia y Gran Bretaña, con la victoria lograda en 1763, quedando Inglaterra sumamente resentida con sus colonias por su poca colaboración que estas le dieron durante el desarrollo del conflicto, y Francia perdió sus posesiones canadienses;
2) La promulgación de la ley del azúcar en 1764 en perjuicio de los intereses comerciales de los colonos ingleses;
3) La promulgación de la Ley del Sello de 1765, de carácter eminentemente fiscalista, y que lesionaba a la jurisdicción tributaria de las asambleas coloniales;
4) La Ley de Acuartelamiento de 1765 que imponía la obligación de los colonos de alojar en sus hogares y facilidades a las tropas inglesas, y les exigía su contribución pecuniaria para el sostenimiento económico de un ejército de 10,000 hombres;
5) La existencia de serios problemas derivados de la puesta en circulación por las autoridades inglesas de papel moneda;
6) La promulgación de las leyes Towsherd, mejor conocidas como "Intolerables", las cuales fijaban un impuesto al té, al vidrio, al cuero y a otros productos (1767), y la reserva de cobro de impuestos a los funcionarios británicos; y,
7) Por la implementación en las colonias de una política agraria británica que limitaba o impedía la expansión de la colonización hacia el Oeste, debido a las restricciones que imponía.
Por estos motivos, entre 1764 a 1765 se habían producido algunas manifestaciones contra los ingleses, y desde 1765 se constituyeron las denominadas "Asociaciones de la libertad", que incluían personas de ambos sexos.
Asimismo, en 1770 se verifica un fuerte estado represivo en Boston, y en 1771 fueron reprimidos los habitantes de Carolina del Norte, y un poco después Samuel Adams convocó a un Congreso de los colonos en Filadelfia en 5 de septiembre de 1774, acordándose solicitar al rey Jorge III un cambio en su política restrictiva, con la esperanza de que a partir de ese momento se dejarían de importar bienes ingleses. Un segundo Congreso Continental fue convocado en 1775, a partir del cual George Washington y Horatio Gates decidieron declarar la guerra a los ingleses, la cual se inicia en 1775, y se desarrolla entre 1776 a 1781, y posteriormente.
El Nacimiento de la Unión
Estados Unidos surge como un estado independiente tras la guerra de independencia que se inicia el 19 de abril de 1775 en Lexinton y Concord en Massachussets, y que continúa con la batalla de Bunker Hill cerca de Boston, el 17 de junio de 1775, en contra de la dominación inglesa, proclamándose su independencia el 4 de julio de 1776, tras la realización del denominado Congreso Continental, por lo cual, 13 colonias pasaron a formar un país de 900,000 kilómetros cuadrados y con una población de apenas 2,800,000 habitantes, de los cuales el 20 % eran negros y el 80 % blancos de origen europeo, bajo el lema de Hamilton que reza: "Pluribus In Unum".[4]
Durante la guerra contra los ingleses, Thomas Jefferson y Benjamín Franklyn viajaron a París en 1776 para recabar la ayuda económica de los Borbones, y posteriormente, en 1777, quedaron en París Benjamín Franklyn, Arthur Lee, y Silas Deane, en calidad de emisarios oficiales de Estados Unidos en el Viejo Mundo con sede en la urbe francesa a orillas del Sena.
En ese mismo año Benjamín Franklyn decide enviar a Arthur Lee a la Corte española en busca de ayuda para la causa de la independencia. Antes de este viaje de Lee, por una Real Orden del 24 de diciembre de 1776 España le dio una ayuda material oficial a Estados Unidos, consistente en municiones, medicinas y mantas,[5] pero, Lee, con la mediación Diego de Gardoqui[6] -un rico comerciante propietario de la Casa Gardoqui e Hijos, de Bilbao, Barcelona, España-, obtuvo que se "les proporcionaran cuatro millones de reales, con los que se adquirieron los siguientes efectos militares, que salieron en barcos españoles vía las Bermudas hacía América: 216 cañones de bronce, 4,000 tiendas de campaña, 12,826 granadas, 30,000 fusiles, 30,000 bayonetas, 30,000 uniformes militares, 51,314 balas y 300,000 kilos de pólvora",[7] aunque de acuerdo con el Conde de Aranda, la ayuda que España prestó a Estados Unidos incluyó varios barcos y £2,000,000 (de libras esterlinas).[8]
En honor a la verdad, después que los angloamericanos proclamaron su independencia, España fue una aliada encubierta de los Estados Unidos en su lucha contra los ingleses y su interés en el curso de los acontecimientos que se sucedían en Norteamérica se puso de manifiesto cuando en 1776 el Ministro de Indias del rey español Carlos III, don José de Gálvez, designó a varios comerciantes como agentes secretos del Rey en las trece colonias de Norteamérica. Algunos de estos agentes fueron: Miguel Antonio Eduardo, empleado para mantener informado al gobernador de Cuba sobre los pormenores de la guerra; Juan de Miralles, famoso personaje del espionaje español, quien a partir de 1777 desarrollaba sus actividades en Filadelfia, falleciendo en 1780 mientras visitaba el campamento de George Washington; Juan José Eligio de la Puente, destacado en Florida y Georgia entre 1777 a 1779; y otro apellido Herrera destacado en la Florida Occidental.
Y aunque en el curso de la guerra con Estados Unidos, Inglaterra tenía la promesa rusa de aportarle 20,000 efectivos, lo cual fue desestimado por temor a los rusos, quienes tenían el control de Alaska, y, mucho interés en los territorios del Noroeste norteamericano, por lo cual los ingleses prefirieron finalmente reclutar mercenarios de Alemania procedentes de Hesse-Kassel, Braunscaweig, Hanau y Hannoven.
Por temor a perder sus posesiones coloniales en América, y buscando un equilibrio de fuerzas con los ingleses, España declaró la guerra a Inglaterra en 23 de junio de 1779, iniciándose la novena guerra hispano-inglesa, la cual finaliza con la Paz de París en 23 de septiembre de 1783. Es el momento en que España apoya la guerra de independencia de Estados Unidos, desarrollándose a partir de 1789 varias operaciones militares españolas en los territorios de Luisiana, Alabama, y Florida al mando del general Bernardo de Gálvez, sobrino del Ministro de Indias español don José de Gálvez, Marqués de Sonora.
Sobre todo, los españoles se interesaron en atacar a los ingleses en Jamaica y en Las Bahamas, que también le interesaba a Estados Unidos, y de hecho, estos dos territorios fueron los principales objetivos militares de España en América. Fue por eso que la atención de los españoles se centró inicialmente sobre estas islas, paraíso de los corsarios, quienes causaban considerables bajas en los barcos españoles y americanos que navegaban en las aguas del Atlántico y del Caribe, e inclusive estas posesiones insulares le habían servido a los ingleses de base de operaciones militares y navales en América para atacar las posesiones españolas, verbigracia el ataque y toma de La Habana, Cuba, en 1762, partió de Las Bahamas.
Por esta razón, tropas hispano-francesas tenían previsto atacar, desde el Guarico francés en la isla de Santo Domingo, en 1783, los territorios ingleses de Jamaica, Virginia, y las islas de Barlovento. Para esta operación los franceses aportarían unos 2,000 soldados al mando del Marqués de Saint-Simón,[9] y una escuadra de 27 navíos con 5,000 hombres comandada por De Grasse. Esta expedición no fue casual, porque:
Dos años antes del comienzo de la guerra, en febrero de 1777, España ya se percató de la importancia estratégica del puerto francés de Guarico, en la isla Hispaniola, que posteriormente se materializó para uno de los objetivos del Carlos III; la toma del bastión inglés de Jamaica, el último punto del plan de operaciones del 8 de abril de 1780. Guarico o Cabo Francés,[10] como también se conoce, se halla situado en la costa Norte de Santo Domingo y a unos 500 kilómetros de Jamaica. El Ministro de Guerra español, Conde de Ricla, dictaminó en 1777 su utilización como base de operaciones hispano-francesas para la conquista.[11]
El pequeño, pero estratégico archipiélago de las islas Bahamas o Lucayas, también le interesó a Estados Unidos, y en 1776 John Paul Jones, de la naciente armada de Estados Unidos, conquistó las Bahamas, pero luego los ingleses las reconquistaron, y aunque la historiografía clásica de Estados Unidos afirma que la
“..Última batalla de su independencia [fue] la rendición de Lord Cornwallis en Yorktown, en octubre de 1781; sin embargo, siete meses después de esta épica batalla, buques de guerra del estado de Carolina del Sur, al mando del Comodoro Alexander Guillon, escoltaron tropas españolas al mando del Teniente General Juan Manuel Cagigal desde La Habana a las Bahamas, donde los británicos se rindieron el 8 de mayo de 1782.”[12]
La expedición Hispano-estadounidense estaba integrada por la flota de Guillon, que consistía en: Una Fragata de South Carolina, ocho barcos de combate y 12 de transporte, y en su totalidad, la fuerza invasora a Las Bahamas salió del puerto de La Habana el 22 de abril de 1782, y consistía en: 2,500 soldados, ocho buques de guerra, 57 barcos, los regimientos españoles: Zamora, Soria, Guadalajara, León, Hibernia, Aragón, Cataluña, Flandes, y Extremadura, la 2a. Compañía de granaderos del regimiento Inmemorial del Rey, dos compañías de granaderos del Príncipe, y de Nueva España, y las guarniciones del castillo de Campeche, del de La Habana, el batallón fijo de Santo Domingo, el batallón fijo de Castilla, los granaderos de Navarra, una compañía de infantería y zapadores de pardos y morenos, el batallón de voluntarios de Gálvez, y 12 prácticos de Estados Unidos.[13]
La rendición de los ingleses en las Bahamas fue en 8 de mayo de 1782, y el entonces Coronel Francisco Miranda (El Precursor), fue el emisario del comandante de las tropas españolas, el Brigadier Juan Manuel de Cagigal --debido a que en América, los españoles introducen en la década del '70 del siglo XVIII varios cambios militares; Bernardo de Gálvez sustituyó a Navia en el mando de las tropas americanas en el Caribe, y como jefe de operaciones americanas Solano sustituyó a Bonet, y Cagigal a Navarro-- ante el Vicealmirante John Maxwell, gobernador de Las Bahamas, quien tenía a su disposición los siguientes armamentos y barcos: 612 barcos, 519 cañones de bronce y hierro, 11 barcos corsarios, 137 barcos norteamericanos, 14 españoles, 24 franceses y uno holandés, que fueron capturados por los aliados, en el puerto de Nassau -denominada así en 1695 en honor del Rey Guillermo III, antes príncipe Juan Mauricio de Siergen Orange-Nassau-, capital de la isla de Nueva Providencia, y en la isla Eleuthera, residencia del primer fuerte inglés en ese archipiélago.
También, durante esta novena guerra hispano-inglesa, en 12 de abril de 1782, la escuadra inglesa de Rodney venció a la francesa del Conde De Grasse en las aguas caribeñas del Sur de las isla Guadalupe,[14] y, entre 1779 a 1782 se plantea la lucha por el Peñón de Gibraltar, y en 3 de agosto de 1782 se producen las negociaciones de paz de París, Francia, con la finalidad de establecer la línea de Jay, esta iba, desde el nacimiento del río Misisipí hasta Nueva Orleáns, despojando a España de la Florida Occidental, de ahí que se produzca un enfrentamiento entre el Conde de Aranda y Mr. Jay.
En 20 de enero de 1783 España y la Gran Bretaña firman un preliminar de un Tratado de Paz que fue suscrito en Versalles, Francia, mediante el cual, Carlos III, y Jorge III acuerdan en 4 de febrero de 1783 el cese de la guerra entre Francia, Inglaterra, España y Estados Unidos, hasta la firma del Tratado de Paz definitivo que fue suscrito, como se estableció previamente, en Paris, en 3 de septiembre de 1783, mediante el cual se puso fin a la guerra.
Los Estados Fundadores de la Unión americana
Los estados fundadores de la Unión Norteamericana fueron: New Hampshire, Massachussets Bay, Rhode Island, Conneticut, New York, New Jersey, Pennsylvania, Delaware, Maryland, Virginia, North Carolina, South Carolina y Georgia, es decir, 13 estados, que proclamaron su independencia de la Reina de los mares, Inglaterra.
Como era de esperarse, después de la proclamación de su independencia, Estados Unidos no fue reconocido por los ingleses, quienes continuaron la guerra hasta la firma del Tratado de Paz de París del 3 de septiembre de 1783, momento en el cual Gran Bretaña reconocerá su independencia, concediéndoles la soberanía sobre todos los territorios comprendidos al Este del río Misisipí, entre el Sur de Canadá y el Norte de Florida.
Casi con el nacimiento de Estados Unidos nació la ambición en sus prohombres: Thomas Jefferson escribió a Stuart en 1786, y le exponía con claridad los fines ulteriores de la nueva nación:
“Nuestra confederación ha de verse como el nido desde el cual se poblará América entera, tanto la del Norte como la del Sur. Más cuidémonos de creer que a éste gran continente interesa expulsar desde luego a los españoles. De momento aquellos países se encuentran en las mejores manos, que sólo temo resulten débiles en demasía para mantenerlos sujetos hasta el momento en que nuestra población crezca lo necesario para arrebatárselos parte por parte.”[15]
Posiblemente conociendo de esta ambición expansionista, el Conde de Aranda, refiriéndose a Estados Unidos, escribió en sus memorias a fines del siglo XVIII:
“Esta República federativa, ha nacido, digámoslo así, pigmea, porque la han formado y dado el ser dos potencias como España y Francia, auxiliándola con sus fuerzas para hacerla independiente. Mañana será gigante, conforme vaya consolidando su constitución y después un coloso irresistible en aquellas regiones. En este estado se olvidará de los beneficios que ha recibido de ambas potencias y no pensará más que en su engrandecimiento.”[16]
La federación de parte de las ex-colonias británicas en Norteamérica se logró efectivamente en 1787 tras la conclusión de la redacción de la constitución política de Estados Unidos. New Hampshire fue el noveno estado en aprobar la constitución en 1788, faltando por aceptar la federación New York, Virginia, North Carolina, y Rhode Island, estados cuya adhesión se produce entre 1789 y 1790, iniciándose por lo tanto la Era federalista, como la denomina la historiografía estadounidense.
La expansión pre-imperialista de los Estados Unidos
La expansión de los Estados Unidos hacía el Oeste tiene como antecedentes dos ordenanzas del congreso mediante las cuales se comenzó a regular el sistema territorial de la Unión: la primera data del 23 de abril de 1784, y establecía que la cantidad mínima de habitantes para organizar nuevos territorios debía ser de 20,000 habitantes, y que esos nuevos territorios podrían devenir en estados unionistas cuando alcanzaran una población similar a la del estado menos poblado; la segunda ordenanza fue promulgada en 13 de julio del año de 1787, y fue elaborada sobre la base de las ideas de Jefferson, quien fue uno de los primeros en vislumbrar el crecimiento en el sentido indicado, y quien propuso la fundación de nuevos estados con un mínimo de 60,000 habitantes. Una nueva ordenanza dada en 7 de agosto de 1789 establecía que el contenido de la ordenanza de 1787 se adaptaba al espíritu de la constitución de Estados Unidos (1787).
Aunque en términos efectivos, el siglo XIX temprano marca el inicio de la expansión pre-imperialista de Estados Unidos, con la anexión de los siguientes territorios: Luisiana o Lousiana anexada por el presidente Jefferson, el 30 de abril de 1803 y cuyo territorio fue comprado a Francia por 15 millones de dólares (equivalentes a la suma de 60 millones de francos de la época), con una extensión de 885,000 millas cuadradas, el cual sería poblado con anglosajones para luego estirar sus fronteras al resto del continente, convirtiéndose éste en el estado número 18 el 30 de abril de 1812; antes, se habían aceptado en la unión los estados de Vertmont, el número 14, constituido el 4 de marzo de 1791; Kentucky, el número 15, integrado el 1ro. de junio de 1792.
Se agrega luego Tennessee, el número 16, admitido su territorio a la unión el 1ro. de junio de 1796; y, Ohio, el número 17 acogido el 1ro. de marzo de 1803; después de la expedición de Meriwether Lewis -secretario privado del presidente Jefferson-, y de William Clark, hacia el Oeste; entre 1804 a 1806 fueron muchos los colonos que se trasladaron a los valles interiores del Oeste siguiendo el curso de caudalosos ríos, posibilitando la colonización, y posterior incorporación a la unión de los territorios de Indiana, en el llamado North West Territory, incorporado a la federación el 11 de diciembre de 1816 como el estado número 19; Misisipí o Mississipi, constituido en el estado número 20 el 10 de diciembre de 1817; Illinois, fue el número 21 e ingresó a la federación el 3 de diciembre de 1818, siguiéndole Alabama como el número 22 y constituido el 14 de diciembre de 1819.
A seguidas Maine, el número 23, incluido el 15 de marzo de 1820; y Missouri, convertido en el estado número 24 el 10 de agosto de 1821 -antes, desde 1812 se le declaró Territorio de Estados Unidos-. También fue incluido el estado de Arkansas, el número 25, el 15 de junio de 1836. Luego vino la unión de Michigan, el número 26, el día 26 de enero de 1837. En el Sureste fue adquirida Florida en 1819 por compra a España por cinco millones de dólares, cuyo territorio pasó a convertirse en el estado número 27 el 3 de marzo de 1845.
James Monroe, presidente de Estados Unidos, influido por su Secretario de Estado John Quincy Adams, en su mensaje al Congreso del 2 de diciembre de 1823 hizo la formulación de su Doctrina[17], formulada con la aparente intención de impedir que el Imperio Ruso, desde Alaska, se introdujera en el territorio de Oregon -el cual era en ese momento objeto de una disputa territorial por las grandes potencias de la época-, y con el real interés de aprovechar al máximo las derrotas sufridas por España en todo el continente, y quiso asimismo dejar claro, y poner de manifiesto, que América es para Norteamérica; posteriormente, como resultado de los cambios que se operan en los Estados Unidos a partir del gobierno del General Jackson (considerado en aquel momento un "hombre común", pero quien tiene el merito histórico de haberle puesto fin a The Virginia Dinasty), se inicia la época del expansionismo de Estados Unidos, la cual, se puede decir que alcanzó la mayoría de edad en la década de los cuarenta, al acuñar un periodista de Washington el concepto de Destino Manifiesto[18], y, en tal virtud, bajo esta doctrina se produce la anexión de Texas[19] (1836-45), el estado número 28, incluido por disposición del Congreso continental el 29 de diciembre de 1854; al cual le siguió la inclusión de Iowa, como el número 29 en fecha 28 de diciembre de 1846, habiéndose ganado el status de Territorio en 1838; Wisconsin fue el número 30, e incluido a la unión el 29 de mayo de 1848.
En cuanto a California, proclamada República en 1846 por colonos de Estados Unidos que independizaron su territorio de México,[20] fue incorporado como territorio de la unión en 1849, y el 9 de septiembre de 1950 se erigió en el estado número 31; Minnesota se incorpora el 11 de mayo de 1858 como el estado número 32, y Oregon, el número 33 lo hace el 14 de febrero de 1859. Kansas, el Sun Flower State, fue incorporado el 29 de enero de 1861 como el número 34, poco después, West Virginia, con el número 35, el 20 de junio de 1863, y tras éste, fue incorporado, el 31 de octubre de 1864, el estado número 36: Nevada, al cual le siguió Nebraska, número 37, el 1ro. de marzo de 1867.
El siguiente estado en ser incluido fue Colorado, declarado Territorio en 1861, y estado el 1ro. de agosto de 1876 con el número 38; el número 39 correspondió a North Dakota, aceptado el 2 de noviembre de 1889; South Dakota fue el número 40, también incorporado el 2 de noviembre de 1889, y Montana ingresó a la unión el 8 de noviembre de 1889 como el número 41; el 42 fue el estado de Washington, admitido primero como Territorio, en 1853, y como estado el 11 de noviembre de 1889; el número 43 fue Idaho, el 3 de julio de 1890, y el 44 corresponde a Wyoming, que fue primero declarado territorio en 1867, y estado el 10 de julio de 1890; Utah es el número 45 y fue asimilado el 4 de enero de 1896; Oklahoma es el número 46 y fue admitido el 16 de noviembre de 1907.
Nuevo México se incorpora primero como territorio, en 1848, con los acuerdos del Tratado de Guadalupe que puso fin a la Guerra con México, iniciada en abril de 1846, y se convierte en el estado número 47 el 6 de enero de 1912. Los tres últimos estados en ser admitidos fueron: Arizona adquirido 1853, por la compra realizada por Estados Unidos a través de su embajador en México, el Honorable James Gadsden, quién arregló la compra de 30,000 millas cuadradas a ese país, y que al ser incorporado se convierte en el estado número 48, proclamado el 14 de febrero de 1912; Alaska, territorio adquirido por compra que hizo Estados Unidos a la Rusia zarista en 1867, por la suma de 7.2 millones de dólares, y declarado estado el 3 de enero de 1959, y Hawai, el número 50, anexado a Estados Unidos desde el 12 de agosto de 1898 a raíz de la guerra Hispanoamericana, declarado territorio el 14 de junio de 1900, y proclamado estado el 21 de agosto de 1959. Como se puede apreciar desde fines del siglo XIX la clase gobernante de Estados Unidos tenía suficiente experiencia en el manejo de nuevos territorios.
Notas, referencias y bibliografía mínima:
[1] Realizado dicho comercio clandestino con los habitantes de las islas de las Antillas, y con las Casas comerciales europeas establecidas en éstas, pertenecientes a los colonos y comerciantes daneses, franceses y españoles (Nota del Autor).
[2] Pares, Richard: Yankees and Creoles. The trade between North America and the West Indies before the American Revolution, New York, Longmans, Green and Co., 1956.
[3] Para una mejor comprensión ver el apéndice número 1.
[4] Traducido literalmente significa: Pluralidad en unión, pero por esto se entendía: Unidad en autonomía [de los estados] (Nota del Autor).
[5] Eric Beerman: España y la independencia de Estados Unidos, Madrid, Mapfre, 1992, P. 22.
[6] En 1785 Diego de Gardoqui le entregó a Washington en Mount Vermont dos burros zamoranos regalo del Rey Carlos III. El fue el primer Embajador oficial español ante Estados Unidos, y tenía fuertes intereses económicos y comerciales en Estados Unidos (Nota del Autor).
[7] Ibídem, P. 34.
[8] En: Aranda a Grimaldi, París, 7 de septiembre de 1776. AHN. E. 4072. Ver: Ibídem, P. 21.
[9] General Claude-Anne Rounroy Saint-Simon (Nota del Autor).
[10] En la actualidad se denomina Cabo Haitiano (Nota del Autor).
[11] Ibídem, P. 187.
[12] Ibídem, P. 173.
[13] Ibídem, PP. 206-207.
[14] Ibídem, P. 177.
[15] Fuentes Mares: Opus citatus, P. 15.
[16] Ver: Memorias de Aranda, en: Eric Beerman: Opus citatus, PP. 279 y siguientes.
[17] James Monroe nació el 28 de abril de 1858 en Westmoreland County, Virginia, y murió en New York el 4 de julio de 1831, fue presidente de Estados Unidos desde 1817 a 1825. Hay tres puntos esenciales en dicha doctrina: (1) " the American continents, by the free and independent condition which they have assumed and maintain"; (2) "We should consider any attempt {be the nations of Europe} to extend their sistem to any portion of this hemisphere as dangerous to our peace and safety"; and (3) "In the wars of the European powers in matters relating to themselves we have never taken part, nor does it comport with our policy so to do" (Nota del Autor).
[18] El término Destino Manifiesto se empleó originalmente en el siglo XVII para justificar el "designio celestial" de expansión de las instituciones de las colonias británicas hacia el Oeste del actual Estados Unidos, y en el siglo XIX, en 1845, Jhon L. Sullivan, editor de Nueva York, acuñó la expresión siguiente: " the fulfillment of our manifest destiny to overspread the continent alloted by Providence for the free development of our yearly expanding millions "; luego se usó con motivo de la guerra con México (1846-1848), y en ocasión de la anexión de Texas y de Alaska (1867), y de la guerra Hispano americana (1898), y para realizar todas las anexiones derivadas de ello (Nota del Autor)
[19] En 1826, el ranchero angloamericano Heyden Edwards proclama la independencia de Fredonia (Texas), siendo luego expulsado del territorio por los mexicanos. En 1829 el presidente Andrew Jackson propuso la adquisición de Texas. Fue el 2 de marzo de 1836 cuando Texas se declaró independiente. El 3 de marzo de 1837 Andrew Jackson, con la aprobación del congreso reconoce la independencia de la República de Texas. El 12 de abril de 1844 se firma el Tratado de anexión entre Estados Unidos y Texas, pero el senado norteamericano no lo aprueba, siendo el 1o. de enero de 1845 cuando se produce su incorporación a la Unión, con el visto bueno del congreso, bajo la administración de Jhon Tyler (Nota del Autor)
[20] En septiembre de 1808 se produce en México la destitución del Virrey Iturrigaray por parte de los españoles peninsulares: Oidores de la Real Audiencia y poderosos comerciantes del Real Consulado. México alcanzó su independencia en 1821. En 1822 España cedió a México los territorios de Texas, Nuevo México, Arizona, Colorado, Utach, Nevada y California, con todas las misiones e instituciones existentes, y en 1825 México abrió sus fronteras a los colonos de Estados Unidos (Nota del Autor).